(I) Nigel Barley
El Antropólogo Inocente
Edit. Anagrama. Crónicas.
Barcelona. 8ªEdición. nov'95
(1ªEdición: oct'89)
Copyright 1983.
Traduc.MªJos‚ Rodellar.
(II) Nigel Barley
Una Plaga de Orugas
Anagrama. Crónicas.2008-abr-20
Bcn. 2da.Edición 1995
Copyright 1986.
Plague of Caterpillars. A Return to the African Bush
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[Dos secciones: a) Ideas y experiencias propias del trabajo
antropológico, y b) Lo mismo pero con los dowayo.
[a)IDEAS Y EXPERIENCIAS PROPIAS DEL TRABAJO ANTROPOLOGICO]
[Antropologia; para que sirve]
...cuando un pueblo pierde su identidad, lo que más lamenta el antropólogo es la pérdida de una visión particular del mundo, resultado de millares de años de interacción y pensamiento. Desde ese momento, nuestra visión de la gama de posibilidades humanas se ve disminuida. La importancia de un pueblo no tiene nada que ver con las cifras. (II,108)
[Antropologia; uso político]
Por fin se decidió que el único sistema viable era coger el agua de uno de los ríos de flujo constante que discurrían por los montes habitados por los dowayo (...).
Los proyectos comunitarios de este tipo parecen siempre eminentemente sensatos. El que se niega a cooperar queda como egoísta e insensible. No obstante, suelen esta plagados de dificultades, tanto de índole práctica como moral. Y los motivos no acaban de estar nunca claros.
El doctor, bastante lógicamente, esperaba erradicar de un solo golpe una parte importante de su volumen de casos. La mayoría de las enfermedades endémicas mortales o bien eran consecuencia directa del agua impura o bien ésta debilitaba de tal forma a los individuos que las infecciones más ligeras podían resultar fatales (...)
Resultaba evidente que el miembro del Cuerpo de Paz necesitaba un proyecto de envergadura dotado de presupuesto para justificar su propia existencia (...)
Ciertamente, los misioneros velaban por la mejora material de la población, pero si duda eran asimismo conscientes de que, controlando el agua, quebrarían el poder del jefe de la lluvia y en consecuencia dañarían las creencias paganas.
Como antropólogo, yo era el que estaba más incómodo. (...) Estudiar el comportamiento de un pueblo y tratar de dirigir ese comportamiento son, en teoría, dos cosas distintas, aunque ningún antropólogo deja a su pueblo inalterado. Si bien no le deseaba enfermedades endémicas a nadie, dudaba de que el proyecto se llevar a cabo sin perjudicar a los dowayo, quienes considerarían que llevarse el agua de los montes a la ciudad era un robo del que les hacían objeto en beneficio de los invasores fulani.(...) Yo preveía una gran desdicha y numerosas complicaciones para el que, de forma inevitablemente paternalista, había acabado considerando "mi" pueblo. (II,120)
[Etnocentrismo]
En antropología, el grado de disfrute suele interpretarse como medida de la comprensión alcanzada. Si a un antropólogo no le gusta nada de lo que encuentra en un pueblo extraño, se trata de etnocentrismo. si desaprueba algo, se debe a que aplica unos criterios erróneos. Con frecuencia no se tiene presente que la cultura que el etnógrafo suele apreciar menos es la propia, la que debería conocer mejor. Sin embargo, el placer no suele se objeto de tales restricciones. Un etnógrafo a quien le guste alguna faceta de la cultura que está estudiando no es jamás acusado de etnocentrismo ni de aplicar criterios erróneos. Este curioso hecho ha conducido a un extraño sesgo en las monografías sobre la materia, en las cuales se representa al trabajador de campo revolcándose en un deleite total por las cosas que experimenta. (II,136)
[Todo se puede investigar]
En la última página llevaba la necrológica de un folklorista griego menor elevado a lugar destacado por el cambio político de su país. Al parecer, había muerto en la prisión insular donde el régimen albergaba a aquellos que no eran de su agrado. El investigador en cuestión había publicado unos datos sobre el argot homosexual de la Atenas moderna. Claramente, aquello era lo que había hecho que las autoridades se fijaran en él. Había sido advertido. Aferrándose a sus convicciones sobre la libertad académica, había continuado la investigación y había publicado el todavía más escandaloso "Argot homosexual en la prostitución masculina". Condenado a la encarcelación por haber desacreditado la masculinidad griega, no se acobardó. Póstumamente, publicó un estudio sobre el argot homosexual en las prisiones griegas.
