Rosa de Frutos
Elementos transponibles de Drosophila
en Investigación y Ciencia nº 237, junio de 1996,
pág. 52 a 59.
R. de Frutos es catedrática de la Universidad de Valencia donde dirige un grupo de genética molecular.
Presentación: Los elementos transponibles, secuencias discretas de ADN que parasitan el genoma de los seres vivos, pueden convertirse en patículas infectivas en ciertos ambientes moleculares.
Resumen:
Existen segmentos móviles en el genoma que pueden producir beneficios o perjuicios, son los transposones.
La ingeniería genética ha estudiado estas estructras que pueden replicarse y propagarse por el genoma, comportándose "como verdaderos parásitos intracelulares".
En los organismos eucariotas hay dos grandes grupos, clase I y clase II.
Los retrotransposones constituyen la clase I, y se movilizan a través de ARN. Los de clase II utilizan el ADN. La mayoría de las familias conocidas pertenecen a la clase I.
Para determinar el número de copias de un transposón se recurre a la hibridación in situ. (a continuación la autora describe en que consiste el proceso).
Los transposones no tienen sitio específico para su integración; se movilizan aleatoriamente en las regiones intergénicas,intragénicas o reguladoras de los genes. "Una propagación ilimitada delos transposones en el genoma del huesped podría crear un lastre insoportable para la especie."
(a continuación se desarrolla las características de las familias I y II, estructura y función).
Los genetistas no se ponen de acuerdo sobre la función de los transposones, pero si se insertan en regiones codificantes del genoma pueden causar mutaciones incrementando la variabilidad genética. "En este sentido son auténticos motores de la evolución". Otros opinan que estos elementos no desempeñan ninguna misión sino que son partículas autónomas, al igual que los virus. "Vendrían éstos a ser formas evolucionadas de virus que se han adaptado a la vida intracelular, o bien formas degeneradas de virus que han perdido la capacidad de infectar nuevas células."
No obstante ya a principios de los 80 se descubrió que la entrada masiva de transposones en el genoma de D. melanogaster producián lesiones que afectaban el fenotipo de la mosca (a continuación, en todo lo que resta del artículo se analizan las condiciones para que se produzcan estos efectos).
Como conclusión se afirma que "los transposones encierran una capacidad infectiva, todo lo limitada que se quiera, que depende de las características moleculares y poblacionales del huésped (...) En la segunda mitad de este siglo la movilidad humana ha facilitado sin duda el intercambio y la dispersión de las poblaciones de la famosa mosca. Posiblemente la historia de la invasión propuesta para el transposón P como un hecho aislado y que parecía excepcional, sea un fenómeno general de la historia evolutiva reciente de cualquier elemento transponible."
Nota de Brigantinus: La cuestión de los transposones es habilmente tratada en un novela de ciencia ficción de Greg Bear, "La radio de Darwin", Ediciones B, Colección Nova, barcelona 2001. Aunque como novela sea algo aburrida para los interesados en estas cuestiones puede resultarle divertad.
Brigantinus-Quora
Hace 7 años
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