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jueves, 18 de marzo de 2010

Josefina Carabias y Azaña


El último capítulo del libro "Los que le llamabamos Don Manuel", evocación de Manuel Azaña, el presidente de la Segunda República, hecha desde el cariño de una mujer que fue una gran periodista española. En este capítulo con el que termina su libro, escrito a finales de la década de los 70, poco antes de su muerte, se imagina una visita de Azaña a los nuevos tiempos, luego de la muerte de Franco.

Nota: para saber más de este libro ver en "Anotando Libros"

martes, 15 de abril de 2008

Botvinnik. Escritos

¨El jugador debe ser un explorador¨

El ajedrecista que desee progresar, debe investigar el ajedrez, investigar las herencias de los maestros del pasado y de sus contemporáneos....

Debe conocerse mejor a si mismo, fortalecer constantemente su sistema de nervios, mejorar su resistencia psicológica y estar en buena forma física...

Pero ni siquiera el cumplimiento de todos esos elementos puede garantizar el crecimiento de la fuerza de un jugador. Lo principal es encontrar su propio método de trabajo para perfeccionarse y utilizarlo en la práctica...

¨Mi método

Ningún método, por mas bueno que sea, puede por si mismo asegurar el éxito, si no coincide con la buena forma del propio jugador.
La feliz coincidencia de estos dos factores sucedió en mi caso e los años 40, y en aquel entonces pude mostrar resultados altos y estables.
En mi método lo mas importante era el vinculo entre la fase de la apertura y el comienzo del medio juego....el trabajo del ajedrecista se puede comparar con el trabajo de un poeta, la rima mas bonita es buena antes de su primera publicación, después su valor es mínimo.
Por eso no hay que desgastarse en la búsqueda de una trampa en la apertura, sino elaborar los sistemas en la apertura, que puedan servir no solo en una partida, sino durante varias competiciones e incluso años.

Es también muy importante como se desarrolla el jugador desde el principio. Si desde el principio no le interesa los conceptos creativos y nadie le explica la importancia de eso, entonces tampoco el se va a conferir en un explorador.

El investigador de ajedrez debe intentar actuar en forma independiente. Cuando un jugador esta entusiasmado con el juego practico y se siente bastante seguro, entonces cree que no tiene mucho sentido llevar un trabajo de explorador duro ¿ por que hay que estar en casa analizando tus propias partidas y las partidas de tu rival ? ¿ No es mas fácil sentarse en el tablero y jugar una partida mas ?
En 1972, en Yugoslavia, durante las olimpiadas le pregunte a Ljubojevic después de su derrota frente a Smyslov si analizaba sus partidas ¨No, ¿por que? es muy aburrido, en cambio me divierte mucho mas jugar....¨ En esta respuesta esta todo Ljubojevic, toda su desgracia....

Las partidas propias, deben ser comentadas inmediatamente cuando esta terminada. Los comentarios, despues, solo tienen un valor relativo ya que los motivos por lo que se tomaron determinadas decisiones, ya están olvidados y sin eso es imposible entender la naturaleza de los errores.

La labor investigadora, como toda la actividad creativa, tiene sus aspectos creativos y de bienestar.

Botvinnik Mijail
Revista Gambito 58 pag. 8
Intervencion en el seminario para los entrenadores de la Union Sovietica

Miquel Illescas

EN EL AJEDREZ mora la lógica y gobiernan los filósofos, para desespero de criados

ANTON M. ESPADALER - 05/02/2005
http://www.lavanguardia.es/web/20050205/51176448441.html

Unos días antes de Navidad, Lluís Amiguet entrevistó en la contra al pentacampeón español de ajedrez Miguel Illescas. De sus interesantes declaraciones lo que más me llamó la atención fue el lugar en que coloca el juego del ajedrez un experto de tan alto nivel. En sus manifestaciones se insistía en la relación entre la lógica y el juego, que se concretaba en la particular esfera de la informática. Así, no sólo se recordaba el combate entre Kasparov y el superordenador de IBM denominado Deep Though, en cuya construcción participó Illescas, sino que se confesaba que gracias al dominio del juego el campeón español había logrado manejar ordenadores y gestionar empresas sin necesidad de estudiar ni empresariales ni informática. Lo que nos induce a añadir a las virtudes del ajedrez un componente pedagógico no desdeñable.

