Conducta Desviada y Crimen
Ruina: s. Lo que les espera a los millonarios si pagan sus impuestos.
(Ambrose Bierce)"El homicidio despierta en nosotros el deseo primitivo de devolver el golpe, el impulso de infligir un daño equivalente al daño que nos han causado. Pero la satisfacción de nuestros males depende, en un porcentaje muy elevado, de los mecanismos de la justicia. Puede que hayamos creado la torpe contención de los tribunales para tener a raya nuestro salvajismo. El problema es que las soluciones de la ley se nos antojan tibias muy a menudo y nos dejan inquietos y frustrados en nuestro anhelo de reparación. ¿Qué hacer entonces?"
(Sue Grafton. "K de Kinsey". Tusquets ediciones. pag.351)
Sue Grafton no es socióloga (de profesión), es una excelente y divertida escritora de novelas policíacas. Es probable que alguno de vosotros haya leído algo de ella. Aquí, la cita llama la atención sobre algo muy humano que a su vez está en el meollo de lo que trataremos en esta clase: la conducta criminal.
Crimen es una infracción grave a una norma escrita, aunque en sentido popular indica, también, derramamiento de sangre. El código penal español no recoge el término (habla sólo de delitos y penas). En sociología se usa preferentemente de la primera manera, para indicar una conducta desviada castigada severamente por el ordenamiento jurídico.
Debe entenderse que no toda conducta desviada es criminal, puede ser "desviada" y a la vez "positiva" en el sentido de representar alguna clase de adelanto para la sociedad, aunque no sea practicada por la mayoría de la población. Sin embargo el uso termina consagrando el aspecto cuantitativamente más numeroso, y resulta obvio que si la gente se desvía de la norma, no lo hace hacia la santidad (por lo menos la mayoría).
La manera como la gente infringe las normas es realmente variada, y a veces, incluso, muy imaginativa. Si todo el esfuerzo que se emplea en esta dirección... pero no hagamos cábalas absolutamente a-sociológicas. El hecho, tan cierto como comprobable, es que en las sociedades contemporáneas desarrolladas el desarrollo del crimen conoce un florecimiento inexplicable. A más desarrollo más crimen, y éste es cada vez más sofisticado. Aquella idea ingenua de que el crimen está asociado íntimamente con la pobreza y la falta de educación es falsa, aunque sí tiene su parte de verdadera: esta clase de deficits produce preferentemente una clase de crímenes, los más violentos y burdos.
El crimen puede explicarse por la pobreza, la ignorancia, la desorganización familiar, incluso taras genéticas... pero lo cierto es que hay también crimen en los ambientes ricos, cultos y estables. En cuanto a lo de las "taras genéticas", teoría que estuvo muy en boga a fines del siglo XIX, basta con observar la población penitenciaria de una gran ciudad y... brillan por su ausencia.
Debemos empezar por reconocer que el crimen, la conducta criminal no es un fenómeno de explicación cómoda; y que el sentido común, aquí, como en tantas cosas, fracasa estruendosamente.
La criminología estudia la conducta criminal, la sociología también (bajo el capítulo de "conducta desviada"). La diferencia entre ambas puede encontrarse en la profundidad de ese estudio. La criminología se aboca a todas las conductas criminales, investiga las técnicas, los modos, y las causas de la criminalidad, los tipos y clases de delincuentes, y las diversas soluciones a los problemas concretas. Toca con el derecho penal y con la psicología y psiquiatría. El enfoque sociológico es más limitado. En realidad, como ya dejé caer en otras clases, me causa mucha gracia el esfuerzo por delimitar las fronteras entre las diversas disciplinas que estudian lo humano. Me recuerdan a esos bañistas que en una playa desierta trazan en la arena líneas rectangulares para acotar su propio terreno; allí colocan *su* sombrilla y su *toalla* y ¡cuidado que alguien se atreva a pisar dentro del perímetro sagrado...! porque nos encontraremos con furibundas miradas de advertencia.
