Bakunin advirtió con extraordinaria precisión como la afirmación marxista "El proletariado se constituye en clase dominante" luego de la revolución, termina convirtiéndose en una dictadura de Partido (que supuestamente representa a ese proletariado triunfante). Podría argumentarse que en la segunda mitad del siglo XIX acertar sobre lo que sucedería décadas después no sería más que el resultado del azar... pero a Bakunin no se le escapó las consecuencias de convertir un sector de los trabajadores en grupo elegido, con el monopolio de interpretar lo que era "revolucionario" y lo que no.
Marx no tuvo en cuenta la situación de desclasamiento en la que cae el dirigente revolucionario aislado en su torre de marfil; situación que se repite hasta el hartazgo no sólo en los movimientos socialistas sino también en los de "liberación" que se han dado a lo largo del siglo XX. De la lucha nacional y popular... a la dictadura centralizada y corrompida que administra el legado revolucionario. El paso es obligado, en tanto los dirigentes viven en "otro mundo" que cada vez se aleja más de la situación real del pueblo que pretenden representar. No se trata de honradez personal de los dirigentes, ni de ausencia de valores o sacrificio personal. Todo eso existe en aquel que corre grandes riesgos en una lucha que no ofrece, en cierto momento, otro futuro que la cárcel o la muerte. Pero cuando las circunstancias cambian, los años pasan y el poder se convierte en un hábito... la burocrácia y la separación radical de las condiciones de existencia del pueblo real hacen su trabajo demoledor.
¡ OCVLUM TERTIVM ! (El tercer ojo... LA CÁMARA)
Hace 4 años
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