viernes, 26 de diciembre de 2025

Cap.7. Un antiguo curso de Sociología

Grupos


"En los grupos primarios: el control se ejerce por medio de "persuasión", "escarnio", "murmuración", "oprobio" (...)"
(Peter Berger en "Introducción a la Sociología" Pag. 104)


Iniciamos en esta clase un nuevo tema: ¡todo lo relacionado con los grupos que Ud. siempre quiso saber!

En realidad sí quiere saber como funcionan los grupos... casi seguro es que Ud. no acostumbra a funcionar bien en ellos.

En otras palabras, llama la atención aquello que nos trae problemas. Pero no se incomode, por favor, los grupos traen problemas a todos... menos a sus líderes. Si Ud se siente muy cómodo en un grupo, seguro que lo controla. Es decir se hace lo que Ud. quiere.

Toda nuestra vida sucede en grupos y en parejas. Y en parejas dentro de grupos. El individuo se encuentra aislado sólo en breves momentos... y si es chino, aún menos.

Es natural que cualquier persona se interese por los grupos y su dinámica; pero la sociología tiene poco que aportar. Dicho con exactitud: tiene bastantes cosas que decir, pero pocas que nos sorprendan.

¡Ya! ¡Es difícil ser innovador en esta cuestión! De todos modos la buena noticia es que un porcentaje importante de la literatura sociológica está dedicado a "los grupos", a su funcionamiento y a sus disfunciones, es decir a las cosas que pasan cuando la gente no se entiende.

Como no deseo repetirme (por lo menos conscientemente) pediré a todo el "grupo" (que sigue estas clases) que se tome una molestia extra y consulte lo que escribí sobre el tema en

Si tuviera la seguridad que todos lo hicieran podría saltarme perfectamente el asunto para entrar en otras cuestiones. Pero la experiencia me muestra que cualquier cosa que se encomienda a un grupo... corre peligro de no hacerse, o demorarse más de la cuenta. Por lo que no tendré más remedio que resumir algunas ideas que en el citado artículo desarrollo.

Los grupos estan formados por individuos que se conocen, que interactuan face-to-face (o "cara a cara") y donde, por lo tanto, las líneas de comunicación y de relación son muy cortas. O dicho con otras palabras, las jerarquías tienen muy pocos escalones.

Todo grupo, sobre todo si es estable (si dura bastante tiempo), tiende a desarrollar rutinas de interacción, lugares donde se reúne, temas de conversación y estilos, en fin, de resolver sus conflictos. Todo grupo desarrolla una "cultura" de grupo, que es "subcultura" de la mayor o dominante.

Históricamente, en sociología, se ha llamado "grupos primarios" a los primeros que se encuentra el individuo, empezando desde la cuna. 

Grupo primario por excelencia es la familia (sobre todo la familia "nuclear", la que convive bajo el mismo techo). Grupo primario es también el grupo de amigos, y en general, a lo largo de toda la existencia, grupo primario es aquel donde predominan los afectos, los sentimientos sobre cualquier otra razón de unión. En realidad... con esta reglaí habría muy pocos grupos primarios (y no me acuséis de cínico); pero es evidente que los grupos "primarios" existen y son relativamente numerosos. Ello es así porque además de los sentimientos, que unifican, están también otros vínculos no menos fuertes y mucho más estables, como los intereses comunes, los lazos de parentesco, los hábitos compartidos, etc. etc.

Ello resulta evidente si consideramos a "la familia" como un típico grupo primario... aquí está al alcance de todos que no siempre los afectos son el principal motor de interacción. Pensad en todo lo que os une a vuestras familias, y todo eso forma parte en mayor o menor proporción de un grupo primario.

Los grupos secundarios son, en cambio, los que tienen objetivos claramente definidos. Son grupos donde lo principal es la tarea. Los grupos de trabajo son los exponentes más claros de esta categoría.

De todos modos los mismos avances científicos y tecnológicos pueden crear categorías híbridas. Tomemos, sin ir más lejos, este grupo; el que conformamos en este momento, centrado en el estudio de la sociología: ¿es un grupo primario o grupo secundario? ¿Y en que momento puede pasarse de grupo secundario a primario? Hay un ir-y-venir constante. Las fronteras en los grupos (sobre todo en los "secundarios") son muy fluidas.

En realidad debería plantearse antes una cuestión previa que la pregunta soslaya ¿es un grupo, este grupo?

Veamos aquí el uso diferente de la misma palabra: por un lado estamos hablando de grupo concreto, orgánico, viviente; y por el otro de grupo nominal, una categoría abstracta, una forma de llamar a un conjunto de personas que tienen algo en común... pero que no ponen nada en común; sólo su presencia.

