Matar como deber
El X Ejército del general alemán Vietinghoff defendía la zona de Monte Cassino, que necesito de cuatro ataques sangrientos con millares de bajas para ser abierta permitiendo el acceso a Roma del general Clark. Fue tan dura la lucha que aquellos oficiales que habían combatido en la primera guerra mundial reconocieron que la historia se repetía así como también los errores cometidos en aquella. El terreno difícil y empinado impedía el avance de los tanques y luego de los meses de invierno el agua, el barro, el ataque constante de la artillería y las cargas a pecho descubierto calcaban las situaciones vividas hace un poco más de dos décadas en los campos de Francia y Flandes.
Cada poblado italiano, arrasado por las bombas de la aviación y la artillería, era como un pequeño Stalingrado, donde las tropas enfrentadas luchaban entre las ruinas separadas a veces por una delgada pared agujereada y donde cada metro conquistado era retomado en un contraataque furioso del adversario.
En ese ambiente se fraguó la dureza de los supervivientes; una mentalidad nueva que había abandonado la identidad civil como la piel que deja un reptil en su muda. Tal como explica el autor: “A partir de la campaña de Túnez, cuatro divisiones de combate de Estados Unidos habían aparecido repletas de asesinos. Italia creó muchos más, estadounidenses y británicos por igual, canadienses, franceses, neozelandeses, indios, polacos y otros. Unidos, configuraban un ejército vengador y victorioso, la terrible espada de la rectitud moral. Un oficial del VI Cuerpo propuso que cada soldado debía encarnar los “tres ‘sin’: sin piedad, sin tregua, sin remordimientos”. Igual que habían pulverizado la abadía y la ciudad de Cassino, pulverizarían miles de otros bastiones. Dios sabría diferenciar entre inocentes y culpables. La guerra había llegado a eso.” (pág. 722, ibidem).
En imagen dos páginas escaneadas (720 y 721) donde se describe la transformación inevitable que sufrían aquellos que por azar conservaban la vida en esta despiadada guerra.
Atkinson (2007). Rick Atkinson. “El día de la batalla. La Guerra en Sicilia y en Italia, 1943-1944. Editorial Crítica, Colec. Memoria Crítica, Barcelona, 2008, pp. 1222. Traducción de Teófilo de Lozoya, Juan Rabasseda y Efrén del Valle, con la colaboración de Rosa Salleras, Juan Trujillo y Alejandra Chaparro. Tit.Orig: The Day of
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