domingo, 14 de septiembre de 2008

Andrés Neuman

Date: Wed, 01 Jun 2005 06:56:21 -0400
Subject: ANDRÉS NEUMAN, ESCRITOR Y POETA
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* Fuente: 
http://www.lavanguardia.es/web/20050601/51186147418.html
ANDRÉS NEUMAN, ESCRITOR Y POETA
"Las verdades ocurren"

Tengo 28 años. Nací en Buenos Aires y llegué a Granada con 14 años. Estoy licenciado en Filología Hispánica. Vivo solo y tengo pareja. Soy de izquierdas sin siglas. Creo que los dogmas teológicos son nocivos para el progreso de las sociedades, pero creo en el espíritu de las personas y en la conciencia. Publico El equilibrista, Acantilado

IMA SANCHÍS - 01/06/2005

-¿Las verdades ocurren? 

-A veces cometemos el error de vivir nuestras experiencias partiendo de los principios. Yo creo que uno llega a convicciones, pero eso te ocurre viviendo, te sucede. Los principios son una experiencia. 

-¿Y las ideas actúan? 

-Sí, por eso no todas las opiniones son respetables. Las ideas tienen consecuencias. Separar la realidad en acciones y principios es muy peligroso. 

-Permanecer indiferente es comprometedor... 

-Esa es una paradoja cotidiana. A veces miramos para otro lado y al hacerlo nos metemos en muchos más problemas que si afrontáramos las situaciones por difíciles que estas sean. 

-El pesimismo es el peor de los idealismos. 

-El pesimismo modifica la realidad. Por huir de las utopías, que a veces han conducido a callejones sin salida, la gente se sitúa en una especie de fatalismo que es otro idealismo todavía peor, porque es paralizante. 

-¿La alegría es más estética? 

-Sí, creo que en su sentido más profundo la alegría no pertenece al mundo anímico sino a un orden estético. La alegría es una construcción diaria, una convicción íntima de que lo que estamos haciendo aquí merece la pena. A mí, esa alegría interior me sirve para afrontar aspectos muy diferentes de la vida. 

-¿Lo intelectual también? 

-Creo que la alegría y el intelecto son cómplices. Deprimido se piensa peor. Lo que pasa es que la alegría tiene mala prensa entre los intelectuales. 

-Probablemente la alegría tenga que ver con estar agradecido. 

-Sí, es una gratitud del aquí y el ahora, por eso no puedo creer en el más allá. El más allá somos aquí. 

-Dice usted que nos hacemos mayores cuando nos damos cuenta de lo fácil que resulta que las cosas salgan mal. 

-La felicidad, la suerte y el presente, son absolutamente frágiles. En la conciencia del niño la infancia se pierde cuando aparece la muerte de los otros. Pero durante la vida adulta uno se da cuenta que esa muerte es en primera persona. Esa verdad utilizada como motor puede ser muy estimulante. 

-Entonces, ¿dónde está lo revolucionario? 

-Lo verdaderamente revolucionario es modificar un sentimiento. Para que haya una revolución social y política es necesario primero una modificación de nuestros sentimientos, si no todo se va a quedar en un debate parlamentario. 

-Un ejercicio de alta dificultad: extraer amor del amor. 

-Que el amor no engendre celos, posesión, rencor, reproche..., es bastante dificil. Si del amor sale amor es un pequeño milagro. 

-Usted mismo dice que lo posible es casi obligatorio 

-Si, es una llamada a la acción, incluyendo la acción interior. 

-¿Los valientes son cobardes curiosos? 

-No me gusta la épica,me parece un modelo pernicioso. Creo que las valentías íntimas y cotidianas son las que nos definen. Me interesa la nobleza de los pequeños seres. 

-Hábleme del equilibrista. 

-El equilibrista es sabio, le teme a la caída, pero ama la altura. 

-Ahí estamos todos. 

-Sí, todos queremos aventuras, pero a diferencia del héroe olímpico nosotros tenemos miedo, mucho miedo. Al equilibrista le encanta transitar a buena altura, pero a cada paso que da: teme. Y sí, en esa disyuntiva creo que andamos todos. 

-¿Incluidos los héroes? 

-Nunca seremos héroes, seremos como mucho lo que quede de ellos al decir la verdad.

-¿No son las virtudes las que nos conforman? 

-Creo que mucho más que las virtudes, las limitaciones son las que conforman nuestro estilo. 

-Pero usted mismo dice que todos los días nos cambia la vida. 

-Creo que los matices son la caja de música de nuestra vida y, vista con cierto detenimiento y cierto amor por los detalles, la rutina, en el sentido estricto, no existe. 

-Hay que poner voluntad para eso... 

-La rutina puede ser costumbre, que es una palabra más hermosa. Pero si nos atenemos a la realidad, la rutina como repetición sistemática de los días nunca sucede. De la misma manera que no hay seres felices sino personas que intentan serlo; la felicidad no es un título nobiliario. 

-Quién vive solo siempre es el pequeño de la casa..., bonita idea. 

-Cuando tienes hijos, la experiencia de tener la responsabilidad de alguien en tus manos es la que definitivamente te expulsa del supuesto paraíso de los seres protegidos. Y aunque vivas solo, creo que inconscientemente flota en la casa esa seguridad de que nadie dependa de ti. 

-¿La razón naufraga? 

-Sí, pero sabe nadar. Hay que desmitificar la razón como instrumento único de felicidad y de progreso, pero a la vez es insensato y peligroso descartarlas. 

-¿Por qué dice que amar es una obra de arte?

-Tengo la sensación de que todo lo que somos, leemos, vemos y pensamos, termina manifestándose de alguna manera en el amor. El amor es un sentimiento tan extremo, que en él se revela todo lo que hemos aprendido mal, lo malinterpretado; sale lo que tu tienes y lo que tú escondes. Es como si el amor fuera nuestra última página. 

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