martes, 1 de julio de 2008

Peligros en la Red

Promesas y peligros de la tecnología digital.
DIARIO EL PAIS
DON TAPSCOTT

EN LOS AÑOS noventa, la revolución digital se ha concentrado en torno a la red. Con más de cien millones de usuarios, que en algún momento de la próxima década se calcula llegarán a ser más de mil millones, la red se está convirtiendo en algo que no podrá pasar por alto ningún empresario, político o simple curioso de nuestro tiempo. La primera década del siglo xxi traerá cambios de largo alcance y grandes transformaciones en la economía, la política, la educación, el entretenimiento, la sociedad y la situación geopolítica.

A primera vista, afirmaciones de este tipo parecen excesivas. Sin embargo, no es exagerado decir que estamos presenciando los primeros y turbulentos días de una revolución tan importante como cualquier otra en la historia. Está surgiendo un nuevo medio de comunicación humana, que podría acabar superando todas las revoluciones anteriores —la imprenta, el teléfono, la televisión, el ordenador— por lo que se refiere a su impacto en nuestra vida económica y social. Las denominadas autopistas de la información, y su arquetipo, Internet, están haciendo posible una nueva economía basada en una red de inteligencia humana. En esta economía digital, los individuos y las empresas crean riqueza aplicando su conocimiento, la inteligencia humana interconectada y su esfuerzo a la industria, la agricultura y los servicios.

Está claro que los primeros cuarenta años de revolución informática han sido sólo un preámbulo. Muy pronto viviremos cambios mucho mayores. La unión entre los ordenadores y las redes de comunicación está transformando la mayoría de las actividades empresariales y los hábitos de consumo. En el proceso, las organizaciones afrontan numerosos y enormes cambios que tienen lugar simultáneamente, incluida la convergencia, la competitividad, la globalización y la necesidad de nuevas aptitudes. En la frontera digital de esta economía, los protagonistas, las dinámicas, las reglas del juego y los requisitos para lograr la supervivencia y obtener el éxito están cambiando.

Una transformación de esta categoría en las relaciones económicas y sociales ha ocurrido sólo un puñado de veces en este planeta. Como se señala en el Informe al Club de Roma, este es un momento de grandes oportunidades y peligros.

La iniciativa del Club de Roma debe ser bien recibida, al igual que su informe. Existen muchas cuestiones complejas por discutir y este libro representa una valiosa contribución al debate. Si ustedes son como yo, no estarán de acuerdo con todas sus conclusiones, pero éstas estimularán su raciocinio. Necesitamos urgentemente una discusión mucho más rica y profunda y algunas nuevas directrices para que el próximo periodo de la historia de la humanidad sea una era de promesas cumplidas y peligros no consumados.

2. Tiempo de peligros

Pero es también una era de peligros. A los individuos, las organizaciones y las sociedades que se quedan atrás se les pasará factura rápidamente. No sólo se transforman las viejas reglas empresariales, sino también los gobiernos, las instituciones sociales y las relaciones entre las personas. Los nuevos medios están cambiando la forma de hacer negocios, de trabajar, de aprender, de jugar e incluso de pensar. En mucha mayor medida que la vieja frontera del Oeste americano, la frontera digital es un lugar de temeridad, confusión, incertidumbre, desastres y amenazas. Hay indicios de una nueva economía en la que la riqueza está aún más concentrada, los derechos básicos como la intimidad desaparecen y una espiral de violencia y represión socava la seguridad y las libertades básicas.

Hay pruebas fehacientes de que el tejido social básico empieza a desintegrarse. Las viejas leyes, estructuras, normas y planteamientos resultan completamente inadecuados para la vida en la nueva economía. Mientras se desmoronan o son aplastados, no está completamente claro qué debería sustituirlos. Por todas partes, la gente empieza a preguntarse: "¿Será este mundo más pequeño que van a heredar nuestros hijos un mundo mejor?".

El libro que hoy prologamos reconoce las posibilidades que ofrece la red diciendo, por ejemplo: "Gracias a las redes, al viaje cibernético de los bites a través del nuevo espacio virtual, nos vemos sumergidos en una especie de diálogo universal y multiforme, sin aparentes fronteras ni más limitaciones que las que nosotros mismos nos impongamos" 1.