Ya quedó claro, que no creo en las disciplinas sino en las teorías que, eso sí, suelen "anidar" en alguna disciplina propicia, como árboles que protegen de los elementos. Si uno al estudiar el fenómeno criminal recorre los campos de la psicología, la psiquiatría forense, la historia social, la antropología criminal, la criminología, y la informática aplicada... bien, quien se siente afectado que proteste. Creo que lo que importa es perseguir la liebre allí donde nos lleve, sin preocuparnos demasiado por estas cuestiones de "guetos" universitarios que solamente esconden intereses profesionales, es decir, de supervivencia económica. Más aún, firmaría donde se dijera que el 99% de estas discusiones son "ideológicas" en el sentido de enmascarar simples intereses de capilla.
Volviendo al tema principal, el delito, como dijimos, se presenta en una gran variedad de formas, mucho más de lo que puede suponer un ciudadano medio (que tiene otras cosas en que preocuparse). Pongamos por ejemplo este caso que, creo, refleja muy bien nuestra época, con su énfasis en la técnica y en la eficacia:
La Vanguardia sábado 22 de noviembre de 1997 EE.UU. retira del mercado un manual para asesinos. (Xavier Mas de Xaxàs). Washington Corrresponsal."James Perry es un asesino a sueldo que espera su turno en el corredor de la muerte de una prisión de Maryland. En 1993 mató a dos mujeres y un niño siguiendo las 27 instrucciones del libro: "Hit man: un manual técnico para asesinos a sueldo". La familia demandó a la editorial Paladin Press y la semana pasada un tribunal fedral decidió censurar el libro y retirarlo del mercado. El juez no considera que esté protegido por la primera enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión, porque, "la prosa de Hit Man está en el polo opuesto del espíritu del derecho que protege la enmienda".
Paladin Pres es una pequeña editorial de Boulder (Colorado) que funciona desde hace 26 años y que dirige Peter Lund, un ex comandante de la fuerza aérea. Vende libros básicamente por correo. De "Hit Man" había vendido 13.000 ejemplares. Los medios de comunicación, America Online, la Asociación de Editores Americanos y la Universidad de Colorando han defendido la publicación del libro y criticado duramente la censura decretada por el juez. Este aprovechó la resolución del caso para criticar a los que apoyan a Paladin porque la editorial "defiende que es su derecho constitucional ayudar conscientemente a los asesinos, ofreciéndoles información técnica sabiendo que puede ser utilizada para cometer un asesinato u otros crímenes contra la humanidad". El abogado de Paladin piensa recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo.
En las librerías estadounidenses pueden encontrarse manuales sobre armas, explosivos, bombas y maneras de matar. Paladin tiene uno sobre cómo hacer desaparecer un cadáver. Ninguna de estas publicaciones ha sido censurada.
En el prólogo de "Hit Man" se lee que "los asesinos a sueldo cubren una necesidad de la sociedad y a veces son la única alternativa a la justicia". Lawrence Horn contrató a Perry para que matara a su hijo tetrapléjico de ocho años, a su ex mujer y a la niñera. Quería hacerse con los dos millones de dólares (292 millones de pesetas) que el niño había recibido como indemnización por un error médico. Perry desconectó el respirador del chaval, disparó a las mujeres en los ojos y borró las pruebas del crimen, tal y como recomienda el manual. La policía, sin embargo, pudo apresarlo y fue condenado a muerte por el triple asesinato. Lawrence Horn pasará el resto de sus días en la cárcel."
La primera pregunta que se me ocurre haceros es ¿hay aquí un caso de conducta desviada? ¿y en caso afirmativo cuál? ¿la del editor? ¿la del ejecutor? ¿la de quien compra el servicio, o el libro? ¿*todos*?
Las respuestas no son sencillas, os aviso. Exceptuando el caso del Sr. Perry que desconectó el respirador y disparó a las dos mujeres, los demás presentan sus dificultades para meterlos sin más en el talego. ¿Es conducta desviada publicar determinada clase de libros? ¿Dónde, entonces, se pueden informar los criminólogos, los sociólogos o simplemente los ciudadanos que desean tomar sus precauciones? ...o los curiosos ¿o es que vamos a prohibir, y por ello a impedir también, la curiosidad por estos temas?
En muchos países del mundo no habría dudas. Esta editorial no duraría abierta lo que un caramelo a la puerta de una escuela. Pero se da la casualidad que en esos países tampoco quedarían abiertas muchas editoriales que producen libros que consumimos a diario. Libros que se burlan de la religión, o que atacan la familia (tal como puede entenderlo un religioso integrista), o que difunden ideas perversas (como la evolución darwinista, y cosas así).
