(de Werber II, #291)
Los carabos bombarderos (Brachynus creptians) están dotados de un 'fusil orgánico'. Si les atacan, sueltan humo seguido de una detonación. La produce el insecto asociando dos sustancias químicas que emanan de dos glándulas distintas. la primera libera una solución que contiene un 25% de agua oxigenda y un 10% de hidroquinona. La segunda fabrica una enzima, esos jugos alcanzan la temperatura del agua hirviendo, de 100ºC, de donse se produce el humo y luego un chorro de vapor de ácido nítrico: de ahí la detonación.
Si uno acerca la mano a un cárabo bombardero, su cañón proyectará inmediatamente una nube de gotas rojas, ardientes y muy olorosas. El ácido nítrico provocará ampollas en la piel.
Estos coleópteros saben apuntar orientando su ápice abdominal flexible donde se opera la mezcla detonante. De este modo pueden dar en un blanco a varios centímetros de distancia. Si fallan, el ruido de la detonación bastará para hacer huir a cualquier asaltante.
Un cárabo bombardero tiene, por regla general, tres o cuatro salvas de reserva. Ciertos entomólogos han descubierto, sin embargo, especies capaces de disparar veinticuatro tiros seguidos cuando se les estimula. Los cárabos b. son de color naranja y azul plateado.
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