Aquél era un ejemplo de un hombre que convertía cualquier desgracia en tema de investigación. (II,145)
[Cuando el investigador se adormece; cuando abandonar el trabajo de campo] Parece que una regla sensata es la que establece que cuando la cultura ajena que estás estudiando empieza a parecer normal, es hora de volver a casa. (II,204)
[Recogida de datos]
El proceso de recogida de datos resulta en si mismo poco atractivo. No son precisamente datos lo que le falta a la antropología, sino más bien algo inteligente que hacer con ellos. (I,20)
En mi actividad profesional, siempre me han atraído prioritariamente los niveles más elevados de abstracción y especulación teórica, pues únicamente mediante el avance en este terreno se accederá a una posible interpretación. No apartar los ojos del suelo es el modo más seguro de tener una visión parcial y falta de interés. (I,21)
Como la mayoría de los antropólogos en esta situación, busqué refugio en la recogida de datos. La prevalencia de los datos factuales en las monografías antropológicas deriva, estoy seguro, no del valor o interés intrínseco de tales datos, sino de la actitud que tiene como lema "En caso de duda, recoge datos". En cierto modo, se trata de un enfoque comprensible. El estudioso no puede saber de antemano qué resultará importante y qué no. Una vez ha registrado los datos en su cuaderno, experimenta una fuerte resistencia a no [?] incluirlos en su monografía; recuerda los kilómetros recorridos bajo el sol o las horas invertidas en obtenerlos. Por otra parte, la selección presupone una visión coherente de lo que se pretende hacer y la meta de la mayor parte de los autores de monografías antropológicas se limita a "escribir una monografía etnográfica" y nada más. (I,75)
[conocimiento; propiedad]
En las sociedades primitivas, el saber pocas veces es de libre acceso, constituye más bien una propiedad privada. Cada uno es dueño de sus conocimientos, ha pagado por ellos y sería una tontería cedérselos a otro sin compensación alguna, de la misma manera que nadie entregaría a sus hijas sin recibir un pago a cambio.(I,?)
[epistemología; pruebas]
-¿Es igual que ésta? - Le entregué la canica y procedió a examinarla a contraluz asombrado. -Es igual. Las nubes de dentro son más oscuras. -¿Podría causar lluvia esta piedra? Mirándome perplejo, respondió: -¿Cómo quieres que lo sepa? Para ver si funciona tendría que probarlo. No puedo decírtelo hasta que lo haya probado. Sacudió la cabeza claramente extrañado de que esperara que hiciera afirmaciones que no se basaran en la experiencia directa. (I,196)
La mayoría de los remedios dowayos se basan en las tres plantas mágicas que se suponen efectivas contra todo tipo de infortunio, desde el adulterio hasta el dolor de cabeza. Cada una la dividen en varias especies, que el lego no puede distinguir mediante una inspección meramente física. Los dowayos hablaban siempre como si fueran unos positivistas a ultranza que no creyeran nada si no se contaba con pruebas sensoriales directas. "¿En que se distingue un tipo de 'zepto', por ejemplo, de otro? -preguntaba yo-. ¿Cómo sé si éste es de los que ponen fin al adulterio o de los que curan el dolor de cabeza?" Se me quedaban mirando perplejos ante tamaña estupidez. "Probándolos -respondían-. ¿De qué otra manera?". Entonces empezaban largas disertaciones sobre las piedras que causan la lluvia, los hombres que se transforman en leopardos, los murciélagos que vomitan sus excrementos por la nariz porque no tienen ano, etc., todos ellos ejemplos contrarios a sus principios positivistas. (I,137)
[materiales,herramientas,botellas... y modelos]
El gran problema son las botellas. Hay una importante escasez de botellas, pues muchas son apartadas del sistema y empleadas con propósitos bastante alejados de aquél para el que fueron creados. Los dowayo las transforman en instrumentos musicales, lámparas y rascadadores. Entre otras cosas, las usan para guardar, miel, agua y remedios vegetales. Hay un floreciente comercio de botellas vacías. (II,57)
Los procesos técnicos no solo originan objetos; también nos ofrecen modelos para pensar en otras cosas, principalmente en nosotros mismos. La invención de la bomba nos ofreció nuevos modos de ver el corazón humano. La invención del ordenador nos ha proporcionado recientemente nuevas maneras de pensar en el cerebro, desplazando los modelos basados en los sistemas de telefonía. Para los dowayo, el proceso de fabricar una vasija constituye un modelo para pensar en la maduración del ser humano a lo largo del tiempo y de las estaciones del año. (II,138)
[racismo]
Uno de los descubrimientos más deprimentes del antropólogo es que casi todos los pueblos aborrecen, temen y desprecian a sus vecinos. (II,96)
[idiomas europeos]