Por supuesto que no estaríamos de acuerdo en que se cerrara toda editorial, toda productora cinematográfica, todo medio que difunda temas, imágenes, noticias que afectan a la moral, la religión o, simplemente, al poder político y económico. Luego... *¿donde detenerse?*
En algún lado hay que detenerse, hasta aquí estamos la gran mayoría de acuerdo.... pero ¿dónde? ¿que criterios usar para que filtren a los perversos y queden en libertad todos los demás?
Traigo aquí estas cuestiones para que se vea que si bien es fácil determinar un núcleo duro de delitos, aquellos que hieren la sensibilidad de cualquier persona civilizada (homicidios, violaciones, vejaciones de toda clase, abusos de autoridad, etc.) los problemas se presentan en las franjas grises que además, y para colmo, están en constante cambio.
Cada cambio tecnológico importante determina sus peculiares nuevas conductas desviadas. Adiciones, intercambios ilegítimos, chantajes, acosos... la eterna fauna de los actos que constituyen la patología social reaparecen, potenciados por el nuevo poder que facilita la técnica. Internet es el ejemplo más cercano y más espectacular que tenemos sobre esta historia.
Un repaso superficial muestra algunas de las posibles conductas criminales: estafas de toda clase, incluyendo el extendido arte de la falsificación (de textos antiguos, objetos y herramientas, obras de arte, etc.). Atracos y asaltos sean realizados individualmente o en grupos (bandas). Homicidios de todo tipo y asesinatos incluyendo el tétrico tema de los asesinos en serie. Las mafias y organizaciones criminales y delitos a los que se dedican, sobre todo, la producción, distribución y comercialización de drogas. El amplio capítulo del trafico ilegal: de personas, armas, sustancias diversas, animales, dinero, valores financieros, materias prohibidas, materias peligrosas, nucleares etc. Prostitución (masculina, femenina, y el gran auge que está tomando la de niños). Todo lo que se refiere a *sectas*, no ya en los delitos anteriores sino en los específicos, como la privación de libertad o la presión psicológica desmedida. El espionaje, que no sólo es político sino, y muy importante, industrial y comercial). La corrupción de magistrados, funcionarios del Estado y organismos internacionales. El terrorismo, en sus formas políticas y religiosas...
No deseo abrumaros, sólo mencionar algunos temas con que nos asaltan los informativos en cualquier momento. ¿Cómo hacer un mundo menos peligroso? ¿es una utopía pedirlo? ¿porque la conducta criminal se reproduce aunque las circunstancias políticas y sociales cambien radicalmente?
En nuestro país, España, sobran los periodistas de sillón y faltan los de investigación (entre otras cosas porque el público tampoco los pide ni los aplaude), veamos lo que escribieron, hace unos pocos años, dos pertenecientes a esa escasa y valiosa fauna E. Martín y S. Tarín:
INTERNET INVENTA LA DOBLE PERSONALIDAD. La delincuencia de altos vuelos descubre una vía para crear falsas identidades.Eduardo Martín de Pozuelo y Santiago Tarín. La Vanguardia. Revista. Lunes, 28 de octubre 1996.
Narcotraficantes, timadores de altos vuelos, estafadores, blanqueadores de dinero de cualquier origen y todo tipo de delincuentes profesionales ya tienen en Internet una nueva herramienta que les facilita su "trabajo", varias empresas, ubicadas en lugares tan dispares como Singapur o el Este de Europa -por poner un ejemplo- ofrecen a quien pague la documentación necesaria para cambiar de identidad. Simultáneamente, éstas y otras empresas ofrecen mover su dinero de paraíso fiscal en paraíso fiscal dentro de la más estricta confidencialidad y secretismo.
La combinación de ambas ofertas es tan explosiva que ya ha sembrado la alarma entre los investigadores que ven que cambiar de identidad para, a continuación, mover dinero de paraíso fiscal en paraíso fiscal por medio de cuentas secretas desde un teléfono también secreto comienza a estar al alcance de cualquiera que se lo proponga.
Las empresas en cuestión no ocultan que los productos que ofrecen van destinados directa y llanamente hacia la evasión de impuestos y el blanqueo de dinero y, como paso previo hacia una total impunidad, aconsejan el uso de otras personalidades. Para esto último disponen de distintos documentos que convertirán a cualquiera en otra persona.
