viernes, 12 de septiembre de 2008

Animales de compañía

Date: Mon, 28 Feb 2005 12:18:31 -0500
* Fuente: 
http://www.lavanguardia.es/web/20050227/51178123457.html
Mucho más que animales de compañía

En los hogares españoles viven hoy unos 13 millones de perros, otros seis de gatos, cuatro de pájaros e incontables peces, conejos, tortugas y hasta serpientes. Nuestra relación con ellos ha variado de tal forma en las últimas décadas que hoy son ya un miembro más de la familia

FOTO DE FAMILIA Los abuelos ya no aparecen en ella y en su lugar, en el centro de la imagen, aparece un perro    
NUEVO ESTATUS "Nosotros no lo cambiaríamos ni por la cancelación de la hipoteca del piso", asegura Dolors    
TRAICIÓN A UN AMIGO A pesar de ello, cada año más de 100.000 perros son abandonados por sus dueños en España    
 
MANUEL DÍAZ PRIETO, XAVIER CERVERA - 27/02/2005

En el año 92 a.C. nada menos que un censor, un magistrado elegido para mantener los severos ideales de la república romana, se había echado a llorar por la muerte de una lamprea. Lloró, según se cuenta, no como si se hubiera quedado sin cena, "sino como si hubiera perdido a una hija", relata el historiador Macrobio. 

Mucha gente encontraría ese sentimiento ridículo, casi obsceno. Pero en los hogares españoles viven actualmente unos 13 millones de perros, seis de gatos, cuatro de pájaros e incontables peces, conejos, tortugas y hasta serpientes cuyos dueños mantienen con ellos una relación de una intensidad difícil de comprender para muchos de aquellos que no los tienen. ¿Por qué dejan que el gato suba a su cama? ¿Cómo es posible que tengan que recoger los excrementos de su perros..? Quizás, como diría el poeta, porque el maullido de tu gato es un masaje al corazón. Y en la actual cultura urbana, que propicia el autismo emocional, tener cerca a un animal es la mejor terapia para liberarse de la presión de la vida cotidiana. 

Por ello no resulta extraño el lugar que han ocupado en la foto de familia. No se han hecho estudios en España sobre el tema, pero cuando los sociólogos preguntaron a los niños holandeses, constataron que los abuelos ya no aparecían en ella y que allí, en el centro de la imagen, se ubicaba un perro feliz. 

María Teresa Pérez, de Alicante, lo explicaba así en una carta dirigida a La Vanguardia:"Para mí, fuiste como un hijo más. El que siempre estaba a mi lado y con el que no tenía que discutir". La misiva estaba dedicada "a mi querido perro Rocky", al que agradecía los efectos balsámicos que tuvo en la rehabilitación de su sordera. 

Pero un momento en el que se pueden visualizar en toda su extensión los lazos afectivos que unen a muchas personas con sus animales de compañía tiene lugar cuando éstos fallecen. Lo explica el veterinario Carlos Rodríguez: "La parte más terrorífica del trabajo en la consulta es tener que comunicarle a un niño que su mascota no va estar más con él. No pueden entender que no vuelva porque estaba enfermo. ´Pues ponlo bueno´, me dicen". 

En su actividad profesional, Rodríguez -que además de su clínica dirige el programa de radio Como el perro y el gato-ha constatado el vínculo especial que los pequeños establecen con sus mascotas: "Los niños consideran al animal uno más de su grupo de amigos y hablan de Carlitos, Julita, Toby...de la forma más natural del mundo. Además, el estilo de vida actual en el que papá y mamá trabajan fuera y el niño vuelve a una casa vacía en la que no tiene a quien contarle sus problemas, su perro o su hámster -no hay gran diferencia para ellos- se convierte en su confidente, alguien a quien contarle lo que le pasó durante el día o con quien desahogarse". 

Hay algo ciertamente más profundo e íntimo en la relación del hombre con la naturaleza, con la tierra y con los animales, de lo que hasta ahora estábamos dispuestos a reconocer. Un profesor de Biología de Harvard lo definió como biofilia. Y aunque la cultura urbana actual tiende a obviar este sentimiento, existen numerosos precedentes históricos que lo confirman. 

La hora del duelo 
En Egipto, por ejemplo, como dejó constancia Plutarco, la muerte de una mascota -ave, gato o perro- "producía una gran conmoción y los componentes de la familia se afeitaban el cuerpo y la cabeza para así poder calmar su pena". De forma que los preparativos para el entierro de un perro de la familia eran similares a los de los humanos; y en clases adineradas, la ceremonia comprendía costosos y elaborados ritos.Como hoy en día, en que el entierro de los animales de compañía vuelve a ser tan sentido y ritual como en el pasado. 

"Nosotros no la cambiaríamos ni por la cancelación de la hipoteca del piso". Dolors y Rafel se refieren a Monty,el cachorro que encontraron abandonado en Sant Carles de la Ràpita y que desde entonces se ha integrado profundamente en su familia. Hasta el punto de que no lo cambiarían "por nada". Porque, cada vez que vuelven del trabajo, allí está él moviendo el rabo como un poseído y regalándoles un derroche de alegría contagiosa. Además, resultaba un bálsamo para la abuela, enferma de Alzheimer, a quien hace compañía durante toda la jornada. "Le queremos demasiado", confiesa Dolors. 

