Cuando llevaba tres semanas aislado de la gente en Lars Olsens Minde, el mundo dejó de existir; al final, apenas existía una realidad interior. Si el hombre es aislado totalmente de los demás deja de existir.
Por lo tanto, es imposible estar sólo en lo más profundo de uno mismo. En el fendo, el hombre tiene que estar con otros hombres. Si un hombre se queda totalmente solo, absolutamente solo, entonces cae en la perdición.
Peter Hoeg.
Los Fronterizos
Tusquets Editores. Colección Andanzas
Bcn 1997
Pag. 280
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