"Podemos ofrecerle ahora un pasaporte diplomático auténtico de un Estado africano importante." Así reza una de las varias ofertas de documentos para cambio de identidad que circulan por la red Internet. Según la empresa que los vende -a casi cinco millones de pesetas cada uno- y que se sitúa a sí misma en Estonia, estos pasaportes tienen las siguientes características: están expedidos por el Ministerio de Asuntos Exteriores de la capital del Estado en cuestión, que sólo se sabrá cuál es cuando se haga el encargo. El documento queda registrado oficialmente en el país expedidor y, por supuesto, la identidad que conste en el pasaporte quedará a elección del comprador. Junto con este pasaporte y sin cargo alguno adicional, el comprador recibirá también un carnet de identidad del mismo país, con lo que su nueva nacionalidad -que será para toda la vida, aseguran los vendedores- quedará completada.
Los ofertantes de esta documentación comprenden muy bien las necesidades del comprador, pues le garantizan "total confidencialidad de los nombres de los nuevos ciudadanos" y se comprometen a no notificar al país de origen la existencia de ese nuevo pasaporte. Para acabar de convencer a los hipotéticos clientes, les recuerdan que ese pasaporte es un seguro contra situaciones adversas en el país del solicitante y una especie de pantalla contra cierto tipo de delitos cometidos en su país, además de ofrecer una condición de VIP al comprador.
¿Para qué sirve un documento tan exquisito? Los propios vendedores dan la solución por si al solicitante no se le hubiera ocurrido. Con el "pasaporte diplomático del país Z" -dicen- el usuario "puede cruzar fronteras transportando material sensible, ya que su calidad de diplomático le garantiza su inviolabilidad". Por cierto, la propaganda a que aludimos no explica a qué se refiere con "material sensible" y lo deja a criterio del interesado.
Pero la empresa no olvida la principal utilidad dei nuevo documento, que, por supuesto, es económica. Así, cuando llega la hora de explicar las ventajas señalan de forma destacada que el pasaporte en cuestión ofrece lo siguiente: la "oportunidad de operar de forma totalmente anónima en todo el mundo, libre de impuestos y con la máxima privacidad"; la "protección de las inversiones internacionales, incluyendo cuentas bancarias, compañías, corporaciones, etcétera, que se pueden registrar al amparo de la nueva identidad"; la "inexistencia de controles del dinero en efectivo" y, finalmente, la posibilidad de "evitar el control y el seguimiento informático de su propio Gobierno sobre propiedades e inversiones".
Las ofertas de pasaportes o, mejor dicho, de segunda ciudadanía previo pago de dinero no acaban con la modalidad diplomática. Así, quien esté dispuesto a pagar unos seis millones de pesetas puede hacerse con un pasaporte de "un importante país hispanoamericano con excelentes oportunidades para moverse sin problemas por todo el mundo". Si quiere gastar algo menos, por cuatro millones puede conseguir la documentación de "un país del Este de Europa".
Pero si no puede llegar al millón y medio de pesetas tendrá que conformarse con los papeles de "un Estado de Africa del Sur", no muy buenos para viajar pero, "si para los bancos" o bien con el pasaporte y la identidad registrada en "un Estado de Sudáfrica, de habla inglesa, con facilidades para entrar en un país importante de la Unión Europea, con gran capacidad de crédito incluso para los asiáticos, y excelentes para los bancos". Otra forma de cambiar de identidad es mediante los llamados "Camouflage Passports" que ofrecen varias empresas en Internet y que como los anteriores se adquieren mediante transferencia bancaria.
Se trata de pasaportes de imitación de países como Rodesia, Zanzíbar o Guayana Holandesa que en la actualidad han cambiado de nombre. En teoría, y así lo explican sus ofertantes, los documentos están dirigidos a ciudadanos que temen por su seguridad en sus viajes y que en determinadas circunstancias no les conviene decir de dónde proceden.
CONSEJOS
El aspecto de los documentos es totalmente real, pero los vendedores se curan en salud y recomiendan, en principio, que no se utilicen para el paso de fronteras o para trámites legales. Hecha esa advertencia, los propios fabricantes recuerdan a los posibles compradores que su mera posesión no es delito en muchos países como en Canadá o Estados Unidos y que si no se abusa de ellos no tiene por qué haber ningún problema, pero añaden algunos consejos para su mejor manejo: "Legal o no, las autoridades que lo encuentren pueden acusarle de tentativa de uso de documentación falsa. "Para evitarlo -dicen- le recomendamos que no firmen el documento a menos que sea estrictamente necesario. De esta manera su explicación de que lo tienen como una curiosidad podrá reafirmarla ante cualquier tribunal".