En África occidental se hace mucho hincapié en la aptitud verbal. Aquel que es capaz de hablar en público con energía y estilo progresará en la sociedad, lo mismo que aquél capaz de escribir un inglés o francés elegante o gramaticalmente correcto. (II,59)
[pidgin]
Técnicamente, el "pidgin" es una lengua híbrida, surgida de un prolongado contacto aculturativo entre una lengua nativa y una colonizadora: la lengua nativa aporta la estructura sintáctica, y la colonizadora la mayor parte del léxico, sometido no obstante a fuertes deformaciones fonológicas (Nota de Alberto Cardín) (I,38)
[religión "Cargo"]
Cultos "cargo"... Aunque originariamente este término sirvió para designar los cultos sincréticos surgidos en Melanesia, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, y centrados en torno a la veneración de los cargueros (aviones sobre todo, pero también barcos) occidentales, hoy en día se emplea para referirse a cualquier religión del pasado o del presente, surgida de contactos aculturativos entre poblaciones "primitivas" y colonizadores "civilizados", generalmente teñida de un fuerte componente milenarista o apocalíptico, y en la que determinados ítems prestigiosos de la cultura invasora (mercancías, instrumentos, medios de transporte, etc.) se carga de significado religioso, asimilándose a determinadas representaciones sacrales previas (Nota de Alberto Cardín) (I,42)
[burocracia]
La existencia de un colosal y anticuado sistema administrativo francés en un clima cultural africano es una combinación capaz de vencer al más tenaz. (I,46)
Nadie parecía percibir la contradicción existente entre tan concienzuda observancia de minucias y la flagrante desatención a los principios básicos de la democracia.
En las escuelas ocurría lo mismo. Esas instituciones disponen de un increíble aparato burocrático para determinar qué alumnos deben ser expulsados, cuáles han pasado al curso siguiente y cuáles obligados a repetir. La cantidad de tiempo invertido en el abstruso cálculo de promedios mediante fórmulas secretas es cuanto menos igual al pasado en las aulas. Después de todo esto, el director puede añadir dos puntos más a todo el mundo si las notas le parecen demasiado bajas, o bien aceptar sobornos de un padre para cambiar la calificación de su hijo. También es posible que el gobierno decida que no necesita tantos estudiantes e invalide sus propios exámenes. (I,170)
Para un occidental resulta chocante que tantas actitudes africanas coincidan con las que han sido desechadas en Occidente. Cualquier funcionario colonial de los años cuarenta estaría de acuerdo con las opiniones del maestro bamileke o del sous-préfet fulani, aunque sin duda los dos africanos no aceptarían el paralelismo. La fe en ese mal definido concepto , "el progreso", y la certeza de que la obstinación y la ignorancia caracterizaban a los indígenas, que, por su propio bien, habían de ser obligados a adaptarse al presente, los equiparaba con los imperialistas más acérrimos. (I,196?)
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[b) IDEAS Y EXPERIENCIAS DEL TRABAJO CON LOS DOWAYOS]
[aprendizaje de una lengua tonal]
Los dowayos no tuvieron nunca conciencia de las dificultades que su idioma planteaba a un etnógrafo europeo. Se trata de una lengua tonal, es decir que el tono en que se pronuncia una palabra altera su significado. Muchas lenguas africanas tienen dos tonos; los dowayos cuatro (...) los dowayos combinan tonos para formar entonaciones específicas y un tono puede muy bien verse afectado por los de las palabras contiguas. A esto hay que añadir los problemas dialectales. En algunas zonas juntan varios tonos, además de emplear un vocabulario y una sintaxis distinta (I,72)
[enfermedades; medicina]
Los dowayos dividen las enfermedades en varias clases. Están las "epidemias", enfermedades infecciosas para los cuales los blancos tienen remedio, como la malaria y la lepra. Está la brujería de la cabeza o de las plantas, y los síntomas causados por los espíritus de los muertos. Y, por último, las enfermedades por contaminación, contraídas tras el contacto con personas o cosas prohibidas. Estas últimas se curan mediante un nuevo contacto regulado con la persona o cosa que ha causado la enfermedad. (I,82)
La mayoría de los remedios dowayos se basan en las tres plantas mágicas que se suponen efectivas contra todo tipo de infortunio, desde el adulterio hasta el dolor de cabeza. Cada una la dividen en varias especies, que el lego no puede distinguir mediante una inspección meramente física. Los dowayos hablaban siempre como si fueran unos positivistas a ultranza que no creyeran nada si no se contaba con pruebas sensoriales directas(...). (I,137)
