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miércoles, 11 de junio de 2008

Importancia de los archivos

LA VANGUARDIA 15-JUN-95
*Una juez deja en libertad a dos violadores muy peligrosos por ausencia de "alarma social".
sucesos.
*La policía, que investigaba el caso desde hacía sesis años, asegura que las víctimas fueron brutalmente agredidas: les robaron, las raptaron y las vejaron.
DOMINGO MARCHENA.
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BARCELONA. Juan Pedro L.F., de 23 años y Manuel A.A., de 26 fueron detenidos el pasado mes de abril acusados de tres violaciones "estremadamente violentas", según dijo la policía que tardó seis años en resolver el caso. Los agresores, a quienes sus victimas reconocieron a la primera, cometieron los delitos en 1989 y no volvieron a delinquir hasta hace muy poco. Jamás hubieran caído, de no ser por un fragmento de huella dactilar y por la perseverancia de los investigadores. Pero, apenas un mes después, los detenidos han quedado en libertad bajo fianza porque, en opinión de la juez, "no causaron alarma social".

(...)

Las violaciones de 1989 pasaron in advertidas, a pesar de su brutalidad, por varios motivos. Primero, porque la policía nunca informa de asuntos con detenciones pendientes. Además, inicialmente, no había certezas de que la tercera de aquellas agresiones estuviera relacionada con las dos anteriores.

Las tres víctimas repasaron infinidad de fotos sin reconocer en los rostros de aquellos delincuentes fichados a los hombres que las vejaron. Las tres fueron abordadas, en la avenida Diagonal, cuando se disponían a entrar o salir de su coche. Dos hombre jóvenes las amenazaron con navajas y les conminaron a que les llevaran lejos de allí. "Nos persigue la policía", les dijeron.

Las mujeres fueron obligadas a dirigirse a descampados de Sant Cugat del Vallés o Martorell, donde abusaron de ellas durante horas. Luego, las abandonaron, no sin antes robarles el choche y todo lo que tuvieran de valor. Los tres turismos aparecieron posteriormente en las inmediaciones de Sant Vicenç dels Horts, Baix Llobregat, pero ahí se acabaron todas las pistas.

Todas, menos una. En uno de los coches, la policía, que investigó el caso junto a la Guardia Civil, halló un fragmento de la huella dactilar de uno de los violadores. Aunque en apariencia, las pesquisas no avanzaban, los expertos en delitos sexuales de la policía de Barcelona cotejaban con cierta periodicidad esa huella con las de los nuevos detenidos, con la esperanza de que tarde o temprano volvieran a las andadas. Su paciencia tuvo recompensa: la Guardia Civil detuvo recientemente a Juan Pedro L.F. por un hurto e incorporó sus huellas a los archivos.

Uno de los ordenadores de Interior, dotado del denominado sistema automático de indentificación dactilar, reveló en uno de los controles rutinarios de la policía que las huellas de este detenido, hasta entonces sin antecedentes, coincidían con las que se encontraron en aquel automóvil. Días después, su presunto complice fué detenido. Se trataba de manuel A.A., vecino como su presunto complice, de ?donde? De Sant Vicenç dels Horts.

EN RECUADRO:
Las leyes, según una crítica tópia de tan frecuente, piensan más en los delincuentes que en sus víctimas. El auto de Elena Paramio, titular del juzgado número 2 de Sant Feliu de Llobregat, que ha dejado en libertad bajo fianza de un millon y medio de pesetas a dos presuntos violadores, es un buen ejemplo.

La resolución, técnicamente intachable, dice que entre los "indicios incriminatorios" que pesan contra los acusados, como las ruedas de reconocimiento y los informes dactiloscópicos, y la presunción de inocencia hasta que haya sentencia firme, cabe inclinarse por lo segundo. Además, agrega la juez, estos delitos "no son de los que se cometen con frecuencia en este partido judicial [Baix Llobregat]", no hay sospechas de que los procesados intenten huir y "no se ha producido alarma".

Todo esto está muy bien, pero ¿quién se acuerda de nuestros derechos?, deben preguntarse las víctimas, francamente alarmadas.

martes, 27 de mayo de 2008

Información y ruído

15/07/00
* La otra cara de la información, el ruido
http://www.gsi.dit.upm.es/~fsaez/elhombre/pcweek2150p.html

1. La cara oculta

A tenor de los criterios de desarrollo socioeconómico vigentes, formar parte de una sociedad de la información es un privilegio. Tengo entendido que, a finales de los años sesenta, Bell y otros sociólogos y economistas acuñaron el término sociedad de la información o sociedad postindustrial. Drucker, reconocido gurú del "management", utilizó en un libro de 1969 el concepto de sociedad del conocimiento (knowledge society). De los trabajos de todos ellos se desprende que algunos países llegan a construir sociedades avanzadas, en las que la vida es más cómoda e intelectual, el tiempo de ocio se expande y se abre un abanico ilimitado de oportunidades de acceso a la información y a la cultura. Para muchos tratadistas, una gran parte de los miembros de tales sociedades son trabajadores del conocimiento (knowledge workers), ¿se puede aspirar a algo mejor en este mundo?

Pero ahora veamos la otra cara de la moneda. Utilicemos el enfoque metodológico de Parkinson, Peter, Murphy, Illich y otros distinguidos observadores de los aspectos negativos de las organizaciones humanas, para poner de manifiesto algunas de las enfermedades derivadas del exceso de tecnología y de información, común a las sociedades de información.

Al respecto, podría uno orientar su reflexión por diversos rumbos de cuestiones tales como el poder y la información, los problemas de disociación entre realidad e información o entre opinión e información, las implicaciones laborales y educativas de la poderosa tecnología actual, las paradojas de la información-desinformación, o por cualesquiera otras. (Nota: en este artículo utilizaremos la acepción anglosajona de la voz 'tecnología', que, aunque etimológicamente incorrecta, es la más extendida, pese a gritos de alarma como el de Ellul, que aboga por sujetarse al significado justo de "discurso sobre la técnica" o "estudio de las técnicas". Véase J. Ellul, "Le bluff technologique", Hachette, 1988).

Referente a las paradojas hay una sorprendente casuística. Por ejemplo, pese a los esfuerzos informativos de los últimos meses acerca del sida, parece que un 50% de ciudadanos de la comunidad europea creen que este síndrome se contagia compartiendo el uso de un vaso con los afectados. Más contraintuitiva resulta la explosión actual de embarazos de adolescentes, en medio de una montaña de información sobre sexualidad y de los recursos correspondientes al alcance de la mano. Se puede argüir, claro está, que en los casos anteriores se trata de situaciones muy actuales y que no ha habido tiempo material para que la información se incorpore a los hábitos del comportamiento. Bien, pero ¿qué decir entonces de una encuesta reciente de Oxford que demuestra que sólo el 34% de los británicos sabe que la Tierra da vueltas alrededor del Sol y el 30% cree directamente que el Sol da vueltas alrededor de la Tierra?

2. Una sencilla teoría sobre circuitos de información-conocimiento-acción

Mi intención, sin embargo, se dirige primordialmente a realizar un análisis simplificado de los mecanismos que hacen de la información el flujo nutricio de ciertas sociedades, sobre todo en el plano del desarrollo económico y cultural, y que, vistos en negativo, revelan la causa de una parte de su patología. Tomo como punto de partida unas palabras del poeta T.S.Eliot, probablemente escritas en 1934, ante las cuales empalidecen los estudios de Bell, Drucker y demás socioeconomistas:

¿adónde se fue la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento, adónde el conocimiento que hemos perdido en la información?

Vertidas al lenguaje moderno de los signos y de los sistemas, se transforman en un curioso gráfico.

Si interrogamos a esas palabras de Eliot y al gráfico, ellos nos darán algunas respuestas de interés general en el orden reflexivo: (a) que hay gran confusionismo y mitificación en torno a las cuestiones de fondo relativas a la sociedad de la información, (b) que hay una jerarquía natural de información/conocimiento/sabiduría, (c) que la sociedad de la información puede llegar a ahogar a la sociedad del conocimiento y hacer desaparecer la sabiduría, si es que todavía existe alguna (por razones prácticas, en lo que sigue nos olvidaremos de ella), y (d) que la sociedad de la información, acelerada por la fuerza de la tecnología, podría tender ¡cruel paradoja! a convertirse asintóticamente en una sociedad del "ruido".

Premonición poética reformulada analíticamente

Preguntado el gráfico de manera más pormenorizada, nos devuelve nuevos enunciados, que casi parecen extraídos de un tratado de Física, lo que no tiene nada de incoherente con el universo de máquinas que nos rodea ni con el oficio del autor de estas líneas, aunque partan del pie forzado de una premonición poética.

* No hay conocimiento sin información y sin trabajo para procesarla

* No hay información sin conocimiento y sin trabajo

* El aumento de información incrementa el conocimiento, proceso sometido en uno u otro momento a una ley de rendimientos decrecientes

* El aumento de conocimiento incrementa la eficacia del procesamiento de información

* Cualquier acción meritoria se construye a través del conocimiento y más trabajo

* Un exceso de información tiende a anular la creación o regeneración de conocimiento

Con estos enunciados componemos una pequeña teoría, que se desglosará a continuación sistemáticamente, se ilustrará más adelante con un extenso surtido de observaciones de la vida práctica y se concluirá con varias notas sobre puntos de vista constructivos para evitar algunos de los efectos patógenos de la información. El bosquejo de esta teoría -si es que merece tal nombre- se inició en una breve tribuna escrita por el autor para el boletín IRIS, de Fundesco, en su número de junio de 1990.

Su modesto alcance deja fuera varios factores que sin duda permitirían afinarla, pero que acaso desvirtuarían la pretensión principal del autor de resaltar cómo el conocimiento y el esfuerzo constituyen precisamente las piedras angulares de una sociedad de información saludable y equilibrada.

Para empezar, acordemos que vamos a utilizar el concepto popular de información, no el concepto técnico o matemático. No distinguiremos entre información y dato, ni haremos otras parecidas matizaciones importantes, de manera que información, para nosotros, será simplemente un texto, una imagen o una conversación telefónica. Podemos medir la cantidad de información por el número equivalente de caracteres o de bits, con independencia de su código, calidad, pertinencia o sentido. En cuanto a los demás conceptos, como conocimiento, esfuerzo, sabiduría, etcétera, nos mantendremos igualmente en una posición intuitiva, es decir, en una banda media asequible a todo el mundo.

Lo que pretende representar el gráfico es que tanto en la actividad laboral como en el ocio, cada uno de nosotros participa en varios, muy diferentes y a menudo concurrentes circuitos de información-conocimiento-acción, sobre cuya dinámica básica conviene tener una idea clara. Una primera cosa es que no hay conocimiento sin información y sin cierta cantidad de trabajo para procesarla: si este texto que estoy escribiendo llega a alguna persona -es sólo un ejemplo-, ésta querrá o no querrá, podrá o tendrá, según las circunstancias, que aportar un esfuerzo inteligente para leerlo aunque sea superficialmente, reflexionar sobre él, cotejarlo con otras informaciones, seleccionar alguna de sus partes o aspectos, modificarlo o rechazarlo, hacer hipótesis sobre su aplicabilidad, o simplemente aplicarlo o intentar aplicarlo a alguna situación o conjunto de situaciones. Con la información que compone este texto se puede construir una síntesis, elaborar un modelo explicativo, trazar unas pautas, tal vez iniciar o completar una teoría o un debate. Sin entrar en mayores distinciones, a todo eso se le puede llamar conocimiento, entendido como información metabolizada por cada individuo.

Tal vez en algún punto del proceso anterior, o con toda probabilidad en momentos posteriores, a partir del conocimiento el sujeto construirá acciones, más o menos acertadas, congruentes o no con objetivos personales u organizativos. También ese paso requiere un esfuerzo. Entre paréntesis, he de advertir que, en mi concepto, el esfuerzo (mayor o menor, según las capacidades, sintonía, criterios de calidad e intereses personales del sujeto) está indisolublemente unido a un cierto grado de dificultad del trabajo involucrado en el circuito.

Hemos definido un circuito activo de los muchos que se crean en nuestras vidas personales: información/ esfuerzo/ conocimiento/esfuerzo/ acción. Frecuentemente, la acción consiste en elaborar una nueva información, por ejemplo, un deber escolar, un libro, un informe, una obra plástica, un anteproyecto, un vídeo, un programa de ordenador. En tal caso, se cierra el circuito, y esta operación es cada vez más frecuente en la que llamamos sociedad de la información. El sujeto actúa ahora como una fuente de información.

El ruido hace su aparición

Pero sigamos analizando cualitativamente el circuito bajo otras consideraciones. Antes hemos dicho que "no hay conocimiento sin información". Ahora tenemos que decir que tampoco hay información sin conocimiento y sin esfuerzo, lo que significa que una información que llega a un receptor humano desprovisto del conocimiento y del lenguaje pertinentes -las claves- es clasificada como "ruido", término que emplearemos aquí en un sentido intuitivo (igual que en acústica se entiende como sonido indeseable, en telecomunicación e informática 'ruido' significa perturbación sobre el canal de comunicación, anti-información o no-información: "lo que no es información es ruido", solemos decir).