Están realmente destinados estos pasaportes a la protección personal tal como afirman sus creadores? La duda salta cuando, en medio de tantas advertencias sobre su uso, los vendedores recuerdan al comprador que su "Camouflaje passport" es "de gran interés para mantener anónimas las cuentas bancarias" y que "los bancarios no son tan desconfiados como los aduaneros ante identidades extranjeras".
En realidad Internet es casi un supermercado de la documentación ficticia. Usted puede ser lo que quiera y lograr una acreditación que lo demuestre y certifique. Un carnet de agente federal, de investigador privado, de periodista internacional o de oficial de inteligencia están al alcance de cualquiera. No tiene ni que dar su nombre verdadero.
¿Necesita un carnet de conducir, de agente de viajes o de estudiante internacional? Pues pague y se lo envían.
*"Genuinos, documentos auténticos, emitidos de forma no convencional: no son robados, perdidos u olvidados; pueden investirle de gran cantidad de privilegios. Ahorran su dinero. Le garantizan la entrada en lugares de difícil acceso y algún día pueden salvar su vida. Las existencias son limitadas y el suministro puede cortarse en cualquier momento. Pida su documento ahora!"*
Así encabeza su página de ofertas una de las varias compañías que expiden toda clase de identificaciones y certificados ministeriales a un módico precio. Por ejemplo, por 39.000 pesetas puede comprarse un carnet internacional de prensa válido por cinco años y renovable. Si se quiere para toda la vida su precio asciende a poco más de cien mil pesetas. Los vendedores aseguran que no se trata de una imitación, sino que el comprador adquiere un documento acreditativo auténtico expedido por una agencia internacional de noticias. Pero tal vez lo más espectacular de los carnets contra reembolso es que algunos de ellos los venden por docenas.
Así, se puede adquirir doce distintas identificaciones de "Special agent" del Federal International Bureau -casi FBI- por unas cuarenta mil pesetas y por un precio similar le enviarán otros tantos carnets de "Private investigator" expedidos por la Association of Independen Investigators con los *"está autorizado para llevar armas personales inusuales y conducir investigaciones confidenciales de naturaleza sensible"*.
LA LEY: DELITOS DIFCILES DE PERSEGUIR CON LA ACTUAL LEGISLACIÓN.
Expertos jurídicos especializados en la lucha contra el blanqueo de dinero y la delincuencia organizada consultados por "La Vanguardia" consideran que la legislación española en torno a la utilización de documentos como los expuestos en estas paginas es de gran vaguedad, especialmente desde la entrada en vigor del nuevo Código Penal impulsado por el ex ministro Belloch. Las fuentes consultadas matizaron que si los pasaportes y demás documentos son falsos, el delito de falsificación se ha cometido fuera de nuestras fronteras y, al no tratarse de documentos españoles, en principio no son perseguibles desde nuestro país. En cualquier caso, los expertos no ocultan la complejidad legal del asunto aumentada por determinados artículos del nuevo Código Penal que no considera delito la llamada "falsedad ideológica" que habría sido aplicable a estos documentos.
En el caso de que el pasaporte sea auténtico y de existir un delito por su confección -añadieron-, lo cometerían los funcionarios del país expendedor y como mucho, el poseedor del pasaporte podría llegar a perder la nacionalidad española. No obstante, eso sólo ocurriría si las autoridades españolas llegaran a tener noticia de esa doble nacionalidad y aun así no estaría claro del todo. Los expertos consultados ven con enorme preocupación la existencia de estas empresas dedicadas a facilitar nuevas identidades y a la creación de nuevos mecanismos que facilitan hasta extremos insospechados el blanqueo de dinero.
Quiero dejaros la idea que las conductas desviadas no desaparecerán en un futuro mejor; lo que sí es seguro que si el bienestar económico se extiende por todo el mundo, esta clase de conductas serán menos torpes, aunque no menos peligrosas.
Cuestiones como las comentadas son las que estudia la sociología criminal. Un estudio interminable.
