LORD NEIL KINNOCK, EX LÍDER LABORISTA, HOY PRESIDE EL BRITISH
COUNCIL
* Fuente:
http://www.lavanguardia.es/web/20051115/51197618764.html
Lord Kinnock me da una clase de política vivida que desde aquí brindamos a la Moncloa. Cuando la Cope les atice, como a él la prensa inglesa, exhiban su mejor sonrisa y su imagen amigable y familiar, porque así logró Blair que los tabloides desistieran de vender más dándole caña: descubrieron que los conservadores podían no amarlo, pero nadie sentía ganas de odiarlo. Es de perdedores retar chulesco y advertir prepotente y eso es pedir ahora el cierre de la cadena de los obispos, porque, además de tener derecho a opinar lo que quieran, legitima más a la Cope ante su audiencia el cabreo del Gobierno que el cariño de la siempre rabiosa oposición. Citen, en fin, al Kipling del "no busques más odio que el odio que te tengan" y sabrán por qué perdió Aznar
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LORD NEIL KINNOCK, EX LÍDER LABORISTA, HOY PRESIDE EL BRITISH COUNCIL
"¡A los lores deberían despedirnos a todos!"
Tengo 63 años, pero todavía canto como un rockero más de Manic Street Preachers: "Cada día al levantarme doy gracias a Dios por ser galés".Mi mujer es diputada: 40 años casados, pero tan ocupados que en realidad juntos sólo dos, por eso duramos. El fútbol integra a los jóvenes por eso el British Council coopera con la escuela del Barça
LLUÍS AMIGUET - 15/11/2005
- Lord Kinnock: ¿no dijo usted que los lores no servían para nada?
- La Cámara de los Lores no tiene ninguna legitimidad - porque no la ha elegido ningún electorado- para impedir que los gobiernos - que sí han sido elegidos- apliquen las políticas apoyadas por la mayoría de los ciudadanos.
- Pero usted, lord Kinnock, pidió antes de serlo que abolieran la Cámara de los Lores.
- Y si la Cámara de los Lores no va a ser abolida, tiene que ser democratizada.
- ¿Usted se despediría a sí mismo?
- ¡Deberían despedirnos a los lores! Como miembro de la Cámara de los Lores parte de mi trabajo es quitarnos el trabajo.
- ¿Cómo?
- Cuando me invitaron a ser lord, consulté a Robin Cook, con quien había compartido la batalla por reformar la Cámara de los Lores, me pidió que aceptara porque yo debía intentar la reforma desde dentro, porque es inaceptable que parte de nuestro poder legislativo, en pleno siglo XXI, no sea elegido por las urnas.
- Ustedes han vivido antes revueltas como las de ahora en Francia ¿Qué aprendieron?
- No existe un modelo de inmigración británico.Como mucho puedo hablar de algunas cosas que funcionan en nuestro país...
- Por ejemplo.
- Los líderes de las minorías ya están comprometidos en las instituciones democráticas: tenemos cientos de concejales de esas minorías y muchísimos diputados de los tres partidos: conservador, laborista y liberal que tienen apellidos que no son británicos.
- ¿Con eso basta?
- No, pero es un buen paso adelante. Las minorías siguen sufriendo más paro y más marginación que los demás ciudadanos. Pero respecto a la inmigración en mi país... ¿Sabe qué es lo mejor?
- ¡Que nadie afirma que el problema esté resuelto! Todos estamos trabajando para mejorarlo. Sólo estará resuelto el día que todos tengan las mismas oportunidades de progresar si quieren. Porque eso es socialismo.
- ¿El qué?
- El propósito del socialismo es la libertad individual. Pero sólo unos pocos pueden disfrutar esa libertad sin apoyo social. Así que nuestro objetivo es que la mayor parte de los ciudadanos puedan disfrutar su libertad. Si no, las libertades sólo son para unos pocos.
- Aquí, si no te toca la bonoloto, mejor olvida tu libertad de residir donde quieras.
- Sin el apoyo de políticas sociales, sólo unos pocos, los que no necesitan esa bonoloto, pueden ejercer sus derechos de verdad. Yo empecé a los 17 años a militar en el laborismo porque todos mis familiares eran mineros y yo fui el primer Kinnock en mil años en poder llegar a la universidad. Quería, para empezar, que cualquier chaval hijo de mineros en Gales pudiera también estudiar.
- Pues cuando usted llegó a líder laborista, la prensa más popular le zurró de lo lindo.
- ¡Ya lo puede usted decir!
- Recuerdo el titular del Sun, el día de las elecciones: "Si hoy gana Kinnock, el último en salir de Gran Bretaña que apague la luz".
- ¡Fue durísimo! Los medios me declararon una guerra brutal. No digo que Blair y Brown hoy no sufran ataques, pero nunca nadie había sufrido una campaña tan intensa durante tanto tiempo como la que sufrí yo. Afortunadamente, Blair ha sido muy hábil.
- ¿En qué?
- En suscitar el mínimo rechazo de esos tabloides. La táctica de Blair no ha sido enfrentarse a esa prensa, sino minimizar esos ataques y ponerles su cara más amable y hay que reconocerle que ha tenido mucho éxito.
- ¿Cómo lo ha conseguido?
- En lugar de presionar para que la prensa estuviera a su favor, su táctica ha consistido en que no estuviera agresivamente en contra. Y durante gran parte de sus mandatos, Tony ha conseguido que no lo crucificaran.
- ¿Cómo lo ve ahora con un frente antiblairista dentro del propio Labour?
- Ahora Tony lo va a tener más difícil. Existe una fuerte reacción en el seno del laborismo ante el recorte de libertades civiles que propone Blair para combatir el terrorismo.
- ¿Y usted qué dice?
- Que este terrorismo de los atentados de Madrid y Londres no es el del IRA o el de ETA. Ni los etarras ni el IRA utilizaban el ataque suicida como arma estratégica y, en cambio, esa es el arma definitiva de Al Qaeda: ser suicidas les hace difíciles de neutralizar lo que nos obliga a todos a ser más flexibles al definir nuestras libertades individuales, precisamente para salvaguardarlas.
- ¿Y contra la guerra de Iraq?
- Al iniciar la invasión, me preocupaba la falta de preparación de EE. UU. para después de la guerra y me temo que tendremos que vivir con eso aún por un largo tiempo.
- ¿No se les partirá el partido?
- Es cierto que esas decisiones van a costar muchas defecciones en el Partido Laborista, pero lo importante es que el laborismo, y fíjese en las encuestas, sigue siendo hoy la gran opción de gobierno en mi país y estoy muy orgulloso de haber contribuido a que sea así. Tony tendrá que tomar todavía unas cuantas decisiones difíciles que no gustarán a muchos de sus militantes, ni incluso a sus amigos, pero ¿sabe cómo le llamo yo a eso?
- ¿?
- ¡Eso se llama gobernar!
- ¿Blair lo ha tenido más fácil que usted?
- Yo tuve que enfrentarme a tendencias muy peligrosas de disgregación del laborismo y Blair se concentró en conseguir una nueva audiencia de centro para nosotros y la verdad es que ha sabido mantenerla.
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