En palabras más vulgares, sin conocimiento la información no tiene significación alguna, y por tanto ningun valor, aunque asimismo hay información significativa para el receptor, pero sin valor para él por variadas razones. Por consiguiente, esa información o parte de ella y los consumos necesarios para crearla, transmitirla o almacenarla se pierden o desaprovechan en ese circuito concreto, que es el aspecto que me propongo poner de manifiesto.

Los elementos del triángulo información-esfuerzo-conocimiento muestran una relación simple e interesante. En el plano cuantitativo, a mayor cantidad y densidad de información, mayor necesidad de esfuerzo para construir conocimiento, mientras que, en sentido contrario, cuanto mayor es el conocimiento del receptor menor es el esfuerzo para procesar una determinada cantidad de información. Es decir, el rendimiento de un circuito, para una determinada clase de información, crece con su grado de conocimiento pertinente, y ésta es la base de lo que se entiende por curva de aprendizaje en cualquier materia. Una vez alcanzado un máximo en la curva, el grado de sintonización y el rendimiento son óptimos, pero también el sujeto en cuestión ha llegado a un límite en su capacidad de procesamiento de la información que recibe, ha llegado a la saturación de sus canales receptores.

De los párrafos anteriores se desprende la noción de que, en circunstancias normales, una especie de ley del mínimo esfuerzo parece regir la puesta en obra de dicha relación por parte de cada ser humano. Como corolario de la propia ley, una información muy especializada se expresa necesariamente en una jerga propia o lenguaje de alto nivel -en lenguaje matemático, por ejemplo- que encierra en sí mismo un paquete de conocimiento, y por tanto exige un receptor adecuado, y si éste no lo es la rechazará, a no ser que se muestre dispuesto a aportar esfuerzos desproporcionados y duraderos para desentrañarla.

Pienso que esta última opción la podemos desconsiderar en adelante, aunque no me resisto a anotar marginalmente unas observaciones relativas a la estructura del conocimiento científico de la sociedad española (ver cuadro 1).

Cuadro 1 La curva de aprendizaje científico de la sociedad española va muy retrasada con respecto a otros países del occidente europeo y patentiza el colonialismo científico y tecnológico que padecemos, pese a estar conceptuados como una de las primeras potencias industriales.

España es una país científicamente invertebrado, circunstancia todavía no percibida en su verdadera gravedad y que, entre otras consecuencias para nosotros, convierte el flujo internacional de información de libre disposición en un material desaprovechado en su mayor parte y el resto que no lo es consume grandes y sin duda encomiables esfuerzos de puesta al día. En todo caso, reproducimos más que creamos, haciendo bueno a Bergson, que, hablando de la flecha del tiempo, estableció que la diferencia entre la creación y la copia reside en el esfuerzo (en la 'duración').

Puede servirnos de ilustración el dato particular del sector informático, que, habiendo facturado en nuestro país en 1989 unos seiscientos mil millones de pesetas, dispone de una sola revista de orientación científica, con periodicidad trimestral y una precaria tirada de ¡500 ejemplares!. También los medios periodísticos de propósito general constituyen un eco de esta situación, si partimos del postulado de que las informaciones preparadas por aquéllos para sus lectores se acomodan a la ley del esfuerzo enunciada hace un momento: "El tratamiento que los medios de comunicación españoles dan a la información científica y técnica es aún pobre y escaso", se concluía textualmente días atrás en una Jornada sobre Periodismo Científico celebrada en Barcelona. Uno no puede estar más de acuerdo con tal conclusión, y más recordando los soberbios y profundos artículos de carácter científico que ya hace veinticuatro años leía en Le Monde, aún sin parangón posible con los publicados actualmente en la prensa española.

La relación en el plano cualitativo consiste en que el rendimiento del circuito crece con la calidad constructiva de la información, esto es, una información bien estructurada y adaptada a los requerimientos cognoscitivos del receptor exige menos esfuerzo que otra que no lo esté. Y viceversa. El oscurantismo -"ruido" planificado o ignorancia-de muchas publicaciones científicas, al socaire del uso de un inevitable lenguaje especializado, constituye un ejemplo corriente de mala calidad en la información. Tomando como pie las mismas palabras de Eliot, acaba de publicarse una profunda reflexión, centrada (aunque desbordándolo con creces) sobre este asunto de la información científica, del conocimiento y del saber en los tiempos de la tecnología electrónica para la gestión documental (N. Amat, "De la información al saber", Fundesco, 1990).
Una vez que ya hemos dado el salto de lo cualitativo a lo cuantitativo, forzaremos el razonamiento hacia un marco funcional de organización empresarial o social para situaciones desbordadas. ¿Qué puede suceder en este tipo de circuitos que estamos analizando cuando aumenta copiosamente el flujo de información? Pueden ocurrir bastantes fenómenos, aunque aquí resaltaremos dos de ellos, notables por sus efectos limitadores.

Hiperinformación y rendimientos decrecientes

Como ya se ha dicho, al aumentar el nivel de información, aumenta el conocimiento, pero también crece el consumo de esfuerzo necesario, y por tanto llega inevitablemente un momento en el que el esfuerzo debe fragmentarse por el principio de distribución del trabajo, especializarse, y repartirse en parcelas o islas de conocimiento.

Tal es el primero de los fenómenos que quería resaltar, y que no es sino uno de los efectos clásicos del rendimiento decreciente. Las islas se expanden y hasta se hipertrofian. Automáticamente, se crean circuitos "independientes", con la consecuencia de que buena parte del flujo de información que atraviesa la sociedad o el subsistema social implicado se transmuta en ruido al distribuirse por los circuitos inadecuados. Ahora bien, precisamente uno de los valores supremos y definitorios del conocimiento es su caracter integrador, por lo cual, para mantener dentro de un determinado marco organizativo el nivel ya alcanzado de utilidad del conocimiento se necesitará consumo adicional de energía e información para tender una maraña de circuitos-puente compensadores. El sistema, cualquiera que éste sea, ha entrado en una zona de ineficiencia creciente.

Sin embargo, el efecto más negativo se manifiesta cuando un estado de hiperinformación consume toda la energía (o tiempo) disponible anulando la asignación de esfuerzo para creación o regeneración de conocimiento. Dicho efecto tiende a acentuarse cuando, como ocurre en la actualidad, el tono social estimula a elegir los circuitos "fáciles" o de mínimo esfuerzo. En tal caso, los circuitos no sólo se llenan de "ruido" sino que se trivializan, convirtiéndose en meros aparatos reproductores de información (o de ruido). Este es el camino hacia la acción repetitiva, vacía y sin sentido creador, hacia la pura multiplicación informativa, fenómeno que se acentúa galopantemente hoy día a causa del enorme poder amplificador de la tecnología. El estado de ruido, despilfarro, vaciedad, desorden y otros etcéteras sugieren una situación similar a la del crecimiento de la entropía en el orden físico.

Los análisis anteriores se materializan en la práctica de una infinidad de maneras, que representan un muestrario tanto de consecuencias no deseables como de mecanismos sociales de adaptación a este tipo de sociedad. Los métodos de lectura (y de escritura) rápida, el "zapping" de la televisión o los seminarios de gestión del tiempo para los ejecutivos de empresa son otros tantos mecanismos, equiparables en sus causas al auge de la frivolización, del plagio, del uso simplista y despilfarrador de la tecnología, de la mala calidad de la información y de otros más.

En los próximos apartados veremos cómo el crecimiento de la masa de informaciones transforma paulatinamente a algunos sistemas sociales en sistemas de información, cómo puede engrandecerse la burocracia gracias a la informatización, cómo aparecen "enfermedades" nuevas llamadas analfabetismo funcional y analfanumerismo, y cómo puede empezarse a valorar al ser humano como si de una máquina informativa se tratara. Todos ellos son síntomas de una tecnopatología social.

3. Extractos de la práctica cotidiana

La polución informativa es un hecho envolvente y agobiante. Los buzones se llenan de folletos publicitarios, en el área de Madrid doce periódicos de información general o económica se nos ofrecen desde los quioscos embellecidos con toda clase de suplementos e incentivos, y semanalmente más de cincuenta películas nos tientan desde los canales públicos y privados de TV. Algunos periódicos de fin de semana se convierten en un bloque de 250 páginas, aunque aún no llegan a los volúmenes de algunos diarios americanos que te dejan atónito y añorando una carretilla.

Los libros de cualquiera de nuestros hijos estudiantes de EGB o de BUP, puestos uno encima de otro, alcanzan una altura superior a los veinte centímetros; y de la universidad ¿para qué hablar? En una dimensión más universal, he podido leer que en el mundo se publican anualmente cerca de un millón de títulos de libros y un millón de revistas científicas. Lógicamente, este último dato no lo puedo confirmar personalmente -véase en "El atlas Gaia de la gestión del planeta", Ed. Hermann Blume, 1987, coordinado por N. Myers-, pero sí puedo decir en cambio que solamente una sociedad profesional entre las varias de las que soy miembro por una de mis especialidades edita 10 revistas distintas, y su número crece regularmente a razón de una por año, sin contar un montón de boletines especializados de difusión más minoritaria.

El sistema sanitario se convierte en un sistema de información

Uno de los aspectos más notables de la sociedad de la información es la rápida, y al parecer irreversible, conversión de su sistema sanitario en un sistema de información.

Cuadro 2 La cantidad de datos almacenados por día en un hospital moderno de 700 camas está cerca de un Gigabyte (equivalente a mil millones de caracteres alfanuméricos) y la cantidad de datos leídos en ese mismo intervalo puede ascender entre diez a quince veces más (A. Todd-Pokropek, "Medical Imaging", Computer Bulletin, vol. 3, part 4, sept. 1987). Más que la burocracia, que tiende también a crecer pavorosamente, la mayor fuente de esa increíble masa de datos es la generación de imágenes: electrocardiografía, electroencefalografía, radiografía, ecografía, etcétera, ya que, como se sabe, una imagen contiene una cantidad enorme de información.

Según declaraciones de S. Kaihara, director del Hospital Computer Centre de la Universidad de Tokio, el 40% del tiempo laboral del personal sanitario de los grandes hospitales se ocupa en tareas de elaboración, transmisión y archivo de información. "El hospital moderno sufre una eclosión de información: su volumen se dobla cada siete años" (El País, 9-6-1990).

Nadie en su sano juicio sería capaz de negar la importancia objetiva de un análisis de sangre o de un "electro", pero aquí estamos hablando de los excesos que nos acechan, en el caso de que la esencia del sistema sanitario acabase transmutándose en otra cosa, si la enfermedad y la salud y los mismos ciudadanos terminasen por ser procesados como paquetes de información por un sistema en el que los propio médicos están empezando ya a necesitar ayudas todavía inexistentes y sofisticadas para filtrar tantos millones de datos (G. Fernández, J.M. Montero, "Inducción y distribución del conocimiento médico con sistemas expertos", Jornadas Rank Xerox sobre Sistemas Expertos, Madrid, nov. 1986). Es lógico pensar que para cada sistema haya un estado, a partir del cual el médico, en lugar de servirse de la información, corra el peligro de hacerse servidor de ésta, metamorfoseándose en un eslabón más de la cadena del sistema de datos, deje probablemente de desarrollar su ojo clínico y entre en el espacio funcional de los que hemos llamado circuitos de rendimientos decrecientes.

Parkinson, de nuevo La burocracia tiende a crecer sin parar, fenómeno absolutamente universal que la tecnología informática mal entendida ha elevado a alturas sublimes. Peter, famoso por sus estudios profundos acerca de las organizaciones humanas y de las jerarquías, llamaba al Pentágono "ese bastión del papeleo inútil". Hace muy poco he leído "que en la sede de las Naciones Unidas, en Ginebra, se producen cada año más de un millón de páginas escritas" (M. Rodriguez, "La formación tecnológica de los periodistas", Boletín Fundesco, 106, junio 1990). Tal como están las cosas, parece que pronto será plenamente acertado parafrasear la primera ley de C. Northcote Parkinson, el maestro indiscutido de todos los expertos en burocracias, en el sentido siguiente: la información se expande hasta ocupar todo el tiempo y espacio disponibles.

Cualquier ciudadano a quien le hayan robado la rueda de repuesto de su coche, por poner un ejemplo, y vaya a denunciar el hecho a la comisaría más próxima, podrá comprobar que una parte importante de los efectivos de la policía, en vez de estar persiguiendo a los delincuentes, se encuentra atada al ordenador tomando declaraciones a los afectados. Personalmente, he tenido que padecer esta o parecida situación en cuatro ocasiones, pudiendo constatar en propia carne que la operación en sí (cola de espera aparte) dura unos veinte minutos, que el funcionario saca, una tras otra, por la impresora conectada al computador, cuatro copias -¿para qué pueden necesitarse tantas copias?- y que jamás me han devuelto nada de lo sustraído. Este es un caso que, si se generaliza, provocaría una situación semejante a la del sistema sanitario, ya que con tal enfoque el sistema de seguridad y protección de la ciudadanía tiende sin remedio a convertirse en un sistema de información, probablemente en un mal sistema de información.