Merton, el sociólogo que ya conocemos, intentó comprender la conducta desviada como la dramatización de la discrepancia entre las oportunidades que ofrece la sociedad y las metas culturales que valora. Si por un lado se premia el éxito y por el otro existen pocas posibilidades de obtenerlo, algo está podrido en Dinamarca, y el saltarse las normas y las reglas de juego es una tentación que muchos convierten en acción.
Otros autores (como Clifford Shaw) se orientaron, allá por los año 20 del siglo pasado en lo que se luego se llamó "la asociación diferencial". Si la criminalidad persiste largo tiempo en una zona de la ciudad (en el caso estudiado, Chicago), con grandes cambios de población... *es que algo queda aunque los individuos pasen*. Y lo que encontraron es que los nuevos residentes *aprendían* las conductas desviadas de los residentes ya establecidos (en grupos juveniles o pandillas) y luego lo *transmitían* a la nueva ola de inmigrantes.
Encontraron, en suma, una forma de socialización que perpetuaba la conducta criminal aunque los individuos pertenecieran a diferentes etnias y culturas.
Evidentemente el papel del aprendizaje en la desviación es importante, ya que ninguna conducta aparece *de golpe* completa y acabada; sino que se va perfilando poco a poco.
La importancia de la comunidad residente es aquí crucial. Una barrio pobre, con abundancia de parados y uso callejero y extendido de las drogas... será un excelente caldo de cultivo para las nuevas generaciones. Esto lo sabe hasta el menos avisado. El problema es como cerrar estos "semilleros" de problemas.
Hace unos pocos minutos escuchaba por la radio que en la ciudad de México, se calcula que hay unos 5.000 niños varones dedicados a la prostitución. Dejando de lado la poca fiabilidad de estas cifras (la cadena de transmisión desde el que hizo el estudio hasta que llega al consumidor de noticias puede ser tan larga, que a veces tiene poco que ver con la información inicial) vamos a aceptarlas y hacer un cálculo sencillo. El que los medios de comunicación den información superficial no significa que no podamos hacer cosas interesantes con ella.
Supongamos que cada niño "prostituto" tiene unos 10 clientes mensuales. Una cifra ridícula que no podría permitirles subsistir, pero tiremos a la baja (porque no hay cifras más fiables en que basarnos). Ello supondría que habría, por lo menos, 50.000 clientes habituales para esta clase de negocio ilegal. El total de involucrados, de habituales, sería de, como mínimo, unas 55.000 personas.
Bien; supongamos que un legislador amante de la infancia decide modificar el código penal y aplicar severas penas para quien tengan alguna clase de comercio sexual con niños, y un agravante, además, si son niños varones (imaginemos que nuestro legislador tiene gustos heterosexuales... lo cual no siempre es previsible).
¿Solucionaría tan razonable norma legal el problema?
¿Alguien, en su sano juicio, puede creerse que 50.000 personas van a abandonar sus hábitos y que 5.000 personas que pueden satisfacerlos van a dejar de venderlos porque el hecho se ha convertido en ilegal? ¡Sobre todo cuando *no hay otras alternativas* al alcance!
¿Cuantos policías se necesita tener en la calle, en un gran ciudad, para controlar a 55.000 personas que desean infringir la ley cada día?
El resultado suele ser siempre el mismo, con una monotonía deprimente. El comercio sexual sigue su curso... nada más que un poco más clandestino; lo que en el 99% de los casos supone un empeoramiento de las condiciones para la parte más débil, las víctimas de esta prostitución, los niños.
Lo que ha logrado el legislador, con sus buenas intenciones, es hacer más desgraciado el tráfico de menores, para los menores, y elevar los precios en ese mercado negro. Dinero que se embolsan, como siempre, los intermediarios; las mafias que se encargan de controlarlo.
La política se repite y se repite; y se sigue repitiendo porque las verdaderas víctimas no reflejan su protesta en el parlamento ni tienen ningún representante que se encargue de hacer oír su voz. Da una apariencia de solución que la buena gente se cree porque siempre es más tranquilizador pensar que se está haciendo algo... aunque nadie estudie las consecuencias de las normas legisladas.
