Subject: [csn-wittgenstein] Eco, Medievo y Wittgenstein
From: Felix Moreno
Date: Tue, 13 Apr 1999 14:53:07 +0200 (MET DST)
Hola a tod@s,
Aprovecho para meter la cuchara porque no sé si encontraré otra ocasión :-) Yo no sé en qué sitio de «El nombre de la rosa» se emplean citas de Wittgenstein, pues no he leído aún el «Tractatus...» Pero sí que dispongo del comentario del autor del libro acerca de su intención. En sus «Apostillas a 'El nombre de la rosa'», Umberto Eco dice:
- --- Comienzo cita
[...] En cambio, en la novela histórica no es necesario que entren en escena personajes reconocibles desde el punto de vista de la enciclopedia. Piensen en 'Los novios': el personaje más conocido es el cardenal Federico, que pocos conocían antes de [el autor de este libro] Manzoni (mucho más conocido era el otro Borromeo, san Carlos). Sin embargo, todo lo que hacen Renzo, Lucia o fra Cristoforo sólo podía hacerse en la Lombardía del siglo XVII. Lo que hacen los personajes sirve para comprender mejor la historia, lo que sucedió. Aunque los acontecimientos y los personajes sean inventados, nos dicen cosas sobre la historia de la época que nunca se nos habían dicho con tanta claridad.
En este sentido es evidente que yo querría escribir una novela histórica, y no porque Ubertino y Michele hayan existido de verdad y digan más o menos lo que de verdad dijeron, sino porque todo lo que dicen los personajes ficticios como Guillermo es lo que habrían 'tenido' que decir si realmente hubieran vivido en aquella época.
No sé hasta qué punto he sido fiel a ese propósito. No creo haberlo traicionado cuando disimulé citas de autores posteriores (como Wittgenstein) haciéndolas pasar por citas de la época. En esos casos estaba seguro de que no era que mis medievales fuesen modernos, sino, a lo sumo, que los modernos pensaban en medieval. Lo que, en cambio, me pregunto es si a veces no habré atribuido a mis personajes ficticios una capacidad de fabricar, con los 'disiecta membra' de pensamientos perfectamente medievales, algunos hircocervos conceptuales que el Medioevo no habría reconocido entre su fauna. Creo, sin embargo, que una novela histórica no sólo debe localizar en el pasado las causas de lo que sucedió después, sino también delinear el proceso por el que esas causas se encaminaron lentamente hacia la producción de sus efectos.
Cuando uno de mis personajes compara dos ideas medievales para extraer una tercera idea más moderna, está haciendo exactamente lo mismo que después hizo la cultura, y aunque nadie haya escrito jamás lo que él dice, podemos estar seguros de que, quizá confusamente, alguien habría tenido que empezar a pensarlo (aunque sin decirlo, presa de vaya a saber qué temores y pudores).
De todas maneras, hay algo que me ha divertido mucho: cada vez que un crítico o un lector escribió o dijo que uno de mis personajes afirmaba cosas demasiado modernas, resultó que precisamente en todas esas ocasiones se trataba de citas textuales del siglo XIV.
Y hay otros pasajes en los que el lector degustó exquisitamente el supuesto sabor medieval de determinadas actitudes en las que yo, en cambio, percibía ilícitas connotaciones modernas. Lo que sucede es que cada uno tiene su propia idea, generalmente corrupta, del Medioevo. Sólo los monjes de la época conocemos la verdad, pero a veces decirla significa acabar en la hoguera.
- --- Fin de cita
Gracias por su atención. Saludos
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