Por mi profesión, tengo contacto con empresas avanzadas del campo de la tecnología de la información y por ello puedo certificar que sus ejecutivos emiten y reciben montañas de datos, tales como informes, memorandos, proyectos y otros tipos de documentos, que la mayoría de las veces nadie tiene tiempo de leer y mucho menos de examinar con un mínimo de atención. Se produce el famoso efecto de la circulación vana. Para disimular, este mismo efecto se puede enunciar de una forma más eufemística, como ahora verá el lector que hacía un ejecutivo importante de IBM (recogido por el periódico Expansión, de 5-5-1990): "minuto a minuto, en los cinco continentes, cientos de plantas y oficinas de IBM bombean sin parar cantidades ingentes de datos. Se supone que la información debe servir a toda la compañía, pero la firma no ha conseguido emplearla como un arma estratégica". Y cuantos participan en proyectos europeos de investigación se hacen lenguas del cúmulo sin fin de informes que se redactan en un pésimo e incomprensible inglés, aparentemente para alimentar la insaciable burocracia comunitaria.

Un ejemplo sofisticado, pero simpático por lo que tiene de paradójico, lo he encontrado en el resultado de las deliberaciones de un Comité para Publicaciones que, constituido como foro para discutir la conveniencia de publicar o no una nueva revista dedicada a la Interacción Hombre-Máquina, acumuló, por el procedimiento de teledebatir el asunto a través del correo electrónico, ¡decenas de miles de páginas de texto de propuestas! (P. G. Polson, "A progress report from the SIGCHI Committee on publications/communications", SIGCHI Bulletin, abril, 1990).

El último ejemplo nos da un atisbo del mundo emergente de circuitos de información formado por los computadores personales y por los terminales de videotex, que, conectados a través de las redes de transmisión de datos nos proporcionan, entre otras cosas, el poder de crear un texto cualquiera, como éste que contiene alrededor de 60000 caracteres, y enviarlo con un golpe de tecla a varios miles de personas que comparten el mismo servicio.

Analfabetismo funcional y analfanumerismo

Antes se hablaba de analfabetismo, a secas. Ahora, la sociedad de la información ha creado la categoría del analfabetismo funcional, por lo cual el primero ha pasado a ser calificado de 'absoluto'. Precisamente estamos en el año internacional de la lucha contra el analfabetismo (absoluto), porque, aunque nos parezca mentira, en el mundo hay 900 millones de analfabetos, y, todavía más increíble a estas alturas -y cito cifras suministradas por la Cruz Roja Española- en nuestro país quedan 1,4 millones de ellos. La verdad es que podrá decirse que esta clase de personas pertenece a países no desarrollados o que, por su edad o por el medio rural en el que viven no se han incorporado al mundo de la información. Bien, hablemos entonces de los analfabetos funcionales. Cuadro 3 Los analfabetos funcionales saben leer y escribir, pero carecen de la funcionalidad necesaria para las exigencias de la mayoría de los más modestos modernos puestos laborales. En los Estados Unidos de América, reconocida como la más avanzada sociedad de la información, una comisión presidencial para la "Excellence in Education", después de dieciocho meses de trabajos y encuestas, entregó su informe en 1983 en el que se decían cosas como éstas: alrededor del 13% de los jóvenes de diecisiete años pueden considerarse analfabetos funcionales, aproximadamente un 40% son incapaces de practicar inferencias sobre un material escrito, sólo una quinta parte podrían redactar un ensayo convincente y sólo una tercera parte estarían en condiciones de resolver un problema matemático que requiera varios pasos.

En España, según acaba de leerse en la citada revista de la Cruz Roja, se baraja la cifra de 10,5 millones de personas aquejadas de este tipo de analfabetismo, aunque sean mayores de quince años y estén en posesión del certificado escolar o de un título de formación profesional de primer grado.

Por otro lado, algún parentesco con el analfabetismo funcional han de tener los mediocres resultados que nuestros estudiantes de COU obtienen en el ejercicio de comentario de texto durante sus pruebas de acceso a la universidad. A fin de cuentas, el ejercicio consiste básicamente en extraer la idea principal y las ideas secundarias de un texto de unos dos folios y en establecer las relaciones que las unen. Aparentemente, los alumnos no entienden bien los textos o si los entienden al menos son incapaces de demostrarlo, si, como dicen los profesores que estan en ello, " la repetición de ideas, la pobreza en la expresión y su escaso bagaje cultural constituyen las características más comunes" (El País, 5-6-1990).

El concepto de analfabetismo funcional parece tan arbitrario como el de fracaso escolar, ya que su existencia misma depende de la altura de un listón de prueba. No es cosa de entrar en ello, lo que sí podemos hacer es admitir dos ideas. Una, que, pese a aceptar un fondo de arbitrariedad en todo este asunto, algo de cierto habrá si es verdad que cuando el río suena agua lleva. Y dos, que definitivamente alguna relación debe ligar ambos conceptos. El analfabetismo funcional podría ser una consecuencia conjunta del fracaso escolar y de las exigencias crecientes de la nueva sociedad de la información. Y el fracaso escolar, con las salvedades que se quiera, parece representar un fracaso manifiesto de la sociedad de la información.

Como padre de varios hijos y profesor desde hace 23 años he vivido, sufrido, reflexionado y escrito sobre estos problemas educativos. Sé que las causas son diversas y complejas, pero a la hora de resumir en una fundamental diría que se trata sobre todo de un caso de hipertrofia en el programa de conocimientos frente a la cada día más reducida capacidad de esfuerzo en los circuitos juveniles disponible para asimilar ese denso caudal informativo. El esfuerzo se paga, entre otras monedas, con tiempo, y tanto aquél como éste, además de tener un límite físico, lo tiene también psicológico, por lo que el estudiante de BUP se ocupa de otras actividades que le resultan mucho más agradables y requieren menos esfuerzo, como ver la tele -se dice que tres horas diarias en promedio-, salir a la calle a divertirse, escuchar una y mil veces las mismas músicas con los amigos o cultivar alguna afición. La vida, y la información abundantísima y fácil para el entretenimiento le restan tiempo a la atención a la escuela, a cuyo término tampoco ve un incentivo claro. Pero, ¿por qué no será capaz la institución educativa de reducir drásticamente sus programas en todos los niveles a lo que sea esencial, en lugar de acumular y acumular, con los resultados que estamos viendo?

Cuadro 4 El analfanumerismo es una carencia todavía más moderna, es el analfabetismo informático. Pronto se empezará a cuantificar el número de analfanuméricos, y tal vez un poco más adelante se diferenciará entre analfanuméricos absolutos y analfanuméricos funcionales, porque una sociedad de información acaba siendo una sociedad de alta tecnología (high-tech society), una sociedad informática.

Para afrontar este estatus, todos los países considerados como sociedades de información o aspirantes a ello se han lanzado estos últimos años a discutir y promover programas de alfabetización informática en los colegios, sin por eso reducir la intensidad de los planes de estudio vigentes. En España ha habido o hay el Plan Atenea, que no ha sido precisamente un modelo exportable de éxito institucional.

4. Metamorfosis de los ciudadanos en procesadores y paquetes de información

Algunas características tradicionales del ser humano se van diluyendo a medida que la sociedad de la información lo va convirtiendo en un ciudadano moderno, metamorfoseándolo progresivamente en un procesador (activo o pasivo), en un forzado almacenista de información y, por supuesto, en un paquete de información. Mejor dicho, en un conjunto de diversos paquetes de información: paquete de información económica, paquete de información fiscal, paquete de información sanitaria, etcétera. Su vivienda, su mentalidad y sus costumbres experimentan una transformación adaptativa. Aprende a manejar cajeros automáticos, a leer apuntes contables de bancos, a seleccionar los recibos desgravables, a comparar rentabilidades de ahorros e inversiones, a clasificar acetatos radiográficos, a servirse de una terminología nueva: base imponible, iva, endoscopia, escáner, analítica, parabólica, telecompra, t.a.e., ecu, fax, clave de acceso, número de identificación fiscal (n.i.f.), un largo etcétera. Hace pocos años éramos portadores de valores, ahora somos portadores de tarjetas. Cuando se generalice la tarjeta con memoria y procesador electrónicos integrados en ella, entonces seremos auténticos paquetes ambulantes de información.

Cuadro 5 Hablando de seres humanos y de procesadores, suceden cosas fantásticas. Veamos de qué forma tan original se definía al ser humano en un reciente artículo (K. Wright, "Hacia la aldea planetaria", Investigación y Ciencia, marzo, 1990). "Ser humano: Dispositivo analógico de procesamiento y almacenamiento de información, cuya anchura de banda es de unos 50 bits por segundo (unos 6 caracteres). Los seres humanos sobresalen en el reconocimiento de formas y regularidades, pero son lentos en los cálculos secuenciales".

Al lector poco avezado en materia de tecnología hay que aclararle que esta definición califica al hombre de manera netamente despreciativa. Lo que expresa en realidad es que, considerado aquél como máquina, es decididamente un mal aparato de información, y no está en absoluto a la altura de cualquiera de los sistemas artificiales o materiales, como por ejemplo una fibra óptica, que puede transportar decenas de miles de canales telefónicos, o una red local para ordenadores dotada de una capacidad de diez millones de bits por segundo.

La referencia del ser humano como dispositivo, debida al Sr. Wright (cuadro 5), puede parecernos una simple anécdota. Pero probablemente es más que eso, porque ilustra una cierta evolución en el pensamiento, un estado de opinión y un síntoma de cambios de perspectiva, caricatura seguramente de un tipo de sociedad de información, avanzada pero poco equilibrada. Hace no muchos años era frecuente oír cómo al ordenador se le denominaba cerebro electrónico, cosa que a los técnicos nos molestaba sobremanera. Sin embargo, era una denominación antropocéntrica, todavía la medida era el hombre: el computador era una especie de cerebro.

Un cambio de perspectiva nada casual

En el decenio de los cincuenta se acuñó el término inteligencia artificial para expresar un nuevo campo de investigación que se ocupa de simular con computadores ciertas operaciones de la inteligencia humana. "Haciendo que una máquina piense como un ser humano, éste se recrea a sí mismo, se autodefine como una máquina" (D.J. Bolter, "Turing's Man: Western Culture in the Computer Age", Duckworth, 1984). Una de las consecuencias más importantes del éxito inicial de la Inteligencia Artificial fue su impacto en el enfoque metodológico de la Psicología Cognitiva. Un sector importante de los investigadores de la cognición ha utilizado la estructura de los computadores como modelo básico para la comprensión de las operaciones mentales. Dicho de forma más terminante, el cerebro es una especie de computador, un procesador de información.

Con este enfoque, sin duda muy discutido, se ha pasado sutilmente a una referencia mecanocéntrica, en la que el patrón es la máquina y no el ser humano. El Sr. Wright cuenta con el ambiente tecnoeconómico y con el trasfondo teórico adecuados para examinar al hombre como un procesador de mala calidad. Los psicólogos cognitivos podrán echarse ahora las manos a la cabeza acerca de cómo se distorsionan sus modelos, pero esto es lo que sucede.

5. Ingenuidad frente a la tecnología

Seguramente, nadie mejor que Iván Illich ha estudiado los efectos negativos de la sociedad postindustrial, causados, en síntesis, por un excesivo poder de las herramientas. Las herramientas son el sistema educativo, el sistema de transporte, el sistema médico, el sistema tecnológico, el sistema de control energético, etcétera, y los especialistas integrados en estos sistemas.

Illich y otros lo anunciaron

Illich elaboró en el decenio de los setenta un discurso sobre la desigualdad y la injusticia social, adelantándose a lo que ahora se llama la brecha norte-sur, pero, en lo concerniente a este artículo, hay que decir que Illich no presenta en sus tesis un frente inexorablemente contrario a los progresos tecnológicos, sino -sobre todo- a sus excesos. Considera que por encima de un cierto nivel de concentración se entra ya en un proceso de incompetencias y de efectos dañinos en el que los sistemas empiezan a autoalimentarse alejándose progresivamente de sus fines fundacionales: el sistema sanitario multiplica sus impactos yatrogénicos, el sistema educativo se autoperpetúa y enseña menos en proporción a sus costes, el sistema de transporte se colapsa a pesar del crecimiento enorme de sus inversiones, etcétera.

Un ejemplo que todo el mundo entiende y que estaba descrito con toda suerte de pormenores en la obra de este crítico social es el caso particular del coche en las ciudades. El auge imparable del parque automovilístico ha hecho decrecer drásticamente la velocidad media del tráfico en población, los atascos han adquirido el carácter de paradigma, los costes de mantenimiento (remodelación de la ciudad, medidas anticontaminantes, seguros, consumos de energía) del sistema se han disparado hasta unos extremos que nadie sabe evaluar, el tiempo de ocio se recorta y la salud física y psíquica de los urbanitas se deteriora día a día.