Sin embargo, la obra tiende a centrarse en los peligros y problemas que reclaman nuestra atención.

Cuando Alexander Graham Bell inventó el teléfono pensó que estaba creando un instrumento para ayudar a los sordos y así es como quería que se le recordase. Thomas Edison creyó que el principal uso del fonógrafo sería como máquina para el dictado. Johannes Gutenberg no tenía ni idea del impacto que su invento tendría en la sociedad, pero, en el siglo xv, la imprenta de tipos móviles significó que los libros podían estar al alcance de todos. El conocimiento dejó de ser privilegio de unos pocos. Gutenberg cambió la cultura, la ciencia, el poder, las estructuras económicas y el tejido mismo de la sociedad.

Los primeros pioneros del sector del automóvil tampoco eran conscientes de la revolución que estaban desencadenando. El coche significó una liberación que proporcionó movilidad a las masas y contribuyó a crear riqueza y empleos, pero también tenía una desventaja terrible: ciudades envueltas en humo, alienación de los suburbios, montones de muertos en las autopistas, crecimiento descontrolado de las áreas metropolitanas y calles obstruidas por el tráfico. Como se lamenta la cantante Joni Mitchell: "Pavimentaron el Paraíso y construyeron un aparcamiento". Al mismo tiempo, la industria automovilística se convirtió en la fuerza dominante en la economía de ee uu durante la mayor parte del siglo xx y dio empleo a uno de cada seis trabajadores.

A estas alturas, aún no se sabe cómo afectará la red a la forma en que la sociedad hace negocios, trabaja, aprende y vive. La red ya está evolucionando para proporcionar la infraestructura necesaria para una Economía Digital. Sin embargo, en la frontera digital de esta nueva economía, las normas sociales, las leyes, las disposiciones, las instituciones, la educación y las costumbres del pasado resultan inadecuadas e inapropiadas. Al parecer, hay más preguntas que respuestas con respecto a lo que se avecina y a cómo las empresas y la sociedad pueden controlar satisfactoriamente la transición. Hay una preocupación generalizada ante la posibilidad de que la vida en los asentamientos de la nueva frontera digital y en la vasta sociedad futura no sea del todo agradable 2. En todas partes se teme que la tecnología cause desempleo, entumecimiento e invasión de la intimidad.

¿Vamos a convertirnos en prisioneros de las nuevas tecnologías? ¿Arruinará un nuevo imperativo tecnológico o un determinismo impulsado por el mercado nuestra capacidad para orientar estos nuevos instrumentos en una dirección responsable? ¿Podemos diseñar criterios de inversión, estructuras de organización, reglas de mercado y políticas gubernamentales útiles que garanticen que la tecnología sirva a la gente? 3. A la hora de hacer el cambio hay que tener en cuenta cuestiones sociales y de gestión de gran alcance:

— ¿Vamos a crear un mundo dividido entre los que tienen y los que no tienen —una división digital— que sin duda llevaría a una mayor bipolarización de la riqueza? La red parece indicar que sí cuando dice que "las diferencias entre los distintos estamentos sociales se verán agigantadas por esta nueva frontera existente entre los ciudadanos enchufados y los desenchufados" 4. Personalmente, estoy convencido que podemos hacer muchas cosas para evitar esta situación. ¿Qué está haciendo su empresa o su gobierno?

— El cambio causará trastornos. El empleo en la agricultura en los países desarrollados ha pasado de representar un 90 por ciento de la población a finales del siglo pasado a un 3 por ciento en la actualidad. Hoy en día, el trabajador desplazado cuando cierra una fundición de Nashville no puede conseguir un empleo en la planta de Northern Telecom, donde el trabajador medio de la planta tiene un nivel equivalente al del licenciado de un centro universitario local. El hecho de que nos incorporemos a una nueva economía no es un gran consuelo para ese trabajador desplazado ni para su familia. ¿Cómo nos enfrentaremos a la transición hacia nuevos tipos de trabajo y hacia una nueva base de conocimientos de la economía?

