Viaja por la red: Heidelberg, destino número treinta y ocho
Una ciudad alemana llena de historia y tradición universitaria nos deja que la recorramos virtualmente
Raquel Martín (raquel@noticias.com) - La historia de esta ciudad de Alemania empieza hace 600.000 años, que es de cuando datan los restos fósiles del "Hombre de Heidelberg", que fueron hallados en 1907 y que constituyeron la primera prueba de vida humana en Europa.
Desde el año 40 antes de Cristo en el lugar en el que hoy se ubica el distrito municipal de Neuenheim había un fuerte ocupado por la corte romana y la corte cirenaica. Posteriormente, el campamento fue arrasado por los alemanes. En el siglo 5 después de Cristo, llegaron los Celtas que también construyeron sus edificaciones a modo de refugio y lugar de culto. Después vinieron los romanos, que establecieron un campamento permanente y una torre indicadora en la orilla del río Neckar, a través del cual fabricaron un puente de madera.
En el año 769, ya se empiezan a tener documentos escritos del lugar, llamado "Bergheim". Unos años antes, se erigió el monasterio de Lorsch y en el año 864 se fundó el monasterio de Saint Michael sobre la Montaña Sagrada de Heilingenberg y también el de Neuberg en el valle del Neckar. Al mismo tiempo, el obispado de Worms extendió su infuencia en el valle, fundando otro monasterio más, el de Schoenau. Pero fue a partir de una aldea muy pequeña al pie del castillo de Worms que se empezó a formar lo que hoy conocemos como Heidelberg
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Años más tarde, la ciudad ya fue mencionada en un documento escrito. Y en 1386, Ruprecht I ya fundó la Universidad de Heidelberg, que desde su creación hasta nuestros días ha jugado un papel muy importante en la historia, especialmente en la era del Humanismo y del Reformismo en el conflicto entre el Luteranismo y el Calvinismo. Tan destacado era el papel de la ciudad que hasta Lutero la visitó en esa época tan movida. was mentioned for the first time in a document in Schoenau Monastery.
Heidelberg.de
Tras la Guerra de los Treinta Años, Tily se hizo con la ciudad y dio como presente al Papa la famosa Biblioteca Palatina de la iglesia del Espíritu Santo de la ciudad. Luego fueron los franceses los que se hicieron con la ciudad y los que casi la destruyen en 1693. En el siglo XVIII la ciudad fue reconstruida basada en el estilo gótico que tenía pero con un toque barroco. La universidad fue refundada y se llamó Ruperto Carola en homenaje a sus dos fundadores. Enseguida fue ganando prestigio, empezándose a considerar como "la residencia de los reyes del intelecto". En ella se firmaron acuerdos muy importantes como la Santa Alianza entre el Emperador de Austria, el Zar de Rusia y el Rey de Prusia.
En 1848, se decidió poner en marcha en Heidelberg la Asamblea Nacional Alemana y además en ella se libraron diferentes batallas. La reputación de la Universidad de Heidelberg mejoró gracias a acoger entre sus aulas a médicos de tanto prestigio como Czerny, Erb y Krehl o humanistas como rohde, Weber o Gundolf.
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En la Segunda Guerra Mundial, la ciudad se libró de un bombardeo y en 1945, se reabrió la Universidad gracias al cirujano Karl Heinrich Bauer y el filósofo Karl Jaspers. Actualmente, Heidelberg cuenta con una población de 135.000 habitantes y más de 28.000 estudiantes
Los monumentos que hay que ver en esta ciudad son muchos, pero aquí tienes una pequeña lista de sugerencias: el Castillo de Heidelberg, el Puente Antiguo, los Jardines del Castillo, el Paseo del Filósofo, Der Ritter, La Biblioteca de la Universidad, La Prisión del estudiante, la Universidad Antigua, la Universidad Nueva, el Centro de Convenciones de Stadthalle, el Marstall, el Heuscheuer, la Iglesia del Espíritu Santo, el Ayuntamiento, la Iglesia de los Jesuitas, la Virgen del Kornmarkt, la Iglesia de San Pedro, el Karlstor y el Tiefburg
Universidad de Heidelberg
Las recetas típicas de Alemania son: el Apfelstrudel (pastel de manzana), el chucrut, la lombarda y la tarta Selva Negra. Lo que más se come son patatas, salchichas, todo tipo de postres, como las pastas, los puddings o los yogurts. Para beber, los zumos y las cervezas se llevan la palma. Otros platos que debes degustar en Heidelberg, entre el amplio surtido que ofrece la gastronomía alemana son: el codillo, el arenque ahumado o el escalope en salsa cazadora.
Por lo que a ocio se refiere, Heidelberg tiene una gran tradición en ofrecer espectáculos culturales de todo tipo como teatro, cine o deportes. Al ser un punto de encuentro de jóvenes y de cultura, se muestra como una ciudad antigua y moderna a la vez. Tiene ese barniz de ciudad cásica, pero sin olvidarse de adaptarse a los tiempos. Las cervecerías de la ciudad son un buen lugar para encontrarse.
Ahora sólo te falta ir a Heidelberg y captar tú mismo tus propias sensaciones.
¡Gutte Raise!
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