El problema con la información podría ser bastante parecido, sólo que no se ve. Aunque lo cierto es que puede llegar a ser peor, primero, porque, una vez instalado el sistema tecnológico, él nos da el poder de multiplicar la información prácticamente de forma ilimitada y, en segundo lugar, porque el sistema de información que con él se genera invade a todos los demás sistemas, o crece dentro de ellos, como se prefiera, y a menudo adornado con los atributos de la incompetencia.

Reto e incertidumbre

Es evidente que estamos ante un reto. La buena noticia es que se abren hoy millones de circuitos humanos de información, nuevos y prometedores, o se ven teóricamente potenciados por toda clase de máquinas y que muchas de ellas -sobre todo si estan computadorizadas-son por sí mismas paquetes de conocimiento, limpias, silenciosas y de escaso consumo energético. Hay verdaderamente de qué maravillarse sobre el mundo de posibilidades y el poder de esas máquinas en lo tocante a generar, procesar -es decir, clasificar, seleccionar, transformar, computar, filtrar-, transmitir, almacenar y recibir información. La mala noticia es que hay motivos para preocuparse cuando los hombres no están, en un cierto sentido por lo menos (no en el de Wright, desde luego), a la altura de sus máquinas. Y, ciertamente, casi nunca lo están.

Cometeríamos pecado de ingenuidad suponiendo que la tecnología, con su sola presencia a nuestro lado, nos hace más inteligentes. El juego no funciona así, sino de esta otra forma: para ser útil, eficaz o liberadora, según los casos, la tecnología de la información, especialmente cuanto más avanzada sea, como la informática y técnicas afines, exige más inteligencia, prudencia, y hasta sabiduría. Asimilar, comprender y organizar adecuadamente estos paquetes de conocimiento requiere esfuerzos notables de formación, reflexión y experiencia. En resumen, un acondicionamiento previo y un mantenimiento de los circuitos, según la teoría que se está exponiendo en este artículo. Sin cubrir mínimamente este requisito, puede apostarse mil contra uno a que incrementos sucesivos en la cantidad y la complejidad de la tecnología convierten la ley de los rendimientos decrecientes en una ley de rendimientos geométricamente decrecientes. He ahí una buena fuente de incertidumbre.

6. Sociedad del conocimiento

La tecnología es inseparable de la historia de la humanidad. Pero, en momentos de aceleración histórica y tecnológica como los actuales, podría decirse que una parte del conocimiento que cuenta socialmente cada día más es el constituido por la pareja formada por el operador humano y su tecnología. Dicho en términos más elaborados, tal pareja construye una célula de organización neguentrópica (negadora de la entropía, del 'ruido') y alberga la posibilidad de componer - por medio de esfuerzos drásticamente reducidos- circuitos de información de calidad, de aumentar el conocimiento o de desarrollar acciones con sentido. "No es la cantidad de información, sino la organización de la información, lo que importa" (E. Morin, "La Méthode, I", Seuil, 1977).

Debería estar muy claro que la innovación tecnológica de las empresas, de las instituciones o de la sociedad no consiste sólo en incorporar tecnología, y mucho menos cualquier tecnología o dosis indiscriminadas de ella, lo que acarreará con toda probabilidad muchos efectos negativos, sino en incorporarla en un sistema inteligente y autolimitado, en donde los circuitos humanos de la información compongan algo similar a un tejido 'neguentrópico', una estructura del conocimiento. La sociedad de la información no funciona si no se organiza sabiamente como una sociedad del conocimiento y del esfuerzo.

Lógicamente, es más fácil postular remedios -sobre todo si son teóricos- que ponerlos en marcha. Pero, en fin, esto es un ensayo, no un plan político o económico. Su responsabilidad alcanza solamente a suministrar ideas o puntos de vista, con la pretensión de ayudar a comprender el porqué de los fenómenos que los versos de Eliot predijeron que sucederían. A mí me han enseñado que quien comprende las causas de los problemas está en el camino de resolverlos. Estoy convencido de que técnicamente hay fórmulas para negar o retrasar el cumplimiento de esos versos, especialmente en ámbitos reducidos. Tengo menos fe en una solución general, porque creo que la sociedad de la información, en los tiempos que corren, representa un estado de profunda injusticia que se soporta en la miseria de tres mil millones de seres humanos. La diarrea informativa que estamos empezando a padecer, en la que naufragan el conocimiento y la sabiduría (la prudencia, el sentido común, la ética, la solidaridad), se asemeja cada día más a una especie de venganza de Moctezuma.

El caso español

España es siempre un país peculiar. Creo que todavía no es clasificable como una sociedad de información, si por tal se entiende cuando el sector económico relacionado con la información es superior al sector industrial, pero en todo caso va camino de ello. Es, sin embargo, la décima potencia industrial, si mi memoria no me es infiel. La peculiaridad consiste en que esta situación no radica en méritos culturales y científico-técnicos propios, sino en otras causas más inestables. Las estructuras de conocimiento en España son de pésima calidad y la postura social frente a la alta tecnología de la información está llena de ingenuidad y de ignorancia, aunque esto se negará una y otra vez.

En cuanto a la información, el comportamiento del español es genuino, como demuestran algunas estadísticas. Perezoso para la lectura y el estudio y muy generoso en cambio para la recepción de información por medios de masa que requieren poco esfuerzo, su índice de compra de periódicos es de 80 por cada mil habitantes, frente a los 170, 450 o 500 de Francia, Gran Bretaña y Noruega, y en materia de libros va a la zaga en cualquier clasificación del mundo occidental. Según mi experiencia, sucede algo muy similar en la mayoría de los estamentos profesionales en relación con su bibliografía específica.

Se coloca entre el pelotón de cabeza en cuanto a horas delante del televisor, y es cuando menos discutible que ésta sea una buena señal en relación con lo que se viene analizando en este artículo. (El famoso psicólogo Watzlawick decía hace poco que los medios de masas -refiriéndose sobre todo a la televisión- lavan el cerebro al público mucho más que cualquier gobierno totalitario, y la escritora Rosa Chacel ha declarado recientemente que "por la tarde, veo la TV muchas horas: es mi descanso, porque viendo la TV no trabajo mentalmente").

Vistas así las cosas, no parece que haya motivos en el caso español para ser excesivamente optimistas en cuanto a sus posibilidades de limitar los efectos negativos del inevitable aumento de la información: los planes oficiales para la alfabetización informática, la transformación del sistema sanitario en un sistema de información y el desarrollo de otros sistemas de información para fines culturales, judiciales, de protección ciudadana, de desarrollo industrial y demás, proporcionan un campo abierto a las luces y a las sombras.

Para terminar, he de recordarle al lector que, en todo caso, lo escrito en este artículo es un conjunto de observaciones, que sólo muestran una radiografía de algunos de los problemas, no necesariamente fatales ni necesariamente bien percibidos, de las denominadas sociedades de información.

El autor cree en los beneficios esperables de la tecnología de la información y, en particular, en la informática, cuyo instrumento básico es el computador -paradigma tecnológico de la cultura del siglo XX, según Bolter-. Pero no a ciegas. Sin embargo, hay algo -a lo que alguna gente teme y que nada tiene que ver con lo tratado en este artículo-, que jamás podrá ocurrir. Lo cuenta, como si fuera una alegoría asintótica, el siguiente chiste gráfico. La viñeta presenta a dos hombres del futuro, padre e hijo -cuerpos rollizos, cabeza diminuta y simiesca- quienes, confortablemente instalados en un superhogar espacial, contemplan en un televisor un programa titulado "El hombre de los años 1990's". El primero, señalando en la pantalla la imagen de un individuo como nosotros, aprovecha para aleccionar al segundo: "Así es como se adapta la Naturaleza, hijo. Ahora que los ordenadores se encargan de todo nuestro trabajo intelectual, ya no necesitamos cabezas tan grandes"

(M. Honeysett, "Microfobia: cómo sobrevivir a tu ordenador...y a la revolución tecnológica", Anagrama, 1984).

Infogestión

Revista de infonomía: la información en las organizaciones

Mensaje 582 (06/04/01)

Extraer conocimiento del caos de datos y textos

Por Alfons Cornella, Infonomia.com
http://www.infonomia.com
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos (cuatro ideas rápidas, y una propuesta de encuesta relevante).

Los datos son el resultado de la medición de magnitudes observables (la temperatura es hoy de 10 grados). Los datos se estructuran en un contexto generando información (¿10 grados en abril, si estoy sudando?). El conocimiento es información validada con la experiencia previa que nos permite ejecutar una acción (el termómetro debe estar estropeado). Hay tantas definiciones de estos conceptos como libros sobre la "sociedad de la información" (infinitos). No importa. Lo importante es lo que viene: hay que aprender a extraer científicamente conocimiento de las masivas cantidades de datos ("minería de datos"), y de textos ("minería de textos"), que utilizamos en nuestras actividades profesionales.

Pongamos el tema en contexto. La hecatombe.com es una banalidad coyuntural. Lo que viene va a ser mucho más interesante. Entre los temas importantes para el futuro digital más cercano, hay algunos que creo que van a destacar:

1) Las nuevas formas de reconocer al usuario, más a través de sus características físicas (biológicas: la forma de su cara, sus huellas digitales, como teclea en un ordenador, etc) que por la memorización de "palabras de paso". Porque este tema es fundamental para cualquiera que quiera estar al día sobre la seguridad en el comercio que viene, hemos elaborado el Informe "Sistemas Biométricos", disponible en http://www.infonomia.com/informes/informe4.asp

2) Las nuevas formas de pago, más allá de la "temida" tarjeta de crédito (hay una verdadera paranoia con respecto a poner tus datos en la Red). En este sentido, hay dos innovaciones que vienen con fuerza, el pago mediante un intermediario de credibilidad, como Qpass ( http://www.qpass.com), o el pago a través del correo electrónico, como Paypal ( http://www.paypal .com). Tengo la impresión (justificada...) de que de ambos oiremos hablar mucho en España (y en otros países) en los próximos meses.

3) El descubrimiento de conocimiento a partir de la "búsqueda de patrones" (pattern analysis) en los datos. La idea es analizar de manera informatizada grandes cantidades de datos para extraer algún patrón útil. A esta técnica se le llama "minería de datos" (data mining) cuando el énfasis está puesto en el tratamiento de los datos (el medio), o "descubrimiento de conocimiento" (knowledge discovery) cuando el énfasis está en la extracción de un patrón que permita ejecutar una acción (el fin). Sobre este tema hay algunos espacios muy interesantes, para ir aprendiendo, como el espacio Kdnuggets ("pepitas de oro en descubrimiento de conocimiento"), en http://www.kdnuggets.com/. También puedo recomendar un reciente número del Bulletin de la American Society of Information Science, dedicado al tema, disponible entero en http://www.asis.org/Bulletin/index.html. En concreto, hay dos artículos introductorios muy interesantes: "Systematic Knowledge Management and Knowledge Discovery", de Igor Jurisica http://www.asis.org/Bulletin/Oct-00/jurisica.html) y "Text Mining", de Elizabeth D. Liddy, a quien tuve el privilegio de conocer durante mis estudios en Syracuse ( http://www.asis.org/Bulletin/Oct-00/liddy.html).

4) La gestión del conocimiento, como conjunto de técnicas, procedimientos, procesos, políticas, etc, para identificar qué conocimiento necesitamos, descubrir dónde está el conocimiento en la organización, etc. Hablamos con cierta extensión del tema en un reciente mensaje http://www.infonomia.com/extranet/index.asp?idm=1&idrev=1&num=578). Y hablaremos mucho más en el futuro...


Nuestro interés por el tema de la "minería de datos", de la "extracción de conocimiento" (k-discovery), y de la gestión del conocimiento ya es conocido. Ahora queremos avanzar en el conocimiento sobre el estado de la cuestión en España, a través de una serie de encuestas que iremos realizando.

Para empezar, os invitamos a participar en una encuesta sobre tecnologías Data Warehousing en el mercado español. El estudio, dirigido por nuestra colaborada norteamericana Josephine Jagielo, intenta analizar el grado de integración de estas tecnologías emergentes en las empresas españolas, sin olvidar las posibles dudas y problemas derivados de su uso. La encuesta está disponible en http://www.infonomia.com/encuesta Los resultados de esta encuesta se recogerán en una base de datos y, posteriormente, se analizarán con herramientas de Minería de Datos (Data Mining), para intentar descubrir patrones de información que inicialmente podrían pasar desapercibidos. Los resultados de la encuesta se compartirán con los participantes del estudio, a los que garantizamos la confidencialidad de los datos que nos proporcionen (ver nuestra política de privacidad en http://www.infonomia.com/nosotros/privacidad.asp).

Gracias de antemano por vuestra participación.

Y es que el análisis de los datos resulta increíblemente interesante. Véase si no como The Economist analiza el estado de la "crisis" en la economía norteamericana a través del número de veces que la palabra "recession" va apareciendo en las páginas del New York Times y el Washington Post. Yo hablé de este índice hace algunos años, cuando se aplicaba a la economía inglesa. La utilidad del "término-R" es muy curiosa: parece seguir un comportamiento "especular" al de la producción industrial del país. Pero con la ventaja de que es accesible intantáneamente, meses antes de que los datos estadísticos estén disponibles... Véase lo que se dice al respecto en The Economist esta semana: http://www.economist.com/finance/displayStory.cfm?Story_ID=566293

El problema es si es justamente al hablar tanto de "crisis" que la misma prensa la está generando...