La de Monty fue una de las 1.089 cartas con las que los lectores respondieron a la invitación de este diario de enviar la foto de su mascota. La mayoría aparecían ellos mismos en la imagen. Y en todas estas fotos es fácil ver la intensidad del vínculo que une a los animales de compañía con los humanos.Un vínculo que está basado en una amistad que dura ya 15.000 años.Yaunque el estilo de vida urbana ha dejado a perros y gatos sin buena parte de las funciones en las que se basaba esta relación, el 80% de las personas que tienen mascotas en casa asegura que la razón es la compañía que éstos proporcionan. 

Compañía y algo más. "¿Qué sería del hombre sin los animales?", se preguntaba el jefe Seatle, de la tribu de los duwamish, allá por 1855. Yél mismo aventuraba una respuesta: "Si desapareciesen, los hombres morirían de soledad, ya que todo lo que le sucede al animal, le sucede al hombre". 

Así que tendríamos que preguntarnos, ¿qué buscamos cuando incorporamos a un animal a nuestro hogar?, ¿qué esperamos de él? Encuestas realizadas en Reino Unido, Australia y Suecia revelan que, para más del 80% de los propietarios, la compañía es el principal motivo que justifica su posesión. Los psicólogos Carlos Ballús y Rosa Sáez explican en su ponencia Los animales, fuentes de salud los beneficios físicos y psíquicos que comporta el cuidado de un perro. También las virtudes sociales: "El valor del animal como ´lubricante social´ha sido observado tanto en investigaciones como en situaciones de la vida diaria. El animal ayuda a romper el hielo, facilita la relación social y ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas solas, estimula el diálogo entre los miembros de una comunidad y la creación de nuevas amistades y relaciones". 

Aunque no resulta extraño que surjan opiniones que intenten acotar el nuevo papel que los animales de compañía tienen en nuestras vidas. Ya sea en formato humorístico, como aquel que cuenta que si un extraterrestre aterrizase en un parque de Barcelona se dirigiría primero al perro y no a aquel otro ser que le sigue atado a él recogiendo sus excrementos y atendiéndolo en sus más mínimos caprichos. O, como hace José Manuel Villabella en un fascinante relato sobre una imaginaria conspiración de los perros, donde describe en tono jocoso pero afilado cómo un personaje, con estadísticas en la mano, habría demostrado que el nivel de vida, atención médica, satisfacción culinaria, equilibrio sexual y educación cívica de un perro del primer mundo es superior al de un ser humano del mundo subdesarrollado. La nueva sensibilidad respecto a estos animales -lo constatan algunas personas que piden limosna en las calles de nuestro país- hace que un perro dé más pena que un niño. 

Pero a la hora de recoger las propuestas más serias para la integración de los animales de compañía en la sociedad se alzan voces como la de Mosterín (ver página 4) o la de Luis Racionero, que ve así la situación en una obra colectiva titulada Los Animales en la Sociedad. Hacia un nuevo modelo de convivencia:"Creo que es muy significativo el cambio de actitud hacia los animales en las sociedades avanzadas. Comoe xtensión lógica a los movimientos de liberación de minorías étnicas y culturales que se ha producido a partir de los años 60, el movimiento de liberación de los animales ha alcanzado tal impulso que los experimentos de laboratorio con animales ya no se realizan como hasta hace muy pocos años. Esto es muy significativo, porque demuestra un cambio de conciencia en la consideración del animal por el hombre, y este cambio de mentalidad repercute favorablemente en la actitud hacia los animales domésticos". 

En busca del mundo perdido 
Los medios de comunicación, asegura Racionero, en su modo de presentar la imagen del animal, están teniendo una incidencia decisiva en este cambio. Desde un programa de Rodríguez de la Fuente hasta un anuncio de familia unida con perro, pasando por los animalitos de los dibujos animados, la tendencia es claramente favorable hacia una mayor simbiosis con el reino animal, resultado seguramente de la nostalgia de los habitantes urbanos hacia el paraíso perdido y de ese insaciable anhelo que tiene el ser humano por sentirse integrado en la naturaleza. 

"Las interacciones con los animales nos ponen en contacto con el instinto más puro y el desenlace suele producir una mayor conexión con nuestra parte animal más instintiva y un mayor grado de aceptación de la misma", explica en su web personal la psicóloga María Isabel Salama, que realiza psicoterapias asistidas con animales. 

Y, sin embargo, cada año más de 100.000 perros son abandonados en España. Las perreras municipales suelen sacrificar el 80% de los que entran, aunque la emergente sensibilidad social respecto a los animales esté generando la proliferación de centros que, como el de Barcelona, priorizan los programas de adopción e intentan borrar el cliché de centros de exterminio. 

"Lo que más me duele es la ausencia de reproche en sus miradas. La empatía que despiertan en uno te obliga a algo que jamás ellos harían: odiar a su dueños", clama una joven que se ha acercado a la perrera a adoptar uno.

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