lunes, 5 de mayo de 2008

O. S. Card y "La Voz de los Muertos" (de la Saga de Ender)

La voz de los muertos.
Orson Scot Card.
Releído agosto 2007.
(Comentario)
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Hace años que no lo releía. No recuerdo cuantos, pero más de 5, seguro, sino 10 o más (es de 1991). La relectura fue agradable, aunque me salté partes enteras, leídas en diagonal. El tema central es Ender 3000 años después (gracias a los saltos espaciales), fundador de una especie de religión o de "profesión" dedicada a hablar de los muertos, a pedido de algun familiar. Una especie de investigador del finado que busca encontrar las causas de su conducta pero no en sentido biológico sino moral. O.S.Card deja en el aire en que código ético se basa cada "portavoz" para su análisis. Se supone que es una especie de científico que busca la verdad, pero en estos temas da la impresión de cierta ingenuidad al suponer que la conducta puede ser interpetada científicamente y éticamente (o que se llegue a una concordancia entre una y otra interpretación).
Las ideas de Card sobre la moral son ambiguas, por un lado supone a las reglas morales como necesarias para la supervivencia de una sociedad, y en este sentido, no necesitan de ningún Dios para ser válidas (sólo el bienestar de la sociedad, aplicándolas, las valida suficientemente). Pero por el otro lado acepta la moral que se mantiene en el planeta Lusitania y que es de orientación católica... como si estas reglas fueran también coincidentes, siempre, con el bienestar de la población, y por lo tanto no habría contradicción entre unas y otras, entre las de orígen laico-científico y las de orígen religioso-trascendente.
El contexto especifico de la c.f., mundos poblados con viajes interestelares, comunicados instantáneamente por "ansibles", una especie de Internet muy especial, la existencia de un gobierno central de toda la Galaxia humana, la aparición de nuevas especies de vida: los cerdis; todo esto es normal en un libro de género; y tiene cierto toque naif, simplificado, que da la impresión de no haber sido trabajado tanto como los caracteres personales. Una especie de decorado de carton piedra para el desarrollo de pasiones y conflictos morales. Los toques biológicos y antropológicos (el virus de la descolada, y las relaciones pautadas entre especies diferentes) son de calidad desigual: hay más verosimilitud en los aspectos de "relación" que en los puramente "biológicos".
Resumiendo. Se relee con placer, pero, como me es habitual en los libros de Card, sus ficciones tecnológicas son poco creíbles, y los conflictos interplanetarios ingenuos... como si el escritor dedicara muy poco tiempo al análisis de la política internacional actual y por lo tanto su visión del mundo fuera excesivamente individualista; como si todo se basara en peculiaridades de las personas que mandan.
Tardaré bastante en volver a releerlo...

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