Ideas de O.S.Card sobre la indexación y el hipertexto

Orson Scott Card
EL ORIGINISTA (pag.295)
en "MAPAS EN UN ESPEJO"
Ediciones B. Nov'93
(Maps in a Mirror - 1992)
[Fragmentos]

...Tú y yo estamos expandiendo el conocimiento humano. Los demás lo exhuman de un lado para amontonarlo en otro. Y eso es la Enciclopedia Galáctica. Un nuevo montón. (305)

...Sé que mis teorías acerca de formación comunitaria son acertadas. Que el vigor de una comunidad depende de la lealtad de sus miembros, y dicha lealtad se puede generar y reforzar mediante la diseminación de relatos épicos.

...Historias que permiten que la comunidad parezca más importante, más crucial para la vida humana... (313)

-Es un lugar extraño. Pero la arquitecta era hija de una indexadora, así que sabía que los mapas interiores convencionales, ordenados y simétricos son enemigos del pensamiento conectivo... (337)

-¿Estos gritos no interrumpen el trabajo?- preguntó Leyel.
-Los indexadores necesitan interrupción. Eso rompe la ilación de pensamientos. Cuando miran de nuevo, tienen que volver a pensar lo que hacían....-No hay estrés en este trabajo -dijo Zay-. Sólo juego. Subimos aquí como recompensa por trabajar en otras partes de la biblioteca... (338)

...Indexar es como... anotar en los márgenes. (339)

...Quizá las poblaciones pequeñas y aisladas custodien celosamente su idioma, porque forma parte de su identidad. Tal vez el idioma sea el ritual más poderoso... (341)

...Leemos cosas y pensamos en otras cosas que podrían estar relacionadas, y las conectamos. No decimos qué significa la conexión, pero sabemos que significa algo, que la conexión existe. No te daremos respuestas, pero si sigues el índice, pensar conexiones puede ayudarte... (344)

...El universo resiste la causalidad...Pero la inteligencia humana la exige. Así que contamos historias para imponer relaciones causales entre acontecimientos inconexos del mundo que nos rodea.

Eso nos incluye a nosotros mismos. Nuestras vidas son caóticas, pero les imponemos un relato, ordenamos nuestros recuerdos en concatenaciones de causa y efecto, obligándolas a manifestar un sentido que no poseen. Luego tomamos la suma de nuestros relatos y la denominamos "Yo" o "identidad".

Este poema nos muestra el proceso -del azar al sentido- y luego pensamos que nuestros sentidos o significados son "verdaderos" o "fieles". (349)

...Esa extraña y perversa indexación de una frase vacua le había inspirado un nuevo modo de enfocar el problema... (350)

...Leyel sospechó que el relato mismo era un utensilio...Pero si él hubiera intentado exponer esas mismas verdades directamente, no en forma de relato, la gente habría menospreciado sus ideas. (351)

...Si nuestra capacidad narrativa nos vuelve humanos, quizá nuestra capacidad para la indexación nos vuelva más que humanos. (357)
Cuando la Información Salta a la Vista
Ramana Rao.
Mundo Cientifico. N? 168
Mayo 1996. Pag.452
[Fragmentos]

Las representaciones visuales de fenómenos complejos pueden ampliar o desarrollar nuestra comprension.

(...)

Mas recientemente, han comenzado a aplicarse las técnicas gráficas a la visualización de masas de información... han dado origen a un nuevo dominio de la información hombre-máquina, llamado visualización de la información, que consiste en representar de forma visual e interactiva enormes cantidades de información abstracta.

(...)

Desde hace unos años, los investigadores están creando un cierto número de "visualizaciones de la información" que son instrumentos de lectura (operadores de sentido). Estas "herramientas cognitivas", como las llama Don Norman, permiten conservar informaciones, refinarlas o actuar sobre ellas. En este sentido, las visualizaciones son en mayor medida representaciones que simples presentaciones. Lejos de limitarse a ser bonitas imágenes destinadas a convencer a responsables o inversores, son unas herramientas dirigidas a desarrollar nuestra capacidad de pensar y dar sentido al mundo real.

(...)

...el poder de tales representaciones estriba parcialmente en la posibilidad "de poner en comunicación lo cognitivo co lo perceptivo".

(...)

...los trabajos recientes tratan de acrecentar la cantidad de informaciones examinables y manipulables sin que ello supusiera aumentar la carga del usuario.

(...)

¿Por qué una gráfica vale (a veces) más que un largo discurso?
(...) Las representaciones gráficos sacan gran partido del aparato sensorial de reconocimiento: los seres humanos son muy sensibles a la forma exacta (representación) bajo la cual la información es presentada a sus sentidos. Algunos elementos y agrupaciones, como las curvas progresivas, los máximos y mínimos o las discontinuidades, son "prominentes" desde el punto de vista perceptivo y pueden ser rápidamente detectados en las gráficas.

Larkin y Simon modelizan el "aumento perceptual" agrupando formas elementales para todo aquello que el hombre percibe fácilmente. En una descripción de tipo lingüístico, todos estos elementos deben ser laboriosamente deducidos y compuestos por reglas mentales explícitas. Gracias al ojo, en cambio, una gráfica suministra estos elementos con toda facilidad. El modelo supone, pues, una transferencia de lo cognitivo a lo perceptivo.(...)Como ha dicho el filósofo Daniel Dennett, "hacemos gráficas y marcas, así como todo tipo de marcados identificados por colores, precisamente para que las regularidades -y las irregularidades- 'salten a la vista'".

(...)

...las representaciones gráficas tienen la particularidad de que su utilización y comprensión requieren un aprendizaje, lo mismo que el lenguaje y las matemáticas. no se aprende a ver bordes, cruvas progresivas o discontinuidades, sino a percibir el engarce de estos objetos perceptuales de tal modo que el conjunto cobra sentido.

(...)

En los buenos gráficos, los objetos perceptuales se superponen a los objetos conceptuales.

Tanto es así que los objetos perceptuales acaban ocupando el lugar de los objetos conceptuales adayacentes. Nuestra mente los mezcla a voluntad hasta el punto de confundirlos a veces con los objetos a los que se refieren. Lo mismo ocurre con el ratón cuando "se convierte" en la flecha de la pantalla...(...) pero para que el proceso sea útil las representaciones gráficas tienen que estar bien ideadas y hay que aprender a "ver".

(...)

Alguien me preguntó un dia: "?Por qué quiere usted tratar más información? Preferiría menos información, pero una información más útil para mí". (...) las representaciones visuales se prestan especialmente bien a ello, ya que los datos se perciben bajo una forma esencialmente comprimida. Siempre que se haga correctamente, mostrar más información no necesariamente obliga al espectador a "ver" más cosas.

sábado, 3 de mayo de 2008

Los indexadores galácticos

(EL ORIGINISTA (pag.295))
Orson Scott Card
MAPAS EN UN ESPEJO
Ediciones B. Nov'93
(Maps in a Mirror - 1992)
-------------------------

...Tú y yo estamos expandiendo el conocimiento humano. Los demás lo exhuman de un lado para amontonarlo en otro. Y eso es la Enciclopedia Galáctica. Un nuevo montón. (305)

...Sé que mis teorías acerca de formación comunitaria son acertadas. Que el vigor de una comunidad depende de la lealtad de sus miembros, y dicha lealtad se puede generar y reforzar mediante la diseminación de relatos épicos.

...Historias que permiten que la comunidad parezca más importante, más crucial para la vida humana... (313)

-Es un lugar extraño. Pero la arquitecta era hija de una indexadora, así que sabía que los mapas interiores convencionales, ordenados y simétricos son enemigos del pensamiento conectivo... (337)

-¿Estos gritos no interrumpen el trabajo?- preguntó Leyel. -Los indexadores necesitan interrupción. Eso rompe la ilación de pensamientos. Cuando miran de nuevo, tienen que volver a pensar lo que hacían....-No hay estrés en este trabajo -dijo Zay-. Sólo juego. Subimos aquí como recompensa por trabajar en otras partes de la biblioteca... (338)

...Indexar es como... anotar en los márgenes. (339)

...Quizá las poblaciones pequeñas y aisladas custodien celosamente su idioma, porque forma parte de su identidad. Tal vez el idioma sea el ritual más poderoso... (341)

...Leemos cosas y pensamos en otras cosas que podrían estar relacionadas, y las conectamos. No decimos qué significa la conexión, pero sabemos que significa algo, que la conexión existe. No te daremos respuestas, pero si sigues el índice, pensar conexiones puede ayudarte... (344)

...El universo resiste la causalidad...Pero la inteligencia humana la exige. Así que contamos historias para imponer relaciones causales entre acontecimientos inconexos del mundo que nos rodea.

Eso nos incluye a nosotros mismos. Nuestras vidas son caóticas, pero les imponemos un relato, ordenamos nuestros recuerdos en concatenaciones de causa y efecto, obligándolas a manifestar un sentido que no poseen. Luego tomamos la suma de nuestros relatos y la denominamos "Yo" o "identidad".

Este poema nos muestra el proceso -del azar al sentido- y luego pensamos que nuestros sentidos o significados son "verdaderos" o "fieles". (349)

...Esa extraña y perversa indexación de una frase vacua le había inspirado un nuevo modo de enfocar el problema... (350)

...Leyel sospechó que el relato mismo era un utensilio...Pero si él hubiera intentado exponer esas mismas verdades directamente, no en forma de relato, la gente habría menospreciado sus ideas. (351)

...Si nuestra capacidad narrativa nos vuelve humanos, quizá nuestra capacidad para la indexación nos vuelva más que humanos. (357)

viernes, 2 de mayo de 2008

Ideas para normalizar las citas de documentos de Internet

Más allá del Manual de MLA: Catalogación de Fuentes Electrónicas en Internet

Andrew Harnack
Gene Kleppinger
Eastern Kentucky University, Richmond, KY
(Traducción de Miguel Ángel Díez Ferreira)

Universidad Complutense de Madrid. Facultad de CC. de la Información. Departamento de Documentación.

"En el mundo de la erudición honrada, se respeta más la ausencia de regla que la cita". Kavita Varma

Resumen:
Respondiendo a las necesidades de escritores, profesores, estudiantes y eruditos que usan el estilo MLA de documentación, investigadores y organizaciones profesionales están en proceso de crear reglas de citación que se demuestren eficientes y precisas en las referencias a las fuentes de Internet. Ir más allá de las limitadas recomendaciones del "MLA Handbook for Writers of Research Papers", (1995), por ejemplo el "MLA-Style Citations for Electronic Sources", de Janice Walker, que presenta un estilo admirable para la documentación, digno del respaldo de la Alliance for Computers and Writing. A pesar de su utilidad, sin embargo, un examen cercano del estilo da a conocer varios errores y ambigüedades notables. Se identifican cuatro tareas problemáticas: (1) distinción entre direcciones de Internet y secuencias de comandos, (2) distinción entre fechas de publicación y fechas de acceso del usuario, (3) distinción entre direcciones de publicación y direcciones para la recuperación, y (4) provisión para la "claridad" de muchos senderos de Internet hacia la misma fuente (original). Después de examinar cada una de las cuatro tareas problemáticas, nosotros recomendamos algunas adiciones y correcciones que ayudan a eliminar ambigüedades en los modelos de Walker. Cada una de nuestras recomendaciones mejora la utilidad y la claridad de los modelos individuales. Finalmente, en "Citing the Sites: MLA-Style Guidelines and Models for Documenting Internet Sources", nosotros facilitamos una hoja de estilo para profesores, estudiantes, investigadores, y eruditos cuyas normas de citación se basan en los principios y modelos del estilo de documentación del MLA. "Citing the Sites" puede distribuirse como una directiva de autocontención que provee una lista de artículos y modelos para todos los ejemplos actuales de citación de Internet

A causa de los presentes ensayos de modelos de citación que contienen largas ristras, se avisa a los usuarios que expandan las ventanas de sus buscadores tanto como sea posible. Las referencias del autor en este documento se vinculan a las entradas de sus trabajos citados. Los usuarios de Netscape que sigan esos nexos (links), pueden usar el botón "Back" de la pantalla o el item del menú para volver al texto.

Originalmente presentado por los autores en la 23ª Conferencia Anual, Kentucky. Philological Association, 1 Marzo de 1996.
La última revisión de este documento: 25 Noviembre de 1996.

Contenidos

* Introducción
* El "MLA Handbook for Writers of Research Papers"
* Los manuales para estudiantes
* Otras publicaciones
* El "MLA-Style Citations" de Janice Walker
* Cuatro ambigüedades a aclarar:

1 Distinción entre direcciones de Internet y secuencias de comandos
2 Distinción entre fechas de publicación y fechas acceso del usuario
3 Distinción entre direcciones de publicación y direcciones para la recuperación
4 Provisión para muchos senderos de Internet hacia la misma fuente

* Conclusión
* Notas
* Trabajos citados
* Hoja de Estilo: "Citing the Sites"
* Online: una guía de referencia para el uso de fuentes de Internet

Introducción

Cuando un reciente titular del USA Today anuncia que los eruditos están luchando por mantener "normas en el ciberespacio" para la creación de notas al pie (Varma), uno se da cuenta de que los intereses usuales de instructores pedantes que enseñan la escritura documentada ha alcanzado niveles interesantes de atención nacional.