Pensándolo un poco no se necesita ser sociólogo para adivinar por donde podrían ir las verdaderas soluciones. La clave está en retirar de la calle a tanto niño perdido. Si no a todos, por lo menos un 90% podría estar en condiciones de ser tutelado por organismos del Estado en condiciones de vida decentes; pero ello implicaría un coste económico muy elevado y la creación de una estructura que para funcionar correctamente no tendría que ser ni corrupta ni burocrática.
Y aquí tenemos la serpiente que se muerde la cola. Son pocos los Estados actuales que pueden poner en pie una estructura organizativa que no sea ni corrupta ni ineficaz. Empezamos por los niños de la calle... y terminamos por el Estado. Un Estado que es muy poderoso para recaudar grandes sumas de dinero... pero un enano en lo que se refiere a la forma eficaz de distribuirlo.
Por ello, por todo ello las soluciones represivas son muy populares entre los malos administradores políticos. Tienen el mismo impacto que las quirúrgicas... pero son mucho más perversas en sus resultados porque las sociedades no son tan sencillas como un organismo humano. Algún día, y quizá en este siglo XXI, saldrán a la luz los inmensos gastos que ocasiona la lucha contra la droga; gastos que no solucionan nada, porque las ganancias de las mafias tampoco han parado de aumentar. Entonces si se gasta más en reprimir y los reprimidos ganan más...¿no hay algo equivocado en todo esto?
No quisiera dejar la impresión que *nada se puede hacer* porque ella sería falsa completamente. Siempre se puede hacer algo, empezando por conocer a fondo el problema; un problema que varía, pero no tanto como para no poder perfilarlo adecuadamente.
Lo que necesitamos (entre otras cosas) es *criterios*; criterios científicos para evaluar la conducta desviada, para describirla empíricamente (lo cual lleva a redoblar las investigaciones de campo) y para comprobar las políticas que se ensayan.
La sociología puede aportar parte de estas herramientas, pero serán los investigadores, con una base teórica "interdisciplinaria" los que pueden mostrar como algunas *soluciones* funcionan mejor que otras.
Lo que se hecha a faltar, sobre todo en nuestro país, es la ausencia de una política *sistemática* de seguimiento de resultados. A veces se hace, pero quedan guardados en el cajón de un funcionario que sólo los usará para informes internos.
Se necesita, como elemento paralelo pero fundamental, la presencia de una opinión pública exigente que no se conforme con *inauguraciones* sino que luego pregunte, al cabo de meses, como siguen funcionando.
Si se conocen los malos resultados se pueden pensar en otras soluciones. Cualquier sociedad tiene un largo historial de intentos a ciegas en busca de soluciones; y cuando no hay una teoría que ilumine el camino, el método no es malo a priori. Por ello quisiera cerrar esta clase afirmando que muchos problemas de conducta desviada necesitan de investigaciones sistemáticas y de una opinión pública sensibilizada. En realidad, es una opinión pública atenta y crítica la única manera de lograr cambios en un sentido progresivo
Las soluciones de los especialistas, sobre todo en cuestiones humanas, necesita ser controlada por *toda* la comunidad. A veces desbarran, (el sueño de la razón), y se necesita la crítica y la autocrítica colectiva. En el siglo XIX se pensó que el "confinamiento solitario" era una excelente manera de volver a los delincuentes a la buena senda. En Inglaterra este pensamiento tuvo su reflejo legal en la Ley de Prisiones de 1839 donde se decía:
"Todo preso debe ser confinado en solitario durante la totalidad o parte del período de reclusión".
Las ideas que sustentaban esta opinión era sociológicas, pero de una sociología absolutamente primitiva. Se pensaba que el aislamiento lograría prevenir la *contaminación* que se daba por la presencia de otros presos. Véase como aquí ya estaba lo que casi 100 años más tarde se estudió como el aprendizaje social de la conducta delincuente.
En Estados Unidos, por esa época, los reclusos estaban sometido a un régimen increíble, obligados a permanecer *mudos* durante todo el tiempo de prisión (así reflexionaban sobre sus pecados). En Inglaterra, menos puritanos, se desechó ese rigor y se construyeron cárceles con calabozos individuales (con su baño privado) para hacer posible el sistema de aislamiento. Pentoville, una de éstas cárceles fue considerada en la época: *"la culminación de tres generaciones de pensamiento". Así de ilustrado parecía el descubrimiento.
Pues bien, luego de décadas de funcionar se observó que el promedio de casos de demencia registrados en Pentoville era de 10 veces mayor que en otras instituciones penitenciarias británicas.