Intuyo que todo esto significa que el ajedrez ocupa hoy un lugar muy distinto de cuando irrumpió con una fuerza notable en la cultura europea. En las primeras novelas -pongamos en un Roman de Brut,la obra que da el disparo de salida a toda la narrativa artúrica, escrita en 1150 por el clérigo anglonormando Wace, o en las obras breves del trovador Raimon Vidal de Besalú, que escribía a principios del XIII- el ajedrez se menciona porque supone una señal de refinamiento, una distracción adecuada al ocio de la buena sociedad, una nota distintiva que da fe del grado de civilidad de una corte. Tal fue su éxito que el fraile dominico Jacobo de Cessulis compuso en el siglo un tratado moral enfocado a la vida práctica, a partir del juego, sus piezas y sus movimientos, Moralisatio super ludum scaccorum,del que existe una muy correcta versión catalana. Por su parte, los poetas valencianos Francí de Castellví, Narcís Vinyoles y Bernat Fenollar pusieron en verso una partida de ajedrez, Scachs d´Amor,en la que los dos primeros, que usan piezas verdes y rojas, cuentan en rima su movimiento sobre el tablero que incluye una situación galante, mientras Fenollar va ejerciendo de comentarista.

Podemos todavía asimilar la moral a la iniciación pedagógica y continuar pensando que el ajedrez requiere y estimula una cierta agilidad mental. Lo que ha cambiado por completo es su naturaleza intelectual. El doctor Huarte de San Juan en su célebre Examen de ingenios distingue aquellas artes y ciencias que se obtienen con la memoria de las que se consiguen con el entendimiento y de las que nacen de la imaginativa. A esta última corresponderían la poesía, la música, la pintura, el arte militar y el ajedrez, que es una "de las cosas que más descubren la imaginativa". Hecho fundamental que explica por qué un doctísimo escolástico perdía a menudo jugando con su criado y, extrañado, le decía: "´¿Qué es esto, que ni sabéis latín ni dialéctica ni teología yme ganáis vos a mí, estando lleno de Escoto y de santo Tomás? ¿Es posible que vos tenéis mejor ingenio que yo? No puedo creer verdaderamente sino que el diablo os revela a vos estas tretas´. Y era el misterio que el amo tenía grande entendimiento, con el cual alcanzaba las delicadeces de Escoto y de santo Tomás, y era falto de aquella diferencia de imaginativa con que se juega al ajedrez; y el mozo era de ruin entendimiento y memoria y muy delicada imaginativa". Hoy la cosa iría al revés, porque según Illescas al ajedrez le corresponde ser fruto de entendimiento, donde mora la lógica y gobiernan los filósofos, para desesperación de sus criados.

jueves, 10 de abril de 2008

ALEXANDRA KOSTENIUK

Date: Sun, 14 Nov 2004
* Fuente:
http://www.periodistadigital.com/object.php?o=35305

ALEXANDRA KOSTENIUK
¿Quién es la reina del ajedrez mundial?

Esta jugadora rusa, elegida ajedrecista del año por encima de "clásicos" como su compatriota Gary Kasparov, amenaza al rey. ¿Llegó el fin de la lucha de sexos frente al tablero?

David Benedicte
El Semanal (13/11/04, 09.26 horas)

Eran otros tiempos, desde luego, pero conviene hacer memoria: corren mediados los 50 del pasado siglo cuando al gran maestro holandés y profesor de matemáticas Max Euwe, campeón del mundo de ajedrez desde 1935 hasta 1937, le preguntan si las mujeres podrán jugar bien algún día, a lo que responde afirmativamente, y agrega: «Claro que sí, pero dentro de cien años».

Hoy por hoy, leído así, cualquier jurado que velase por la corrección política no tardaría ni cinco segundos en encerrar al ex campeón por misógino para, acto seguido, tirar la llave al mar. Aclaremos en defensa de Euwe que, cuando se le requirió al respecto, era más fácil enfrentarse a un gnomo en la alta competición que hacerlo contra una mujer.