Cuando los Administradores del Programa de Escritura reciben llamadas de teléfono de colegas pidiendo ayuda sobre cómo citar ubicaciones en el Internet, uno comienza también a darse cuenta de que los instructores, los estudiantes, y los eruditos, volviendo desde el ciberespacio, de hecho se encuentran con problemas nuevos sobre la acreditación de las fuentes de información ubicadas en las redes digitales. Desde luego, como investigadores en las humanidades y las artes, encuentran necesario documentar las fuentes de información que aparecen ondulantes sobre la pantalla de un monitor, quizás "hoy aquí y mañana se han ido", la necesidad de consejos solventes de citación independientemente de que lo que dice el "MLA Handbook" sea verdadero.

El "MLA Handbook for Writers of Research Papers"

Todo lo cual no es óbice para decir que la cuarta y última edición del "MLA Handbook for Writers of Research Papers" es útil para hacer las citas de algunas fuentes electrónicas. Las secciones 4.8 y 4.9 proporcionan descripciones y modelos útiles para catalogar "CD-ROMS y Otras bases de datos Port tiles", conjuntamente con bases de datos de acceso online mediante los servicios de computadoras comerciales tales como "CompuServe, Nexis, OCLC, y Prodigy" o el Internet como fuentes. Además, son útiles las sugerencias del "MLA Handbook" para citar documentos literarios e históricos disponibles online mientras, a la vez, avisa que hay que "recordar que no todos los textos son igualmente fiables o académicos" (4.9.3a). Para guías a otros " numerosos recursos en las redes de ordenadores", el "MLA Handkook" recomienda libros populares como "The Whole Internet" de Ed Krol, además de "importantes fuentes online" encontradas en los diarios electrónicos, las "news", y conferencias moderadas y listas de discusión. Pero el "MLA Handbook" reconoce repetidas veces que habr ejemplos donde no esté disponible "ningúna fuente impresa específica o análogas" (4.9.2) y habr que citar por lo tanto lo "que esté disponible", tratando de incluir, cuando sea posible, el nombre del autor, título del documento (entre comillas), fecha del documento, nombre de la base de datos, medio de publicación (online), nombre del servidor, y fecha de acceso. Y eso es todo. De los diferentes manuales de estilo para esto que utiliza el APA-style of documentation (Nota 1), el "MLA Handbook" no proporciona asistencia para hacer referencias a informaciones de la Worl Wide Web (WWW), lo que se obtiene por el Protocolo de Transferencia de Ficheros (FTP), Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP), listservs, y telnet sites; tampoco proporciona modelos para textos generados durante conferencias simultáneas, textos archivados y recuperados desde sitios GOPHER, o para comunicaciones enviadas por correo electrónico o dentro de las newsgroups. Significativamente, los modelos no hacen referencias a las home pages u otros documentos de hipertexto.

Los manuales para estudiantes

Los manuales para estudiantes dependientes de las directivas del MLA muestran, como era de esperar, la correspondiente escasez de modelos. La tercera edición del "The St. Martin's Handbook", por ejemplo, en su discusión sobre fuentes electrónicas, mientras admite que "catalogar [tales fuentes] es inseguro," oferta menos de dos páginas llenas de consejos (Lunsford y Connors 640-42), todos ellos una versión abreviada de las recomendaciones del MLA. Otros manuales tal como el "Rinehart Handbook for Writers" de Bonnie Carter y Craig Skates y el "Writer's Brief Handbook" de Alfred Rosa y Paul Eschholz son incapaces igualmente de ofrecer ayuda de alcance útil. El "Scott, Foresman Handbook for Writers" presenta los modelos sugeridos por Janice Walker (que se discuten en profundidad más adelante), titulándolos "ACW style" porque han sido endosados por la Alliance for Computers and Writing, pero avisando a los estudiantes que los verifiquen con los instructores individuales antes de utilizarlos (671); como se argumenta más adelante, estas directivas son ambiguas y propensas a despistar. A partir de la primavera de 1996, los manuales de estilo no profesionales o los manuales para estudiantes presentan un conjunto adecuado de recomendaciones y de modelos con respecto a como uno, efectiva y eficientemente, documenta las fuentes online de una manera uniforme con los principios de documentación del MLA. (Nota 2)

Otras publicaciones

Las organizaciones profesionales y los editores responsables son, sin embargo, conscientes de la necesidad de los modelos de citación. Pero Lisa Guernsey describe su dilema:

"Las normas para materiales impresos, tales como los formatos para las fechas de publicación, los números de página, y hasta la puntuación, son confusos cuando se aplican a las fuentes en Internet, que pueden no tener fecha de publicación o números de página, y pueden requerir paréntesis no convencionales para la puntuación.

Las autoridades usuales, que incluyen asociaciones profesionales tales como la Modern Languaje Association y la American Psychological Association, todavía discuten las normas específicas para eruditos en sus disciplinas. El "Chicago Manual of Style", entre otros libros de referencia, simplemente emplaza a los lectores a una organización internacional de normas, que todavía pugna por el alcance del acuerdo sobre nuevas directivas después de cinco años de esmerados debates". (A20)

"MLA-Style Citations", de Janice Walker

Entre aquellos que intentan establecer convenciones laborables, Guernsey describe el trabajo de dos investigadores cuyos esfuerzos pueden mostrarse valiosos para los que estén promocionando, usando, y enseñando el estilo MLA de documentación. Melvin E. Page., un erudito de historia y experimentado moderador de listserv de la East Tennessee State University, ha creado su conjunto propio de directivas. Empleando el "Chicago-style citation principles" de Kate Turabian, Page reconoce en su headnote que su "guía no está destinada a ser definitiva [ y que] las correcciones, adiciones, comentarios, sugerencias, y los críticas son, por lo tanto, bienvenidas". Otra, y quizás más ampliamente publicitada (por lo menos entre los profesores de escritura), nueva guía es el "MLA-Style Citations of Electronic Sources" de Janice Walker, una hoja de estilo endosada por la Alliance for Computers and Writing. Walker describe las necesidades y como su guía responde a ellas:

"Necesitamos alguna estandarización para la cita de referencias, y esta compilación es, por lo tanto, un intento de dirigir esta necesidad. Como nos movemos fuera de la era Gutenberg y dentro de la era electrónica, se está publicando electrónicamente más y más trabajo que puede que nunca aparezca en el medio impreso convencional. Por eso he recopilado un listado de sitios de información electrónicamente disponibles que no han sido recogidos por el MLA, intentando en lo posible adherirme a los formatos ya delineados por el MLA. Por favor nótese, sin embargo, que desde que la puntuación es una parte importante de muchas direcciones de internet, ciertas convenciones de las citas de puntuación han sido necesariamente cambiadas y/ o adaptadas (por ejemplo, poniendo la fecha entre paréntesis y omitiendo los trailing periods de las direcciones de internet)".

Cuando hace inventario de direcciones no recogidas por el MLA -FTPs, WWW home pages, direcciones para comunicaciones simultáneas, GOPHERs, e-mail, listservs, and newslists-, Walker recomienda los datos de la fuente (en orden) a dar un modelo de entrada. Aquí, por ejemplo, está su modelo para un documento de hipertexto recuperado del Worl Wide WEb:

"Para citar archivos disponibles para ver/bajarse por medio del Worl Wide Web, dar el nombre del autor (si se conoce), el título completo del trabajo entre comillas, el título del trabajo completo si es aplicable en letras cursivas, la dirección http completa, y la fecha de visita".

Burka, Lauren P. "A Hypertext History of Multi-User Dimensions." MUD History. http://www.ccs.neu.edu/home/1pb/mud-history.html (5 Dec. 1994).

Al parecer para satisfacer las demandas de la catalogación erudita, el modelo sugiere
que uno podría reproducir su estilo sin dificultad porque presenta su información económicamente y transmite datos importantes de una forma legible.

Cuatro ambigüedades a aclarar

Las dificultades, sin embargo, permanecen. Aunque Walker, como Page y otros (Nota 3), han ideado maneras potencialmente útiles para realizar la mec nica de citar las fuentes electrónicas, no obstante, aparecen algunos errores y ambigüedades notables. Se identifican cuatro tareas problemáticas: (1) distinción entre direcciones de Internet y secuencias de comandos, (2) distinción entre fechas de publicación y fechas de acceso del usuario, (3) distinción entre direcciones de publicación y direcciones para la recuperación, y (4) provisión para la "claridad" de muchos senderos de Internet hacia la misma fuente (original).

1. Distinción entre direcciones de Internet y secuencias de comandos

Una de las peculiaridades más interesantes en la cita de las fuentes electrónicas es que la dirección electrónica en la cita es una herramienta esencial para recuperar el documento. La conveniencia de tener referencias exactas a las fuentes electrónicas tan f cilmente disponibles, sin embargo, presenta escritores con una carga especial con respecto a la precisión absoluta. Espacios extraños, espacios desaparecidos, errores en el caso de los caracteres superior/inferior, y símbolos extraviados en las direcciones ocasionar n comúnmente el fracaso en la recuperación. Este principio necesita algunas desviaciones desde la tipografía ordinaria de citación, tal como en el uso "normal" de periods y otros signos de puntuación. Como se ha mencionado antes, los modelos de Walker reconocen la necesidad de omitir "trailing periods para las direcciones internet", que es una de manera de corregir una falla seria en el los estilos de citación abogados por Li y Crane. Un rea de cobertura inadecuada en las guías actuales de estilo, sin embargo, concierne a la distinción entre el acceso a un documento de Internet mediante su Uniform Resource Locator (URL) y mediante una sucesión de comandos, trayectorias directivas y/ o selecciones de menú. La cita de Walker para "Burka", mostrada arriba, contiene un típico URL-- "http://www.ccs.neu.edu/home/lpb/mud-history.html"--mientras sus ejemplos para citar documentos de Telnet y Gopher ilustran la estructura comando-sendero:

Gomes, Lee. "Xerox's On-Line Neighborhood: A Great Place to Visit." Mercury News 3 May 1992. telnet lambda.parc.xerox.com 8888, @go #50827, press 13 (5 Dec. 1994).

Quittner, Joshua. "Far Out: Welcome to Their World Built of MUD." Published in Newsday, 7 Nov. 1993. gopher /University of Koeln/About MUDs, MOOs and MUSEs in Education/Selected Papers/newsday (5 Dec. 1994).

Mientras la especificación URL llega a ser rápidamente aceptada como la norma universal para direcciones de Internet, nos encontraremos frecuentemente el modelo de comando-sendero por algún tiempo, ya que muchos programas conocidos tales como Gopher, Telnet, y FTP no están diseñados para aceptar o informar sobre URLS. Algunos estilistas de la cita han sugerido anteponer la expresión "URL:" para identificar tales ristras, pero con la aceptación gradual de paréntesis angulares como la norma para delimitar los URLs y las direcciones de correo electrónico, tal antepuesto es "feo e innecesario" (Miguel Quinion, citado en Wainwright).

Walker evita el problema de mostrar periods extraños en las citas de los documento simplemente dejándolos fuera, usando espacio blanco solo para separar la dirección electrónica de otros elementos bibliográficos. Este enfoque eliminativo no es posible con otros caracteres problemáticos tales como espacios y barras diagonales. Los espacios están prohibidos en los nombres de archivos DE UNIX y en URLs, pero son frecuentes en las expresiones comando-sendero como en el caso de las citas de "Gomes" y "Quittner" mostradas arriba. No hay una forma simple y concisa para mostrar en el texto impreso cuando los espacios son importantes y cuando no. Las líneas aparte y las sangrías crean problemas adicionales porque su "espacio en blanco" no da pistas con respecto a si un carácter de "espacio" está implicado. Además, las convenciones para el nombramiento de archivos previenen del uso de guiones, barras diagonales u otros símbolos comunes para indicar continuación sin un espacio. La mejor solución parece ser delimitar (encerrar) una ristra continua con algunos caracteres especialmente seleccionados, y dejar las expresiones de comando-sendero como texto libre. La norma de Internet para la delimitación de URLs usa paréntesis angulares (Berners-Lee et al.), y no hay buenas razones para sustituirlas por paréntesis cuadradas o paréntesis (como en Hoemann) para este fin. Si la delimitación por paréntesis angulares llega a ser la norma aceptada, nuevamente ser posible usar periodos "como es lo usual" en citas impresas para elementos bibliográficos separados; así, la cita de Walker sobre "Burka" podría llegar a ser:

Burka, Lauren P. "A Hypertext History of Multi-User Dimensions." MUD History. 1993. (5 Dec. 1994).