— La red tiene el escalofriante potencial de destruir la intimidad de una forma irrevocable que carece de precedentes. La mayoría de nosotros creemos que tenemos derecho a decidir qué información personal divulgamos, a quién y para qué. Aceptamos que tenemos que dar al gobierno y a las corporaciones algunos detalles sobre nuestra vida para acceder a servicios, préstamos, etcétera. Pero esa información debe ser utilizada exclusivamente para el objetivo de que se trata y no puede ser vendida a terceros. Y si la demanda de información parece injustificada, siempre podemos decir "no". Sin control, la red podría hacer que esa idea fuese irrelevante. A medida que las comunicaciones humanas, las transacciones comerciales, el trabajo, el aprendizaje y el juego se van incorporando a la red, cantidades y tipos inimaginables de información se van digitalizando y difundiendo por las redes. ¿Cómo podemos proteger la intimidad en una economía digital?

— ¿Qué impacto tendrá la Economía Digital en la calidad de vida? ¿Creará el teletrabajo ambientes laborales nuevos, flexibles y agradables o esclavizará a la gente y la obligará a trabajar a destajo en solitario? ¿Nos ahogaremos en datos, como dicen algunos expertos, o nos divertiremos a más no poder? Según el pionero Alan Kay: "¡Puede pensarse que otra clase de víctimas de tráfico en la autopista de la información serán los miles de millones de personas que olviden que hay salidas a otros destinos que no sea Hollywood, Las Vegas, el bingo local o los relucientes abalorios de una red de tiendas!". A medida que la tecnología invade oficinas, hogares, coches, habitaciones de hotel, asientos de avión, cocinas y lavabos, ¿correremos el peligro de que desaparezca la separación entre el trabajo y el ocio? Los psicólogos ya han dicho que las multitareas llevan a nuevos desórdenes relacionados con el stress. ¿O puede la tecnología hacer lo contrario: liberarnos, estimularnos y relajarnos?

— ¿Cómo influirán los nuevos medios de comunicación en la familia? Prometen fortalecerla al volver a trasladar al hogar muchas actividades familiares que dispersó la sociedad industrial. Incluyen parte del trabajo, la educación, las compras, el entretenimiento, la asistencia médica, el cuidado de los ancianos e incluso la participación en la democracia. Pero, ¿hay otros peligros? Según este libro, la red es una actividad muy individual, "el cibernauta no es sólo un navegante, es además un navegante solitario" 5. Personalmente, opino lo contrario: que la red es principalmente un medio de comunicación y, como tal, la base de una actividad altamente social. Esto no sólo es válido en el caso del joven paciente que está en un hospital y a través de la red puede ponerse en contacto con otros niños que tienen la misma enfermedad. Además, cada vez más personas utilizan la red en situaciones físicas que son sociales, como los niños apiñados alrededor de una pantalla en el colegio o los ejecutivos que conectan su sala de juntas con grupos de otras partes del mundo.

— ¿Cómo afrontaremos la sordidez y la pornografía que recorren las alcantarillas de Internet? ¿Cómo protegerán los padres a sus hijos de las experiencias exageradas y, sin embargo, extremadamente reales, malsanas, violentas, racistas, sexistas y (a falta de otra palabra mejor) asquerosas que tenemos a nuestra disposición en la red? En lugar de la literatura basura, ¿cómo protegerles de la "ficción-bite" violenta y ofensiva o, lo que es peor, de los pedófilos que merodean por la red en busca de víctimas? La censura y la purificación del ciberespacio prevista por la Ley de la Decencia en las Comunicaciones de 1995 no es ni viable ni deseable. No funcionará porque, como dice el pionero de Internet John Gilmore, "la red interpreta la censura como un perjuicio y la esquiva". Además, la ley no diferencia entre el comportamiento impropio entre adultos que actúan por propia voluntad y la obscenidad. Convierte al gobierno federal en un censor de la comunicación entre adultos. Como tal, es un ataque sin precedentes contra la libertad de expresión. ¿Cómo debería afrontarse este problema?

