Titulo: Ayatolah Alí al Sistani
Date: Fri, 04 Jun 2004 03:34:56 -0400
Subject: Sistani
* Fuente:
http://www.lavanguardia.es/web/20040604/51156491307.html
El máximo líder de los chiitas iraquíes apoya al nuevo gobierno y le pide que haya seguridad Los combates con los chiitas radicales se cobran cinco nuevas vidas en la ciudad de Kufa
El gran ayatolá Ali Sistani, considerado el máximo líder de los chiitas iraquíes, expresó ayer su apoyo -aunque con reservas- al nuevo gobierno del país, al que exigió como primera prioridad que garantice la seguridad. La violencia, mientras, siguió presente un día más con nuevos combates en Kufa y atentados en otras ciudades.
EE.UU. cede al primer ministro la dirección del Comité de Seguridad y advierte que el Ejército mantendrá su autonomía
LA VANGUARDIA - 04/06/2004
BAGDAD. (Agencias.) - El máximo líder religioso de los chiitas en Iraq, el gran ayatolá Ali Sistani, expresó ayer su apoyo -con reservas- al recién formado gobierno interino, al que exige que logre restablecer la seguridad y devolver la soberanía al país. En el mismo sentido se expresó otro de los grandes líderes religiosos chiitas, Bashir Al Najafi, que también insistió en que el nuevo gobierno debe gestionar correctamente el fin de la ocupación norteamericana y preparar las elecciones generales. Ambos ayatolás forman, junto a otros dos miembros, la Marjaya, la máxima institución religiosa chiita.
En un comunicado hecho público ayer en la ciudad de Najaf, Sistani resaltó que el gabinete del primer ministro designado, Iyad Alaui, "carece de legitimidad" al no haber sido formado tras unas elecciones generales, pero consideró que "es un paso en la dirección correcta".
"Este gobierno puede tener éxito si logra ciertos objetivos", añade Sistani en su escrito, y cita como ejemplos la restauración de los servicios básicos, la organización de elecciones generales y el restablecimiento de la seguridad.
También exige que el Ejecutivo, que gobernará Iraq hasta la convocatoria de los comicios en enero del 2005, actúe para conseguir que una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Iraq garantice una total soberanía de los iraquíes sobre su país.
El apoyo condicionado de Sistani, anunciado dos días después de la formación del ejecutivo provisional, coincidió con nuevos combates en el llamado frente chiita radical (sur de Iraq), donde al menos cinco personas murieron en nuevos enfrentamientos en Kufa y Najaf. El portavoz del Ejército norteamericano dijo que los combates se produjeron a raíz de los obuses de mortero lanzados contra las tropas norteamericanas desde una escuela. Entre las víctimas hay varios niños.
En Iraq también se registraron ayer varios asesinatos. En diversos atentados murieron un traductor que trabajaba para la coalición, cerca de Bagdad; el redactor jefe de un diario de Kirkuk, y un oficial de policía y un guardaespaldas en Baquba. La jornada de violencia se saldó con un ataque con obuses de mortero a la embajada italiana en la capital.
El nuevo presidente iraquí, Gazi Al Yauar, y el primer ministro, Iyad Alaui, expresaron ayer que el restablecimiento de la seguridad es una de sus prioridades. El administrador civil norteamericano en Iraq, Paul Bremer, y dos generales transmitieron oficialmente a Alaui la dirección del comité ministerial encargado de la seguridad nacional. Fue el propio Alaui quien había pedido hacerse cargo de dicho comité. Dijo que había recibido un amplio informe sobre las amenazas más graves para el país.
La cuestión de la seguridad y, sobre todo, de la autoridad del gobierno iraquí sobre las tropas extranjeras presentes en el país es uno de los puntos más controvertidos del proceso del traspaso de soberanía. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, manifestó ayer que, pese al proyectado traspaso de la soberanía, "las tropas norteamericanas deben guardar una cierta autonomía de acción". Añadió que están trabajando para llegar a un acuerdo de colaboración con el gobierno iraquí, pero "eso no comporta acordar un derecho de veto sobre toda operación militar".