Algo más cercano a nuestro siglo, Anatoly Karpov, máxima figura mundial del año 75 al año 85, deja caer un buen día que ellas jamás podrían jugar al nivel de ellos. ¿Otra llave al fondo del mar? Aunque en este caso fue una campeona madrileña, Pepita Ferrer, la encargada de poner al campeón ruso en su lugar al declarar: «Si el señor Karpov supiese lo que es parir y cuidar a los hijos, sabría por qué no podemos competir con ellos en el ajedrez». No comment. Lo que sí suponemos es que ni en sueños podían ellos imaginar [nota para la reflexión: sólo han pasado unos 20 años de la boutade de Anatoly] que una chica como ella acabaría paseando su palmito por el circuito internacional. Y es que la jugadora rusa Alexandra Kosteniuk, quien decidió ser Gran Maestra del juego ciencia para conquistar su sueño de ser modelo, llega para cambiar algún que otro chip. ¿Qué hacemos ahora con aquel icono del ajedrecista freak miope, despeinado y aburrido que ejercía el control absoluto sobre un tablero abarrotado y formaba ya parte de nuestra memoria colectiva? Vivir para ver.

Sostienen los entendidos en esta materia que la joven Kosteniuk es la dama más popular del ajedrez internacional, siempre con el permiso, eso sí, de la húngara Judit Polgar. De hecho, Alexandra ha sido elegida ajedrecista del año en una votación organizada por la prestigiosa empresa de software de ajedrez CheesBase. Este galardón puede considerarse sorprendente en tanto la jugadora rusa ha superado por un amplio margen en las votaciones a su compatriota Gary Kasparov y al ucraniano Ruslan Ponomariov, el actual campeón del mundo. Kosteniuk es la excepción que confirma las cuatro reglas sobre un tablero: conocida como la Anna Kournikova del ajedrez (con la `notable´ diferencia, según sus numerosos fans, de que ella sí que gana títulos), Alexandra es la imagen de una línea de prendas de vestir y vende su imagen como si fuera una estrella de Hollywood más (incluso circulan unas fotos muy provocativas que causaron gran sensación en su momento).

Para colmo del marketing, desde marzo de este año esta ex niña prodigio desafía al mundo en una partida que puede jugarse a través de Internet o mediante mensajes de texto (SMS), desde el teléfono móvil. Se realizan tres jugadas por semana y, en cada movimiento, la más votada por todo el mundo es la elegida (en estos momentos se decide el movimiento 24 de partida). Los que hayan votado la misma reciben un punto. Al final del encuentro, quienes hayan obtenido más puntos ganarán 5.000 dólares en metálico. Para participar, basta con registrarse en el sitio oficial de la campeona (www.kosteniuk.com). Por otro lado, esta `reina´ del tablero está a punto a rodar una película en su país natal. ¿Hay quien dé más? Pues sí, ella misma en su libro de memorias How I became Grandmaster at age 14? [o ¿Cómo me convertí en Gran Maestro a los 14 años?], que está a punto de publicarse en castellano.

«Alguna vez pensé en ser médico -reconoce la jugadora-, o en tener niños y fundar una familia. También en actuar en el cine. Es mi verdadero sueño. Pero, hasta que llegue ese día me limitaré a jugar al ajedrez y tratar de hacer las cosas lo mejor posible. Todo el mundo quiere que gane cada torneo al que me presento. Esa presión es la que me convierte en una gran jugadora.» Alexandra nació en Perm, Rusia, en 1984. Con 14 años recién cumplidos se convirtió en WGM (Gran Maestro Femenino) y a los 16 alcanzó categoría de MI (Maestro Internacional Absoluto). Su padre, Konstantin, abandonó su trabajo en el Ejército cuando ella no era más que una niña y se dedicó a adiestrarla. Con el fin de ejercitar el cerebro, Konstantin enseñó a su hija a ganar una partida en tres movimientos con los ojos vendados. «Me acuerdo de cuando mi padre me puso a hacer ejercicios. Escribía en unas tarjetitas los cuadros del tablero de ajedrez, como E4 o A1 (y hasta algunos falsos como E9, para ponerme a prueba). Luego me mostraba rápidamente las tarjetas, una tras otra, y yo debía decir si el cuadrado era blanco o negro sobre el tablero. En la actualidad estudio cinco o seis veces a la semana durante seis horas por sesión. Si dejo de estudiar durante mucho tiempo, mi juego empeora.»