Sin embargo el sistema fue considerado satisfactorio y duró prácticamente todo el siglo. Sospecho que la sociedad miraba para otro lado... sólo así puede justificarse tal brutalidad que espantaría a cualquier persona normal.
Moraleja: no se debe dejar a los especialistas ninguna decisión crucial sobre las sociedades humanas. *Sí se debe tener en cuenta su opinión*, pero debe ser *toda la sociedad la que asuma la responsabilidad* de cada medida... y para ello debe la sociedad tener los conocimientos mínimos para entender de que se trata. Formarnos individualmente es, también, una manera de mejorar la sociedad por la vía directa de aumentar el porcentaje de inteligencia que circula en ella.
*Comentario a lo anterior*:
Realmente la clase ya la daba por terminada cuando, al releer el último párrafo, advertí un agujero (por decirlo así) en la argumentación. La sociedad, considerada en su conjunto, puede conocer una situación... y sin embargo no hacer nada por remediarla. O peor aún, insistir en una política por más que se advierta que no soluciona nada. Es evidente que existe una *inercia* que lleva a mantener las políticas gubernamentales, una vez que se han puesto en marcha.
Ejemplo de lo que intento expresar se encuentra en El País, en el siguiente artículo:
El País 16-febrero-2000 Titular: EEUU alcanza la cifra de dos millones de reclusos internados en sus cárceles. Favier Valenzuela, Washington.Estados Unidos batió ayer una plusmarca, pero no una de las que expresan su incombustible vigor y ofrecen un ejemplo al resto del planeta, sino de las que cuentan de sus profundas lacras sociales. La superpotencia, según el Instituto de Política Judicial, un organismo independiente de Washington, alcanzó ayer la cifra de dos millones de personas encarceladas. Esto le convierte en el país con mayor número de seres privados de libertad. Con 98 ejecuciones, EEUU ya superó el pasado año su récord de aplicación de la pena de muerte (...)
Sigue el artículo describiendo que EEUU gasta anualmente unos 40.000 millones de dólares en sus prisiones. La política, tanto de los republicanos como de los demócratas, de llevar a la cárcel no sólo a los traficantes sino a los meros consumidores de drogas, de establecer que tres pequeños delitos son suficientes para encarcelar a su autor por mucho tiempo, o la de juzgar a los menores como adultos ha llevado en 10 años (desde 1990) a duplicar la población carcelaria, que era en esa época de un millón de presos.
Sin contar otros problemas conexos no olvidemos que la mayor parte de esta población entre rejas no refleja la proporción real de los delitos en la sociedad estadounidense; los negros, los hispanos y en general las clases más desfavorecidas son las comunidades que ofrecen los mayores contingentes de reclusos. Toda política de prevención a retrocedido a un segundo plano, tal como lo denuncian algunos grupos preocupados del problema. Termina el artículo resumido con lo siguiente:
Grupos como Sentido Común para la Política Antidrogas o la Coalición Noviembre protagonizaron ayer vigilias frente a una treintena de prisiones norteamericanas, con motivo del récord de los 2 millones de presos. Estos grupos denunciaron como "destructiva" e "hipócrita" la lucha contra los estupefacientes de un país que pierde muchas más vidas a causa del alcohol y el tabaco. También calificaron al sistema penitenciario que se ha convertido en un "complejo carcelario-industrial" (...)
Mi reflexión final es la siguiente: en nuestra época la sociedad como un todo no tiene capacidad de respuesta frente a problemas muy complejos; y se limita a confiar la solución, a dar un cheque en blanco, a los políticos y sus asesores de imagen. Por lo tanto, se necesitan grupos de gente alerta que revisen los problemas y hagan surgir a la luz las consecuencias de las políticas.
No existe una solución global, pero cualquier solución, en una sociedad verdaderamente democrática, tiene que venir por la presión de grandes grupos autorganizados para defender los derechos civiles y políticos. La sociedad contemporánea es cualquier cosa menos un lago de paz, sólo la presión constante de sus integrantes puede corregir las desviaciones que perciben los especialistas pero que, sin el apoyo social, descansan en cualquier cajón de burócrata (en el peor sentido del término).
Fin de la 6ª clase.
Carlos Salinas
17-febrero-2000
No hay comentarios:
Publicar un comentario