Las barras diagonales en un URL son caracteres importantes ya que los caracteres en sí mismos son parte de la dirección electrónica. La cita de "Quittner" de más arriba enseña como las barras diagonales se usan también convencionalmente para separar las selecciones de menú del usuario en pantalla; en otros términos, los usuarios están esperando para saber si deben mecanografiar tales barras. Aquí nuevamente, la adopción de paréntesis angulares para delimitar los URLs -mientras se dejan los comando-senderos como texto abierto- ayuda a reducir la ambigüedad. Estas dificultades deberían desaparecer cuando los URLS lleguen a ser la norma única para la pr ctica de citación.

2. Distinción entre fechas de publicación y fechas de acceso del usuario

Muchos documentos online poseen un atributo que podríamos llamar "revisabilidad invisible", el proceso por el que un documento electrónico puede alterarse, moverse, o borrarse por el autor o por los gerentes del sistema de computadoras, sin ningúna pista publicamente accesible. Por ejemplo, muchos autores de la World Wide Web afirman cándidamente que sus páginas están en constante construcción,lo que significa que la información allí contenida puede cambiar frecuentemente y sin aviso. Algunos autores informan de la última fecha en que se cambió cada documento, pero muy pocos incluyen números de edición o la historia de las enmiendas. También es cierto que muchos otros documentos electrónicos están "archivados" de forma que hacen los textos seguros -mensajes archivados desde una lista de discusión vía e-mail, por ejemplo- los archivos en sí mismos están sujetos a cambios en la trayectoria de acceso o el tiempo de eliminación. La presencia de la "revisabilidad invisible" como un atributo de los documentos online requiere por lo tanto que su citación erudita advierta de la fecha de acceso del usuario así como también de cualquier fecha de publicación.

Las guías de citación disponibles muestran una amplia variedad en la apreciación de la necesidad de citar ambas fechas, de publicación y de acceso del usuario. Li y Crane dejan espacio para ambos elementos; Walker reconoce la necesidad de especificar las fechas de acceso para la mayoría de los artículos, pero no proporciona una dirección uniforme para incluir la fecha de publicación. Page, por otra parte, ignora las fechas de acceso del usuario, permitiendo algunas yuxtaposiciones absurdas. Aquí está la cita que sugiere Page para una copia en Gopher de la Plataforma Democr tica de 1860: (Nota 4)

"Democratic Party Platform, 1860." . [Path: Wiretap Online Library/Civic & Historical/Political Platforms of the US/Democratic Platform 1860]. 18 June 1860.

Mientras la fecha de publicación es claramente un elemento bibliográfico importante, su posición en este formato la deja demasiado estrechamente asociada con la expresión de comando-sendero. El estilo analogó de Walker, con la fecha de publicación incluída, sería:

"Democratic Party Platform, 1860." 18 June 1860. gopher wiretap.spies.com /Wiretap Online Library/Civic & Historical/Political Platforms of the U.S. (25 Feb. 1996).

Esta manera de presentar la información no solamente registra ambas fechas, sino que además lo hace sin tanta confusión.

El estilo de citación de Walker enfoca la atención principalmente en la fecha de acceso del usuario, pero hay actualmente una inconsecuencia en sus modelos para citar la correspondencia vía e-mail, donde la fecha del mensaje se muestra en la ubicación usada en todo los demás casos para la fecha de acceso del usuario:

Seabrook, Richard H.C. "Community and Progress." cybermind@jefferson.village.virginia.edu (22 Jan. 1994).

De forma similar, Li y Crane aconsejan sorprendentemente poner la "Fecha del mensaje" al final de la cita para el e-mail personal, mientras la fecha para los mensajes de las listas de discusión se ponen inmediatamente después del tema y de la fecha de acceso del usuario al final. Page no muestra ningún interés en absoluto por las fechas de acceso del usuario, y pone la fecha de publicación al final de cada cita.

Esta confusión no es meramente pedante, porque la recuperación exitosa de los mensajes de las listas (por ejemplo) dependen de saber precisamente la fecha del mensaje. Si combinamos las sugerencias provechosas de Walker y de Li y Crane y delimitamos la dirección de Internet con paréntesis angulares, la cita de "Seabrook" sería como se indica a continuación:

Seabrook, Richard H. C. "Community and Progress." 22 Jan. 1994. (22 Jan. 1994).

Se mejora la claridad al asociar la fecha del mensaje estrechamente con el autor y el tema, y dejando la fecha de acceso del usuario (si la hay) para el final del elemento. Por razones que se explican en la próxima sección (3.), sin embargo, la cita es incompleta. Incluyendo los datos esenciales para la recuperación (como defendemos aquí), la forma final para "Seabrook" queda como sigue:

Seabrook, Richard H. C. "Community and Progress." 22 Jan. 1994. via (22 Jan. 1994).

3. Distinción entre direcciones de publicación y direcciones para la recuperación

El URL de un documento designa tanto su ubicación de almacenaje -el "sitio" de su la publicación- como los medios para su recuperación directa. Sin embargo, la correspondencia a una lista de discusión por e-mail no se adapta a este modelo, porque la dirección para la lista es normalmente diferente de la dirección para la recuperación del archivo. Ninguna de las guías de estilo existentes parecen reconocer esta distinción ni proveer una manera para especificar ambas direcciones en una cita. Por fracasar en el reconocimiento de las funciones separadas de estas direcciones, algunos estilistas de la citación abogan por formatos que son muy confusos, como cuando Li y Crane llevan a un escritor a anteponer las palabras "E-mail Disponible": sin diferenciar entre la dirección de lista o la dirección de recuperación.

Un ejemplo de una lista de discusión vía e-mail es "acw-l", mantenida por la Alliance for Computers and Writing. Cualquiera con una dirección de Internet puede suscribirse a esta lista y enviarle mensajes. Sería una equivocación sugerir que la ACW hace el papel de "editor" de esta lista, en el sentido de responsabilizarla de lo que se publica allí. La publicación en la lista se realiza simplemente cuando los suscriptores envían mensajes a la dirección e-mail de la lista, , y cuando los mensajes son distribuidos y archivados por el software de gestión de la lista, que en este caso es el programa LISTPROC. Por lo tanto es apropiado citar la dirección de la lista -mejor que la dirección del autor de un mensaje particular- como la dirección de publicación de cualquier mensaje de la lista. (Los modelos que se dan más adelante incluyen la dirección e-mail del autor, después del nombre del autor, para permitir la autenticación.) Pero podría ser muy desafortunado para los suscriptores de la lista si un formato de citación diese la impresión de que los mensajes citados se pueden recuperar mediante la dirección de la lista. La recuperación debería facilitarse en cambio citando la dirección apropiada del archivo de la lista, que entonces puede seguirse por la fecha usual de acceso. A fin de distinguir las dos direcciones y aún indicar su conexión, nosotros escogemos usar la vieja palabra via. Consideren como ejemplo el siguiente error potencial en la cita de Li y Crane:

RRECOME. "Top Ten Rules of Film Criticism." 1 Apr. 1995. Online posting. Discussions on All Forms of Cinema. Available E-mail: CINEMA-L@american.edu. 1 Apr. 1995.

Incorporando las simplificaciones de Walker y las sugerencias de este artículo para la delimitación, diferenciación de direcciones y especificación de fechas, esta cita podría llegar a ser:

RRECOME. "Top Ten Rules of Film Criticism." 1 Apr. 1995. via (1 Apr.1995).

Es importante anotar que la dirección para el archivo de una lista no siempre será una dirección e-mail. Este es el caso de acw-l, donde el archivo es accesible no solamente mediante el LISTPROC de software sino también mediante las paginas WWW de la Alliance. Las tres citas siguientes ilustran como los diferentes estilistas podrían tratar el mismo mensaje de acw-l.

* Por Li y Crane:

Carbone, Nick. "NN 960126: Followup to Don's comments about citing URLs." 26 Jan. 1996. Online posting. Alliance for Computers and Writing. Available E-mail: ACW-L@unicorn.acs.ttu.edu. 28 Jan. 1996.

* Por Walker:

Carbone, Nick. "NN 960126: Followup to Don's comments about citing URLs." acw-l@unicorn.acs.ttu.edu (26 Jan. 1996).

* Como defendemos aquí:

Carbone, Nick. "NN 960126: Followup to Don's comments about citing URLs." 26 Jan. 1996. via (17 Feb. 1996).

4. Provisión para la "claridad" de muchos senderos de Internet hacia la misma fuente (original).

En el núcleo del concepto de hipertexto está la potencialidad de vincular de un documento a otro indefinidamente. Una consecuencia de este aspecto, como implementado en el diseño de protocolos para la Worl Wide Web, es que el archivo particular de una computadora es accesible por la alocución "din mica" mediante un número indeterminado de trayectorias, sin una trayectoria (path) única que se imponga a otra. Un URL largo como parece indicar que el documento buscado yace en las "profundidades" de una estructura jerárquica, como si estuviera dentro de cajones y más cajones, pero desde el punto de vista del acceso con computadora, tal etiqueta es una única dirección de memoria entre muchas, y funcionalmente equivalente en "profundidad" a todas las demás. (De hecho, muchos URLs no representan la estructura real de archivo de la m quina, pero sirven como "alias" o "lookups" para directorios actuales.) Los usuarios de computadoras spreadsheets pueden encontrar la analogía de URLs con spreadsheet "células" útiles en asir esta idea: mientras cada célula tiene una referencia absoluta, cuya posiciones únicas de referencia para una ubicación de memoria y no los "datos en sí mismos", y hay un número indefinido de maneras para proveer referencias relativas a cualquier célula. Además, por vincular unos spreadsheet a otros, los lindes que definen un "solo" spreadsheet llegan a ser borrosos, del mismo modo que el concepto de un "trabajo completo" desafia el núcleo del concepto de hipertexto.

Para la pr ctica de la citación, la equivalencia a las direcciones relativas es que no hay un URL "auténtico" para citar una fuente determinada. Pueden elegirse algunos URLs porque sean más cortos que los otros, o porque la dirección contiene palabras "pertinentes". Por ejemplo, cuando citamos un documento sobre la adopción, escogeríamos un URL que contiene "www.adoption.org", sin considerar donde se almacena realmente el archivo; es legítimo como referencia porque en principio es imposible para cualquier usuario averiguar la dirección absoluta para el archivo "actual".

La libertad esencial de la vinculación de hipertexto se basa en que no hay una distinción significativa entre direcciones "primarias" y "secundarias". También significa que el concepto de un "trabajo completo" no tiene sentido para muchos documentos de Internet, excepto cuando un autor agrupa un conjunto de archivos conexos bajo un mismo título. más importante para propósitos de citación es la probabilidad de que alguien puede preferir citar una fuente "indirectamente", esto es, indicando el documento que contiene un nexo al documento pertinente más que al documento en sí mismo. Por ejemplo, si uno quería citar un único archivo en una colección, pero también hacer lo conveniente para que los usuarios comprendan el "contexto" de la colección y quizás acceder a otros documentos similares, sería útil tener un paralelo con el tratamiento de de referencias indirectas del MLA Handbook's (5,4,7). La analogía para la "citación" en Internet es la "vinculación" (linking), y por tanto un descriptor apropiado en la cita podría ser "vinculado desde" (linked from), o Lkd.(paralelamente "qtd." en uno de texto y "Trans." en una entrada de Trabajo Citado; Gibaldi 5.4.7; 4.6.23), junto con algunos detalles sobre el "sendero" (path): (Note 5)

Miller, Allison. "Allison Miller's Home Page." Lkd. EKU Honors Program Home Page, at "Personal Pages." (11 Nov.1995).

La inclusión de estos enlaces permite a los usuarios de la Web ubicar tanto la fuente como la colección con facilidad.

Conclusión

Deberíamos "recordar", como sugiere Walker, que, como el Internet en sí mismo, las fuentes de información están en un estado constante de flujo y por lo tanto, [nuestro estilo] también necesitar cambiar tal como los sitios mismos proliferan [como nosotros]
adaptar a la nueva era de la impresión electrónica ("MLA-Stile"). Como nosotros desarrollamos los estilos de citación, por lo tanto recomendamos las pr cticas interinas siguientes.

* Pedir a los estudiantes que impriman copias del material citado de forma que los instructores y los otros lectores puedan confirmar la exactitud de la información online citada, resumida, y/ o parafraseada. Si las opciones de impresión no incluyen autom ticamente las direcciones Web, pedir a los estudiantes que proporcionen la información como anexos a sus textos.

* Colaborar con las comunidades de eruditos y estudiantes respecto a la aplicación creciente de convenciones de modo que los problemas emergentes puedan ser resueltos. (Los autores dan la bienvenida a las respuestas a este documento; los vínculos para el e-mail se proporcionan más adelante.)

* Ser pacientes con nosotros mismos como eruditos y estudiantes. Esto último reviste especial importancia porque como la cantidad y la gama de la información online empieza a ser más amplia y más accesible, las complejidades de la documentación también aumentan. Porque la tecnología siempre deja atr s nuestra capacidad para llegar a acuerdos sobre los mecanismos para citar formas de entrega, tipos de fuentes, y recuperación, los eruditos y estudiantes siempre estar n detr s de la curva de aprendizaje para componer los estilos de documentación adecuados. Los profesores en particular necesitan tener sensibilidad con las las frustraciones de los estudiantes que usar n cada vez más las fuentes online. Tal como profesores y estudiantes trabajan juntos y aprenden a citar los documentos online, nosotros siempre estaremos más allá del MLA Handbook, en un espacio que requiere comprensión y caridad.