Para entendernos. Una cola en la calle, esperando un vehículo público no es un grupo; aunque en una fotografía aparezcan como un grupo.
No es un grupo en tanto ni tiene estabilidad, ni las personas se conocen entre si y muchos menos interactúan. Pero es un grupo en tanto son personas que están más cercanas que otras y pueden ser vistas como un conjunto.

El mismo problema tenemos, aunque más complicado, al hablar de grupos. ¿De que clase de grupos estamos hablando? ¿de gente que se conoce y que interactúa... o sólo de gente que está junta?

Y volviendo a nuestro grupo, el que sigue este curso, ¿qué clase de grupo es? Vamos a suponer que exista cierta interacción, que un subgrupo numeroso participe (en la lista correspondiente), que se hagan preguntas, que haya discusiones y a veces, lo que es perfectamente habitual, "salidas de tono". En este caso sería un grupo verdaderamente. Y sería un típico grupo "secundario" con un objetivo claramente definido (aprender sociología) y una organización mínima pero suficiente para funcionar.

El hecho de definirlo como grupo "secundario" no es peyorativo, pero la misma palabra se presta a equívoco, por eso otros sociólogos prefieren hablar de "grupos operativos" o incluso grupos instrumentales. Pero lo de "operativos" ha hecho más carrera.

Es muy posible, entonces, que formemos un denominado "grupo operativo", que, espero, se mantendrá firme hasta el final de las clases. Luego podrán suceder muchas cosas, pero la más previsible es que el grupo se disuelva. Esto es lo que sucede con los grupos operativos: una vez cumplida su misión, desaparecen. Aunque no las personas, obviamente, que pueden pasar a formar nuevos grupos.

En nuestro grupo operativo la comunicación tiene una forma radial, desde el centro a los extremos; es decir desde el profesor a los alumnos, y viceversa. La comunicación, también, podría tomar otra forma (gracias a la lista de "Ayuda"); podría ser horizontal, en la que todos se comunican con todos. Una red de comunicación en un grupo operativo puede tomar diferentes dibujos aunque haya una tendencia a comunicarse más con el centro, con el profesor, debido justamente, a la naturaleza propia de esta clase de grupos: es un grupo de aprendizaje.

En este grupo (y en casi todos los grupos) existen miembros marginales. Son aquellos que reciben las clases, pero que no participan en la lista. Son miembros en tanto no hay tomado la decisión de irse, de desuscribirse. Dado que esa decisión es posible (y además fácil) se entiende que los que se quedan lo hacen voluntariamente; luego son miembros, aunque marginales porque no se comunican con los demás miembros del grupo.

También existen miembros muy activos. Observad que la participación es importantísima para integrarse a un grupo. Un miembro silencioso, por más que sea un sabio, será un sabio marginal. Desde el punto de vista del grupo es casi un cero a la izquierda. Si queremos que un grupo nos reconozca primero tenemos que ser visibles para el grupo; la principal razón de esa visibilidad es la participación, no el volumen corporal.

Todo grupo tiene un líder y miembros muy cercanos a él; también tiene, obviamente miembros marginales. No se pueden evitar ni se debe valorar negativamente. Los miembros marginales, en tanto sean considerados miembros, aportan algo al grupo; algo sutil pero real, aportan "número". Y el número es importante, porque de alguna manera arrastra también un poco de calidad. Cuanto más gente hay en un grupo existen más posibilidades de encontrar un "alma gemela". También cuanto más gente hay, el grupo es más importante, y ello redunda en beneficio de todos incluyendo a los miembros más activos.

¿Cómo podemos conocer la estructura de un grupo? Su armazón invisible que le da ese sentido peculiar (ningún grupo es igual a otro grupo, aunque se parezcan mucho).

Un sociólogo se agenciaría un poco de papel y un lápiz (en estos casos el ordenador puede ser una molestia, aunque sea el último modelo de portátil). Y silenciosamente, se puede dedicar a hacer palotes al lado del nombre de cada integrante presente del grupo. Una intervención (no importa que sea larga o corta) un palote, una interrupción un palote, si hablan varios simultáneamente (algo perfectamente previsible en España), un palote para cada uno de los que hablan; aunque nadie esté en condiciones de escucharse.

Parece una estadística bastante burda, y de hecho lo es, porque no toma en cuenta muchos fenómenos interesantes que están pasando... pero no es barro todo lo oscurito. Poco a poco se va perfilando una participación desigual, hay miembros que tienen muchos palotes, otros pocos... y lo que resulta más interesante, algunos nada.

Si guardáramos estas hojitas tan sencillas y las fuéramos acumulando día a día, reunión tras reunión, veríamos que las pautas se repiten y que hay miembros que siempre son activos y miembros que pocas veces lo son.