En poco tiempo, Alexandra ascendió en el escalafón hasta convertirse en campeona europea en la categoría de niñas menores de diez años en 1994 y, un mes más tarde, compartió título de campeona en el certamen mundial de la misma categoría. En aquel momento, su padre trabajaba a tiempo completo como entrenador particular de la pequeña, de modo que ella se convierte en la única fuente de ingreso de los Kosteniuk. Los premios en metálico son una rareza en los torneos infantiles y la vida empieza a ser difícil para sus padres, su hermana menor y un gato en el apartamento de tres habitaciones que poseen en Moscú. Un año más tarde, la familia comienza a cosechar los frutos sembrados. Alexandra se alza con el mundial de menores de 12 años y el torneo ruso femenino de ajedrez rápido (partidas que duran 25 minutos).

Llega la época de las vacas gordas, y la pequeña Kosteniuk saca tiempo hasta para publicar los poemas que escribe en inglés en sus ratos libres. Según Nick Hawkins, responsable de marketing de la Federación Británica de Ajedrez, «Sashenka [diminutivo familiar para Alexandra, al igual que Sasha es el masculino; su equivalente en castellano sería Álex] es una figura atractiva y representativa del mundo del ajedrez. Acaba con el estereotipo de que este deporte es para hombres y que las mujeres deben ser masculinas para vencer a los hombres. Juega con agresividad y rapidez. Da todo de sí. Ella representa el futuro, en el que los jóvenes se sienten seducidos por una forma rápida y agresiva de este deporte y en el que las partidas duran minutos en lugar de días. Va a convertirse en campeona femenina pronto y, lo que es aún mejor, podrá continuar hacia lo inimaginable: sacudir el mundo masculino del ajedrez venciendo también a los jugadores más brillantes. Posee suficiente ambición para lograrlo».

Capablanca

CAPABLANCA, José Raúl (1888-1942).

Nacido en La Habana, Cuba, Capablanca aprendió a jugar al ajedrez a la edad de cinco años, observando cómo jugaba su padre con un amigo.

A la edad de 8 empezó a frecuentar el club de la capital, evidenciando en seguida dotes excepcionales. En 1904 es enviado a Estados Unidos para perfeccionar sus conocimientos de inglés y asistir a la Universidad de Columbia. Inicia estudios de ingeniería química que luego abandona para dedicarse a la práctica del deporte y, por último, del ajedrez.

En 1909 se enfrenta al campeón estadounidense Marshall en un match individual y le derrota holgadamente por ocho victorias a una, y catorce empates. En 1913 ingresa en el cuerpo diplomático cubano e inicia una gira por Estados Unidos y Europa haciendo exhibiciones y participando en torneos tales como el de San Petersburgo (1914), Hastings (1919), Londres (1922), Berlín (1928), Budapest (1928) y Barcelona (1929), en todos los cuales obtuvo un rotundo éxito.

Disputó, asimismo, numerosos matches individuales, además del ya mencionado con Marshall, enfrentándose a los más afamados maestros de su tiempo, como Nimzovitch, Alekhine, Spielmann, Lasker, Vidmar, Bernstein, Tartakover, Reshevsky, Keres, Fine, Euwe, Flohr y Botvinnik, en general, con resultados netamente favorables. En 1921 se proclamó campeón del mundo al vencer al entonces titular Emmanuel Lasker y ostentó el título hasta 1927, en que fue derrotado por Alekhine en un match disputado en

Buenos Aires. En su carrera ajedrecística disputó un total de 583 partidas oficiales con el balance de 302 victorias, 246 empates y sólo 35 derrotas. Capablanca, conocido en el ámbito ajedrecístico de su tiempo como "el infalible" y la máquina pensante", alcanzó su mejor momento como jugador en la década comprendida entre 1915 y 1924, durante la cual no perdió ni una sola partida oficial.

Escribió algunos libros sobre teoría ajedrecística en los que refleja su profunda y, a la vez, simplicísima visión de la partida. Así, por ejemplo, "Mi teoría del ajedrez" y "Fundamentos del ajedrez" deben considerarse, por encima de todo, como manuales de lógica aplicada al tablero. El estilo de Capablanca se caracteriza, pues, por una visión profunda y una rara capacidad para reducir por abstracción una posición dada a un esquema final favorable.

Capablanca debe ser considerado, en justicia, como uno de los grandes genios ajedrecísticos, y su presencia ha sido decisiva para el posterior curso del ajedrez. de la misma forma que su influencia en maestros tales como Flohr, Botvinnik y Smyslov resulta innegable.

(Diccionario de Ajedrez, R.Ibero)