viernes, 29 de agosto de 2008

Obesidad y otras disfunciones

NOTICIAS DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA
Vol. I, No. 144
Miércoles, 30 de Abril de 2003

-EL RECEPTOR DE LA OBESIDAD: Científicos del Salk Institute han encontrado
un receptor celular que equilibra la acumulación y la quema de grasas en el
cuerpo. Podría ser un objetivo futuro para tratar la obesidad y el
colesterol, así como otras disfunciones, como la diabetes de tipo II, la
hipertensión, la arteriosclerosis, etc.


El receptor, llamado PPARd, ha sido hallado por el equipo de Ronald M.
Evans. Durante las investigaciones, se comprobó que estimulándolo en
ratones, se agotaban los depósitos de grasa en estos animales, mientras que
los que tenían déficit de este receptor eran propensos a la obesidad.

El PPARd regula el ritmo bajo el cual se queman las grasas acumuladas,
para producir calor o para mantener las funciones celulares normales.
Sabemos desde hace tiempo que las calorías sobrantes son almacenadas en
forma de tejidos grasos para poder ser utilizadas en el futuro. La grasa es
liberada y consumida cuando se necesita energía (como cuando hacemos
ejercicio o temblamos debido al frío). Esta importante función estaría
regulada por el receptor PPARd.

Algunos investigadores opinan que si podemos obtener fármacos que
controlen este receptor, también estaremos controlando cuánta grasa se
almacena en el cuerpo.

Los ratones con el gen PPARd activado pesaron un 20 por ciento menos que
los normales, a pesar de que todos los grupos recibieron la misma cantidad
de comida. Cuando alcanzaron el año de vida, la diferencia de peso se
amplió, hasta un 35 por ciento menos en los ratones con el PPARd
genéticamente activo.

La actividad del PPARd protege a los ratones frente a dietas que
inducirían la obesidad. No son capaces de ganar peso a lo largo de todo un
mes a pesar de ser alimentados con una dieta alta en calorías y grasas. El
tratamiento de los ratones obesos con una molécula que activaba el receptor
PPARd causó una dramática reducción de la grasa en sus tejidos.

El PPARd activa una serie de genes que son necesarios para la combustión
de las grasas, pero no hace lo mismo con los que se encargan de su
formación y almacenamiento.

Información adicional en:
http://www.salk.edu/news/releases/details.php?id=65

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