Aún no podemos precisar la estructura del grupo, porque un individuo puede participar poco y sin embargo tener mucho poder (estoy pensando, por ejemplo, en un grupo compuesto por gitanos); luego hay que cotejar nuestro gráfico de interacciones con otras señales comunicativas (por ejemplo, hacia donde se dirigen preferentemente las miradas cuando se plantea cualquier cuestión dudosa o de toma de decisiones). Pero el trabajo acumulado no ha sido en balde. Hay mucha diferencia entre el que no participa y no tiene poder (poder grupal, se entiende) del que parece igual pero sí lo tiene. 

El análisis de nuestra información cuantitativa junto con lo que observamos directamente y no lo graficamos (porque no estamos en una experiencia de laboratorio y hacerlo supondría un esfuerzo muy grande de "codificación") al cabo de varias reuniones permite esbozar un tipo de estructura grupal que luego habría que poner a prueba de alguna manera (por ejemplo, sí cuando se hace una sugerencia se logra, primero, el apoyo de algún miembro activo... ésta tendrá muchas más probabilidades de ser apoyada por el grupo).

Como se ve el estudio de la dinámica de grupos no va mucho más lejos que el sentido común; pero como éste suele faltar bastante (sobre todo en materia grupal) es evidente que un poco de entrenamiento ayudaría lo suyo.

Aquí quiero llamar la atención sobre algo que visto desde fuera resulta evidente y que sin embargo para el sujeto que lo vive pasa totalmente desapercibido: nuestros problemas con los grupos... empiezan en uno mismo.

Algunos psicólogos que trabajan este asunto (psicólogos sociales) descubrieron que poniendo cámaras de vídeo en diferentes actividades grupales y luego mostrándoselas a los sujetos más problemáticos éstos se dieron cuenta de muchas cosas que su propia conducta provocaba.

El resultado es que somos ciegos para los efectos que tenemos en los demás; efectos que también tendríamos en nosotros mismos si pudiéramos vernos como una persona aparte. Era común en estas experiencias que el individuo problemático dijera: "¡Yo soy así... pero es posible esto!"; avergonzándose y asombrándose, simultáneamente, de como se transforma su autoimágen cuando la contempla en tercera persona.

Como fotógrafo (documentalista, no artístico) estoy acostumbrado a la reacción de desagrado de muchas personas cuando se ven en mis fotos. No les gusta su expresión, el gesto, el rictus del rostro; no se reconocen, se perciben extraños e incluso desagradables... pero resulta que la máquina no miente (aunque el fotógrafo pueda ser, no lo niego, algo sádico). El problema es que no nos vemos y esto es de capital importancia para una interacción cordial. No me refiero sólo al sentido de la vista, me refiero a algo más global, no salimos de nosotros mismos para mirarnos con ojos ajenos.

Es difícil pero se puede intentar. Lo común es que ni siquiera se intente.

Tampoco quiero decir que los problemas de los grupos están centrados en nosotros mismos. Esto sería una especie de solipsismo egocéntrico. ¡Si las cosas no funcionan... es por mi culpa! ¡Vamos! Nadie es Dios y el mundo funciona incluso cuando no estamos. Pero nuestro aporte (a veces saboteador) no figura nunca en los análisis que hacemos, y eso es un sesgo que subjetiviza cualquier evaluación.

Nos quejamos mucho de los grupos pero en realidad no es que los grupos funcionen mal, sólo que su funcionamiento es muy peculiar. Son lentos, desorganizados y cualquier actividad cuesta más tiempo y esfuerzo que solos... pero no en todos los casos. En realidad el individuo alienta excesivas ilusiones de lo que haría mejor si lo dejaran sólo (o lo dejaran dirigir, con mano de hierro, el grupo del que se queja). La mayor parte de las cosas que un grupo no es capaz de hacer, tampoco las hace el individuo solitario. Así que mejor sería armarse de paciencia e intentar conocer como funcionan los grupos... aunque no aprendamos nada nuevo porque de alguna forma ya lo sabíamos. Lo sabíamos sin tomar conciencia; lo sabíamos, en sueños.

La clase se termina aquí. Me gustaría que leyerais, también el artículo mencionado al principio. Creo que puede ampliar lo aquí dicho. En la próxima veremos algunos puntos relacionados. Pero, siendo una cuestión que nos resulta muy cercana (sí se hiciera una escala entre temas próximos y lejanos) no vendría nada mal que aprovechando la interacción que permite este cursillo, cada cual expusiera su peculiar experiencia en estas lides. Sería, también, una forma de emerger de la periferia grupal para reunirse en un centro común.


Fin de la 7ª clase.
Carlos Salinas.
21-febrero-2000




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