Dr. Andrew Harnack, Eastern Kentucky University

Dr. Eugene Kleppinger, Eastern Kentucky University
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Notes

1 Debemos admitirlo, la última edición de la Publication Manual of the American Psychological Association (1994) no ofrece ninguna advertencia sobre la citación de fuentes electrónicas. Pretenciosamente, sin embargo, la revision de Xia Li y Nancy Crane de Electronic Style: A Guide to Citing Electronic Information (1993) proporciona una riqueza de consejos y un conjunto notablemente lleno de modelos para escritores que utilizan el APA-style de citación. Una nueva edición, retitulada como Electronic Styles: A Handbook fpr Citing Electronic Information, se publicó en 1996

2 La tercera edición de Writing Research Papers por uno de nosotros (Harnack), que saldr a finales de 1996, contendr un capítulo sobre directivas para la citación electrónica que incorpora las recomendaciones del "MLA-Style Citations of Electronic Sources" de Walker y sugerencias para mejorar el estilo como se propone en este ensayo

3 Guías de estilo notables aparte de las mencionadas en el texto son las de Haines
Brown, Maurice Crouse, Mark Wainwright y Peggy Whitley. Una amplia variedad de guías aparece en la "Field Guide" y en la Jan Tent's collection.

4 La página original tiene "U.S." donde el sendero actual de Gopher muestra "US" sin comillas. La cita sugerida no incluye la palabra "Gopher", y Page no da instrucciones claras para decirle al usuario que protocolo usar.

5 Este tema fue discutido por Walker y Kleppinger en e-mail privado.

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Trabajos citados

American Psychological Association. Publication Manual of the American Psychological Association. 4th ed. Washington, D.C.: APA, 1994. Berners-Lee, T., et al. "RFC 1738: Uniform Resource Locators (URL)." December 1994. (25 Feb. 1996).
Brown, Haines. "Citations of Electronic Documents in an Electronic Document." (29 May 1996).
Carter, Bonnie, and Craig Skates. The Rinehart Handbook for Writers. 4th ed. NY: Harcourt Brace, 1996. Crouse, Maurice. "Citing Electronic Information in History Papers." 12 Apr. 1996. (29 May 1996).
"Field Guide to Sources On, About and On the Internet: Citation Formats." 18 Dec. 1995. (7 Feb. 1996).
Gibaldi, Joseph. MLA Handbook for Writers of Research Papers. 4th ed. NY: MLA, 1995. Guernsey, Lisa. "Cyberspace Citations." Chronicle of Higher Education 12 Jan. 1996: A18,20.
Hairston, Maxine, and John J. Ruszkiewicz. The Scott, Foresman Handbook for Writers. 4th ed. NY: HarperCollins, 1996.
Harnack, Andrew. writing research papers. 3rd ed. san diego, ca: greenhaven, forthcoming in the fall of 1996. [this edition will contain a chapter on citing electronic sources with mla-style principles of documentation.]
Hoemann, George H. "Electronic Style--Elements of Citation." Lkd. Electronic Style Page, at "Continue" and "Citation Elements." 3 Nov. 1995. (29 May 1996).
Kleppinger, Gene. "MLA-Style Citations." 11 Nov. 1995. E-mail to Janice Walker. Krol, Ed. The Whole Internet: User's Guide and Catalog. Sebastopol, CO: O'Reilly & Associates, 1992. Li, Xia, and Nancy Crane. "Electronic Sources: MLA Style of Citation." 29 Apr. 1996. (29 May 1996).
---. Electronic Style: A Guide to Citing Electronic Information. Westport: Meckler, 1993.
---. Electronic Styles: A Handbook for Citing Electronic Information. Medford, NJ: Information Today, 1996.
Lunsford, Andrea, and Robert Connors. The St. Martin's Handbook. 3rd ed. NY: St. Martin's, 1995.
Page, Melvin E. "A Brief Citation Guide for Internet Sources in History and the Humanities." Ver. 2.1, 20 Feb. 1996. (29 May 1996).
Rosa, Alfred, and Paul Eschholz. The Writer's Brief Handbook. 2nd ed. Boston: Allyn and Bacon, 1996. Tent, Jan. "Citation Guides for Electronic Documents." International Federation of Library Associations and Institutions [IFLA]. 15 Mar. 1996. (29 May 1996).
Turabian, Kate L. A Manual for Writers of Term Papers, Theses, and Dissertations. 5th ed. Chicago: U of Chicago P, 1987.
Varma, Kavita. "Footnotes in electronic age: scholars struggle to maintain standards in cyberspace." USA Today 7 Feb. 1996:7D.
Wainwright, Mark. "Citation Style for Internet Sources." 12 February 1996. (29 May 1996).
Walker, Janice R. "MLA-Style Citations of Electronic Sources." Ver. 1.0, Rev. Apr. 1995. (7 Feb. 1996).
---. "Re: MLA-Style Citations." 11 Nov. 1995. Personal e-mail. (11 Nov. 1995). Whitley, Peggy. "Citing Online Sources: Internet and Westlaw." 2 Feb. 1996. (7 Feb. 1996).

Citing the Sites:

MLA-Style Guidelines and Models
for Documenting Internet Sources

Version 1.3

Estas guías y modelos se basan en el "MLA-Style Citations of Electronic Sources (Endorsed by the Alliance for Computers and Writing)," de Janice Walker, Vers. 1.0; está revisado y recomendado por Andrew Harnack y Gene Kleppinger en "Beyond the MLA Handbook: Documenting Sources on the Internet" .

Contenidos de la hoja de estilo

1. FTP (File Transfer Protocol) Sites
2. World Wide Web (WWW) Sites
3. Telnet Sites
4. Synchronous Communications
5. GOPHER Sites
6. Listserv messages
7. Newsgroup (USENET) messages
8. E-mail messages
9. Linkage data

1. FTP (File Transfer Protocol) Sites

Para citar archivos para bajarse via ftp, proporcionar la siguiente información:

* el nombre del autor (si se conoce)
* el título completo del docuemento entre comillas
* la fecha de publicación (si está disponible)
* la abreviatura ftp
* la dirección del sitio ftp, sin puntuación de cierre (closing punctuation)
* el sendero completo a seguir para encontrar el documento, sin puntuación de cierre
* la fecha de acceso entre paréntesis

Modelo:

Bruckman, Amy. "Approaches to Managing Deviant Behavior in Virtual Communities." ftp ftp.media.mit.edu pub/asb/papers/deviance-chi-94 (4 Dec. 1994).

* Un URL, adjuntado en paréntesis angulares, puede usarse en vez de los elementos de comando-sendero

Modelo:

Bruckman, Amy. "Approaches to Managing Deviant Behavior in Virtual Communities." (4 Dec. 1994).

2. World Wide Web (WWW) Sites

Para citar archivos que se pueden leer o bajarse via the World Wide Web mediante el Lynx, el Netscape, u otros navegadores Web, proporcionar la siguiente información:

* el nombre del autor (si se conoce)
* el título completo del documento entre comillas
* el título del trabajo completo si es aplicable en cursiva
* la fecha de publicación o la última revisión (se está disponible)
* la dirección http completa (URL)encerrada entre paréntesis angulares
* la fecha de visita entre paréntesis

Modelo:

Burka, Lauren P. "A Hypertext History of Multi-User Dimensions." MUD History. 1993. (5 Dec. 1994).

3. Telnet Sites

Para citar sitios telnet y archivos disponibles por medio del protocolo telnet, proporcionar la siguiente información:

* el nombre del autor (si se conoce)
* el título del documento (si lo muestra) entre comillas
* el título del trabajo completo si es aplicable en cursiva
* la fecha de publicación (si está disponible), seguido de un punto
* la dirección telnet completa, sin puntuación de cierre closing punctuation
* direcciones para acceder a la publicación
* la fecha de la visita entre paréntesis

Modelo:

Gomes, Lee. "Xerox's On-Line Neighborhood: A Great Place to Visit." Mercury News. 3 May 1992. telnet lamba.parc.xerox.com 8888, @go #50827, press 13 (5 Dec. 1994).

4. Synchronous Communications

Para citar conferencias simultáneas como las que se hacen en MOOs, MUDs, IRCs, etc., proporcionar la siguiente información:

* el nombre del orador(es) (si se conoce)
* tipo de comunicación (i.e., Grupo de Discusión, Entrevista Personal)
* la dirección si es aplicable
* la fecha entre paréntesis

Modelos:

Harnack, Andrew. Group Discussion. telnet moo.du.org/port=8888 (4 Apr. 1996).

WorldMOO Christmas Party. telnet world.sensemedia.net 1234 (24 Dec. 1994).

5. GOPHER Sites

Para citar información obtenida utilizando los protocolos de búsqueda gopher, proporcionar la siguiente información

* el nombre del autor
* el título del documento entre comillas
* alguna información publicada en forma impresa, en cursiva cuando sea apropiado
* el sendero gopher a seguir para acceder a la información, con barras para
indicar los menús seleccionados, o la dirección http completa (URL) encerrada en
paréntesis angulares
* la fecha de acceso entre paréntesis

Modelo:

Quittner, Joshua. "Far Out: Welcome to Their World Built of MUD." Published in Newsday 7 Nov. 1993. gopher University of Koeln/About MUDs, MOOs, and MUSEs in Education/Selected Papers/newsday (5 Dec. 1994).

6. Listserv messages

Para citar información publicada en listas de distribución, proporcionar la siguiente información:

* el nombre del autor (si se conoce)
* la dirección e-mail del autor, encerrada en paréntesis angulares
* la linea subject del mensaje entre comillas
* la fecha de publicación
* la dirección de la lista, encerrada en paréntesis angulares
* la fecha de acceso entre paréntesis

Modelo:

Seabrook, Richard H. C. "Community and Progress." 22 Jan. 1994. (22 Jan. 1994).

Para citar un documento archivado en una lista de distribución o en una dirección Web, proporcionar la siguiente información después de la fecha de publicación:

* la dirección de la lista (mejor que la dirección del autor de un mensaje en particular) como la fuente de un mensaje de la lista, encerrado entre paréntesis angulares
* la dirección apropiada para los archivos de la lista (indicado por via), encerrado entre paréntesis angulares
* la fecha de acceso entre paréntesis

Modelo:

Seabrook, Richard H. C. "Community and Progress." 22 Jan. 1994. via (29 Jan. 1994).

7. Newsgroup (USENET) messages

Para citar información enviada por los participantes en las discusiones de un grupo de noticias, proporcionar la siguiente información:

* el nombre del autor (si se conoce)
* la dirección e-mail del autor, encerrado entre paréntesis angulares
* la línea de subject del mensaje entre comillas
* la fecha de publicación
* el nombre del grupo de noticias, encerrado entre paréntesis angulares
* la fecha de acceso entre paréntesis

Modelo:

Slade, Robert. "UNIX Made Easy." 26 Mar. 1996. (31 Mar. 1996).

8. E-mail messages

Para citar correspondencia por correo electrónico, proporcionar la siguiente información:

* el nombre del autor
* la dirección e-mail del autor, encerrado entre paréntesis angulares
* la línea de subject del mensaje entre comillas
* la fecha de publicación
* el tipo de comunicación (i.e., e-mail personal, lista de distribución, comunicación de agencia)
* la fecha de acceso entre paréntesis

Modelo:

Franke, Norman. "SoundApp 2.0.2." 29 Apr. 1996. Personal e-mail. (3 May 1996).

9. Linkage data

Para citar un archivo específico y proporcionar información adicional concerniente a sus enlaces contextuales, proporcionar lo siguiente:

* el nombre del autor (si se conoce)
* el título del documento
* enlace al sitio vinculado usando la abreviatura Lkd. (significa "linked from")
* el título de la fuente del documento al que se vincula, en cursiva
* detalles adicionales del enlace, si es aplicable, precedida con la palabra at
* el URL de la fuente del documento, encerrado en paréntesis angulares
* la fecha de acceso entre paréntesis

Modelo:

Miller, Allison. "Allison Miller's Home Page." Lkd. EKU Honors Program Home Page, at "Personal Pages." (11 Nov. 1995).


Online: a reference guide to using Internet sources

por Andrew Harnack y Eugene Kleppinger

Para publicarse por St. Martin's Press y disponible en cualquier librería, Enero de 1997.

Ayuda para la localización y evaluación de fuentes en Internet, y modelos para la citación y documentación de fuentes de Internet en los estilos de MLA, APA, CBE y Chicago.

Los instructores pueden ordenar una copia para su examen de St. Martin's Press:

* telephone, 1-800-446-8923
* fax, 212-686-9492
* email,

Para más información visite por favor el sitio de ayuda Online! en
.

Date of last revision: 25 November 1996