Los dowayo tienen épocas malas y épocas buenas, como todo el mundo. Esperan una mezcla de buena y mala fortuna, y no buscan demasiado lejos las causas últimas de la desgracia. Han creado toda una serie de dispositivos que explican de forma más o menos libre las complejidades de lo que nosotros llamamos suerte. Un hombre puede tener buena suerte si toma las pócimas mágicas adecuadas o usa amuletos y hechizos. La mala fortuna puede tener origen en la brujería de otros o en la intervención de antepasados hostiles. Todo eso se mezcla para hacer el mundo difícil de interpretar. (II,158)
[deudas; comprar-vender]
Como consecuencia de los pagos nupciales, el país de los dowayo se halla en un constante estado de litigio. Los pagos se fragmentan a lo largo de muchos años y se espera que todos los parientes contribuyan. Casi inevitablemente, en un momento u otro la esposa de todo hombre huye, aunque sólo sea para obligarlo a ceder en alguna disputa doméstica. El intenta que le devuelvan lo pagado hasta el momento a cambio de la esposa. Los familiares de la esposa tratan de obligarlo a pagar todo lo que debe. Tal vez sus propios parientes le pregunten educadamente qué ha sido de su contribución, hasta que ya no vea salida. Las deudas pendientes se recuerdan durante varias generaciones y se heredan. (..) Todo esto hacía que comprar o vender cualquier cosa estuviera erizado de dificultades, pues probablemente el dinero de la transacción desaparecería a lo largo del proceso como liquidación de alguna deuda totalmente distinta, contraída tal vez hacía años. (II,35)
[circuncisión, masculina y femenina]
Y fue esto lo que posteriormente me confirmó que los jóvenes próximos a la edad adulta son tratados como plantas a punto de ser cosechadas. Los dowayos intentan hacer coincidir la entrada de los chicos en la aldea después de la circuncisión con la de las nuevas plantas. Ambas actividades siguen un modelo común. (I, 177)
La operación debe ser aterradora. Se les quita la ropa en el cruce de caminos y se les conduce al bosquecillo de la orilla del rió donde se celebrará la ceremonia. Camino de allí, los circuncidadores se les echan encima rugiendo como leopardos de caza y amenazándolos con cuchillos. La operación es muy severa; se desprende la piel de pene en toda su longitud. Varios circundizadores distintos pueden cortar un segmento diferente del prepucio. Los muchachos no deben gritar (...). En las zonas del río donde van a bañarse se ven los resultados de tales operaciones. Si se llevan a cabo en muchachos muy jóvenes, el pene adopta a veces una forma casi esférica que en parte debe de ser la causante del bajo índice de natalidad de los dowayo. Puesto que a todos se les practica con el mismo cuchillo y el riesgo de infección resulta muy alto, la mortalidad es considerable. Se dice que a los muchachos que mueren a consecuencia de la operación se los han comido los leopardos. De la correspondencia de los funcionarios coloniales franceses se desprende que estaban preocupados por el número de jóvenes que supuestamente eran devorados por los leopardos, aunque éstos estaban virtualmente extinguidos en la zona. Como consecuencia, los dowayo pronto tuvieron fama de llevar a cabo espeluznantes ritos de canibalismo. (II,66)
Uno puede preguntarse por qué está tan extendida la circuncisión en el mundo y por qué parece que los antropólogos están tan obsesionados con ella. Podría pensarse que la deformación de los genitales resulta tan dolorosa y desagradable que debería ser lo último que la gente quisiera mutilar. Cuando se leen descripciones de ciertas prácticas habituales relativas a los órganos sexuales resulta difícil resistirse a la opinión de que tales mutilaciones se realizan precisamente porque son dolorosas. A veces se practican agujeros en el pene. Otras se frota regularmente con cristal para limpiarlo. En algunas tribus se corta de arriba abajo para que se abra como una flor cuando esté erecto. Los testículos se aplastan o cortan a hachazos. No se excluye nada (II,68)
Según mis propios estudios de los dowayo, aunque la circuncisión de los varones es un elemento bastante importante de su cultura, están bastante dispuestos a combinar varios enfoques explicativos. sin duda, consideran la circuncisión el equivalente masculino de la menstruación (...).
Por otra parte, era evidente que los dowayo consideran el prepucio un elemento en cierto modo femenino y se quejaban de que los niños no circuncidados estaban mojados y olían mal "como las mujeres" (II,69)
Este tema (la circuncisión femenina) se ha divulgado mucho últimamente, presentándolo como parte de una malvada conspiración tramada por los varones para dominar a las mujeres y esclavizarlas, por lo cual constituye tema de enardecida controversia. En cambio, la mutilación de los varones, mucho más común, pasa inadvertida. (II,70)
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