Barthes(1980) Roland Barthes "La cámara lucida. NOta sobre la fotografía" Paidós Colec.Comunicación Barcelona, 1990 pp.207 Tit.Orig: La chabre claire. Note sur la photographie
"los redactores de Life rechazaron las fotos de Kertész, a su llegada a Estados Unidos en 1937, porque, dijeron ellos, sus imágenes "hablaban demasiado"; hacían reflexionar, sugerían un sentido -otro sentido que la letra-. En el fondo la Fotografía es subversiva, y no cuando asusta, tastorna o incluso estigmatiza, sino cuando es pensativa".
#105 Una última cosa sobre el punctum: tanto si se distingue como si no, es un suplemento: es lo que añado a la foto y que sin embargo está ya en ella. A los dos chiquillos subnormales de Lewis H. Hine no les añado en modo alguno la degeneraci0n del perfil: la codificacion lo expresa antes que yo, toma mi sitio, me impide hablar; lo que yo añado -y que, desde luego, se encuentra ya en la imágenes el cuello, el vendaje. ¿Es que acaso en el cine añado algo a la imagen? -No lo creo; no me deja tiempo: ante la pantalla no soy libre de cerrar los ojos; si no, al abrirlos otra vez no volvería a encontrar la misma imagen; estoy sujeto a una continua voracidad; una multitud de otras cualidades, Pero nada de pensatividad; de ahi, para mi, el interes del fotograma.
Sin embargo, el Cine tiene un interés que a primera vista la Fotografia no tiene: la pantalla (tal como observa Bazin) no es un marco, sino un escondite; el personaje que se sale de ella sigue viviendo: un «campo ciego» dobla sin cesar la visión parcial. Ahora bien, ante millares de fotos, incluidas aquellas que poseen un buen studium, no siento ningún campo ciego: todo lo que ocurre en el interior del marco muere totalmente una vez franqueado este mismo marco. Cuando se define la Foto como una imagen inmovil, no se quiere sólo decir que los personajes que aquella representa no se mueven; quiere decir que no se salen: estan anestesiados y clavados, como las mariposas. No obstante, desde el momento en que punctum, se crea (se intue) un campo ciego: a causa de su collar redondo, la negra endomingada ha tenido, para mi, una vida exterior a su retrato; Bob Wilson, dotado de un punctum localizable, me da ganas de conocerle.
He aqui a la reina Victoria fotografiada (en 1863) por George W. Wilson; esta a caballo, cubriendo dignamente con su falda la grupa del animal (esto es el interes histórico, el studium); pero junto a ella, atrayendo mi mirada, un ayudante escocés con falda tiene cogidas las riendas de la montura: es el punctum; pues, aunque no conozca exactamente el estamento social de este escoces (¿domestico? ¿caballerizo?), deduzco bien su funcion: vigilar la docilidad del animal: ¿y si se pusiese de pronto a caracolear? ¿Que sucedería con la falda de la reina, es decir, con su majestad? El punctum, fantasmaticamente, hace salir al personaje victoriano (es del caso decirlo) de la fotografía, proporciona a esa foto un campo ciego. La presencia (la dinámica de este campo ciego es, me parece, lo que distinugue la foto erotica de la foto pornográfica. La pornografía representa ordinariamente el sexo, hace de el un objeto inmOvil (un fetiche), incensado como un dios que no se sale de su hornacina; a mi parecer, no hay punctum en la imagen pornográfica; a lo sumo me divierte (y aun: el tedio aparece pronto). La foto erótica, por el contrario (ésta es su condición propia), no hace del sexo un objeto central (...)
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