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Date: Fri, 13 Aug 2004 07:45:05 -0400
Subject: La tristeza del ayatolá Sistani
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* Fuente:
http://www.lavanguardia.es/web/20040813/51159472971.html
La tristeza del ayatolá Sistani
LA VANGUARDIA - 13/08/2004
El clérigo más prestigioso del chiismo iraquí, el ayatolá moderado Ali Sistani, pidió ayer desde Londres que se respete la ciudad santa de Najaf. "El ayatolla Ali Sistani está dolido y muy triste por todo lo que está ocurriendo en la santa Najaf", manifestó uno de sus portavoces, Murtada al Kashmiri. "Pedimos que se respete la tierra santa y los santos lugares de esta ciudad", manifestó Kashmiri desde la capital británica, hacia donde viajó Sistani para tratarse del corazón el pasado viernes, coincidiendo con el reinicio de los combates entre los marines y los partidarios del chií radical Moqtada Al Sadr. La salud del ayatolá siempre según su portavoz, es muy estable. "Hemos tenido informes reconfortantes de los doctores, pero la situación en Najaf lo está afectando. Está profundamente preocupado, y esto no es bueno", añadió Kashmiri. Gran parte de la mayoría chií de Iraq considera a Sistani como la mayor autoridad religiosa del país. Y Sistani se opone a la resistencia violenta emprendida por Moqtada Al Sadr y su Ejército del Mahdi.
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Date: Sun, 06 Feb 2005 04:06:22 -0500
* Fuente:
http://www.lavanguardia.es/web/20050206/51176511098.html
¿Quién colabora?
ALI SISTANI FUE quien rechazó el traspaso del poder a un gobierno no electo y pidió votar
XAVIER BATALLA - 06/02/2005
La historia es una espada de doble filo. Las carreras políticas surcoreanas son un buen ejemplo. La política en Seúl, seis decenios después del final de la ocupación japonesa, que se prolongó durante 35 años, sigue siendo inseparable de la colaboración con los ocupantes, como si el nacionalismo estuviera a dieta japonesa. Sin embargo, la historia surcoreana es una peligrosa espada de doble filo. El ex presidente Park Chung Hee, del que aún se elogia su papel en la modernización de Corea del Sur, no sólo asumió un nombre japonés, sino que se formó en una academia militar japonesa en Manchuria, en 1944.
En Filipinas pasa tres cuartos de lo mismo. La elite filipina no se opuso a la ocupación japonesa, y Ferdinand Marcos, presidente y dictador, incluso se inventó a sí mismo como líder de una guerrilla antijaponesa. Es más, el suegro de Cory Aquino fue embajador en Tokio durante el mandato del presidente colaboracionista J.P. Laurel, uno de cuyos hijos, Salvador, fue vicepresidente con la señora Aquino. En Indonesia, el joven Suharto, antes de convertirse en dictador que batió récords, sirvió en los ejércitos holandés y japonés para después presentarse como un luchador por la independencia. Y Lee Kuan Yew, venerado como fundador del Singapur moderno, trabajó en una agencia de propaganda de Japón antes de materializar el milagro económico.
El gran ayatolá Ali Sistani, líder espiritual de los chiíes, parece un tipo especial de colaboracionista con el ocupante, en este caso las tropas estadounidenses. Sistani es el clérigo más popular de Iraq y siempre ha tenido una rara habilidad para nadar y saber guardar la ropa. Bajo el régimen de Saddam Hussein sufrió largos de períodos de arresto domiciliario, pero evitó pronunciarse políticamente. La cautela demostrada por Sistani ante la dictadura de los suníes partidarios de Saddam Hussein provocó las críticas de los más jóvenes y radicales, como Moqtada El Sadr, pero el gran ayatolá salió de la prueba aun más grande de lo que ya era, como parecen apuntar los primeros recuentos oficiales de las elecciones celebradas el domingo pasado en Iraq.
De Sistani, nacido en Irán, no se sabe a ciencia cierta si sube o baja. Habla poco y, cuando lo hace, dicen los expertos, suena a iraní, lo que parece dibujarle como un quintacolumnista del régimen de Teherán. Los asesores de Bush, sin embargo, confían en este gran ayatolá, que, en su opinión, representa la corriente principal del chiísmo iraquí, que dice no inclinarse por la teocracia iraní, sino por la separación entre religión y Estado.
Ahora que los abogados de la guerra capitalizan en Washington las elecciones, la historia vuelve a demostrar que es una espada de doble filo. Sistani rechazó en su día el plan estadounidense que contemplaba el traspaso del poder, consumado el pasado mes de junio, a un gobierno no elegido en las urnas. "Queremos elecciones libres, no nombramientos", dijo el gran ayatolá, quien finalmente aceptó la recomendación de la ONU para que las elecciones se aplazaran hasta el pasado 30 de enero. El hecho de que los chiíes son la mayoría le hizo ser paciente.
Sistani sabe que los chiíes perdieron en los años veinte del siglo XX por levantarse contra Londres, que dio el poder a los suníes. El gran ayatolá, pues, parece que escarmentó en turbante ajeno. Y los suníes, que ahora se han levantado contra el ocupante, llevan las de perder, aunque la clave a largo plazo será saber quién está colaborando con quién en suelo iraquí, si Sistani con Bush o Bush con Sistani.
Brigantinus-Quora
Hace 7 años
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