Date: Wed, 2 Jun 1999 23:20:40 -0300
Subject: Reescritura de Shinto
Estimado Betto: le adjunto un archivo DOC con algo que descubrí hace un tiempo... Ud. haga lo que quiera o lo que pueda... yo no quise modificar el texto, que tiene en cursiva la modificación y esas tachaduras que pueden ser útiles para corroborar de una forma más gráfica la modificación que Borges realizó en Shinto... tengo la página de La Prensa, si Ud. quiere puedo escanearla y enviarla... por favor aconséjeme, quiero compartir este pequeño hallazgo y me gustaría poder hacerlo de la manera más adecuada.
Desde ya muchas gracias y mis respetos - Si lo ve a Koremblit, un saludo de parte de Pablo Mosse, lo conocí en la ciudad de Tres Arroyos, en una biblioteca.
Shinto
Cuando nos anonada la desdicha,
durante un segundo nos salvan
las aventuras ínfimas
de la atención o de la memoria:
esa cara que un sueño nos devuelve,
el sabor de una fruta,
los primeros jazmines de noviembre,
el anhelo infinito de la brújula,
el libro que creíamos perdido,
el pulso de un hexámetro,
la breve llave que nos abre una casa,
el olor de una librería o del sándalo,
el nombre antiguo de una calle,
los colores de un mapa,
la lisura de la uña limada,
la fecha que buscábamos,
una etimología imprevista,
contar las doce campanadas oscuras.
Ocho millones son las divinidades del Shinto
que vagan por la tierra, secretas.
Esos modestos númenes nos tocan,
nos tocan y nos dejan.
Es un hermoso poema. En la enumeración de Borges hay varios versos dedicados a la literatura, a los libros. Le debemos tanto a las letras... ha dicho. Este poema, así como está, fue publicado en La Prensa, el día 17 de febrero de 1980. Pero el mismo poema aparece distinto en sus Obras Completas, en la página 333 del tercer tomo. Así:
Shinto
Cuando nos anonada la desdicha,
durante un segundo nos salvan
las aventuras ínfimas
de la atención o de la memoria:
"el sabor de una fruta, el sabor del agua,"
esa cara que un sueño nos devuelve,
(el sabor de una fruta,)
los primeros jazmines de noviembre,
el anhelo infinito de la brújula,
el "un " libro que creíamos perdido,
el pulso de un hexámetro,
la breve llave que nos abre una casa,
el olor de una (librería) "biblioteca "o del sándalo,
el nombre antiguo de una calle,
los colores de un mapa,
"una etimología imprevista,"
la lisura de la uña limada,
la fecha que buscábamos,
(una etimología imprevista,)
contar las doce campanadas oscuras,
un brusco dolor físico.
Ocho millones son las divinidades del Shinto
que vagan por la tierra, secretas.
Esos modestos númenes nos tocan,
nos tocan y nos dejan.
El Borges que corrigió el poema es un Borges más viejo. Es el mismo y es otro. El verso "un brusco dolor físico" es tremendo. El brusco dolor físico sirve para salvarnos del anonadamiento que nos provoca la desdicha... a mí hasta me parece que está allí el deseo de morir, el dolor como una esperanza de muerte... recordemos que escribe un hombre mayor, en donde un brusco dolor físico significa algo muy diferente a lo que puede sentir un joven...
Se puede discurrir largamente sobre lo borgesiano que hay en los cambios realizados al poema. Pero lo dejo para la lista.
Pablo Mosse
Aclaración del moderador: Lo que Pablo Mosse envió tachado, lo puse entre paréntesis y lo que puso en itálica, lo puse entre "comillas", porque si no, el robot majordomo no lo reconocería...
Betto
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Este mensaje fue originado por la lista BORGESIANA
FiloRed - Facultad de Filosofia y Letras - UBA
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