— Y ¿cuál será el papel de los sindicatos en la nueva economía? A los trabajadores les interesa hacer frente común con las empresas y con el gobierno para ayudar a llevar a cabo la transformación. Todas las naciones necesitan empresas competitivas si no quieren enfrentarse a un desempleo estructural, pero la competitividad nacional no se puede conseguir a través de una estrategia de bajos salarios. Por lo general, los planteamientos de ese tipo son inviables (reducir los salarios de 15 dólares por hora a un 1 dólar ), poco deseables (reducir el poder adquisitivo, la motivación y la calidad de vida) e innecesarios. Una estrategia de bajos salarios no traerá la competitividad ni el éxito nacional en una nueva economía. Los países sólo pueden atraer inversiones y generar nueva riqueza y empleos altamente remunerados a través de una población activa que aporte valor añadido, y que esté preparada, motivada, disciplinada, facultada y equipada con unos instrumentos de conocimiento y una infraestructura de vanguardia. Pero, ¿lograrán las organizaciones de trabajadores desempeñar un papel más completo y contribuir a cambiar las estructuras institucionales o quedarán marginadas al limitar sus ambiciones a combatir a los empresarios a corto plazo?

— ¿Qué pasará con el gobierno e incluso con el Estado Nación en la economía basada en la red? Como se señala aquí, "la red contribuye a la identificación de una nueva categoría de ciudadanos, una especie de ciudadanía del ciberespacio, con capacidad de autoorganización, reglas particulares, comportamientos comunes. Todo eso permite imaginar la existencia de un Estado virtual, con sus propios ciudadanos, sus propias relaciones de poder, sus propios objetivos y su propia y legítima soberanía" 6. Parece que muchos gobiernos tardan en comprender el cambio; las burocracias, por definición, se resisten a él y creen que oponerse es sobrevivir, pero como se dice en el libro: "No se puede gobernar de espaldas a la sociedad digital" 7. ¿Puede el gobierno volverse electrónico, transformando la forma de prestar los servicios gubernamentales? La llamada reinvención del Estado no es posible sin la reinvención del sistema de prestaciones del mismo y, por tanto, sin una reducción drástica de los costes y una mejora de los servicios que el sector público presta a sus clientes. Y además de cambiar la forma de actuar del Estado, ¿cómo pueden la nueva tecnología y la nueva economía cambiar la naturaleza del proceso democrático en sí? ¿Se convertirá el ayuntamiento electrónico en un populacho electrónico? ¿Se convertirá la ciberdemocracia en hiperdemocracia? O, ¿podemos crear una nueva era de gobierno en la que la inteligencia en red se pueda utilizar para replantear y renovar la democracia?

Para mí, el futuro no es algo que haya que predecir, sino algo que hay que alcanzar. Tenemos que crear el futuro para el bien común.

* Don Tapscott es presidente de la Alianza para las Tecnologías Convergentes (www.actnet.com) y una de las principales autoridades mundiales en el tema del impacto de los medios digitales en la empresa y en la sociedad. También es Presidente de la Paradigm Learning Corporation (www.mtnlake.com/paradigm) y autor de seis libros, entre ellos los éxitos de ventas Paradigm Shift y The Digital Economy. Su última obra es Growing Up Digital: The Rise of the Net Generation, Nueva York, McGraw-Hill, 1998.

1._ La red, pp. 61-62

2._ Hay muchos ejemplos sobre lo extendido de este punto de vista en recientes debates de los medios de comunicación. El debate entablado en el Consejo Asesor GII y en sus grupos de trabajo; la creación de organizaciones como la Fundación para la Frontera Electrónica, el Instituto Aspen y la Alianza para la Tecnología Pública, y la multitud de artículos y programas informativos que han aparecido sobre este tema.

3._ The Promise and Perils of Emerging Information Technologies. Informe sobre la Segunda Mesa Redonda Anual sobre la Información. Instituto Aspen, 1993. Un profundo debate sobre asuntos clave por parte de este importante comité asesor.

4._ La red, p. 98.

5 ._La red, p. 81.

6._ La red, p. 116.

7._ La red, pp. 40-41.

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