Date: Wed, 19 May 2004 13:15:42 -0400
Subject: EEUU
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* Fuente:
http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_18734.html
Patologías antiamericanas
Alberto Acereda
La gran enfermedad de nuestra época es el antiamericanismo, o sea el odio visceral a la primera democracia del planeta, la que acabó con los totalitarismos fascistas y comunistas. España imita el modelo de vida norteamericano, pero su gobierno retira los soldados de Irak. Italia habla inglés, pero la Politécnica de Milán dicta cursos de modelo y gestión de recursos naturales utilizando demagógicos datos de ONGs comunistas. Francia regaló la Estatua de la Libertad, pero se abraza ahora a la Alemania socialista, antisemítica y antiamericana. El gran problema de estas patologías es que son un virus que se extiende por el cuerpo de la humanidad, en especial entre quienes usan ese mismo modelo de vida para luego atacarlo.
La actualidad de los abusos en Irak y el repugnante vídeo de la decapitación de Nicholas Berg ejemplifica esas patologías. El ex-director del Centro Islámico de Washington, Sam Hamod publicó nada más aparecer el vídeo de la ejecución un artículo en el que ponía en duda su veracidad alegando la posibilidad de que fuera una manipulación judeo-norteamericana. Su artículo apareció el 13 de mayo en la página de internet de Al-Jazeerah y fue reproducido al día siguiente en el pseudo-diario digital Pravda, continuador del viejo panfleto comunista.
Las razones que apunta Hamod en su artículo para dudar de la veracidad del vídeo son: que los cinco hombres encapuchados no estaban de pie como los árabes suelen hacerlo; que eran demasiado altos para ser árabes y que, por ello, "es posible que fueran occidentales o incluso israelitas, pero nunca árabes o iraquíes". Hamod concluye que la decapitación "puede que la perpetraran los agentes israelitas, que han estado operando en Irak desde la invasión americana". La página de Pravda hacía referencia a las sospechas generadas por un tal Pater Havlasa, quien dudaba también del vídeo aduciendo que "la cabeza cortada no sangraba lo suficiente".
Tan ridículos argumentos prueban estas patologías y hay que entenderlos en el contexto de una guerra mediática en la que se llega hasta a falsificar muchas de las fotografías de la prisión de Abu Ghraib. Así lo prueba que el director del diario británico The Daily Mirror, Piers Morgan, haya sido despedido inmediatamente por su empresa. Y lo mismo Martin Baron, el redactor jefe del Boston Globe, quien confesó que las escenas sexuales de violación de presos iraquíes se tomaron de una página web pornográfica húngara. En las patologías antiamericanas lo evidente se presenta como mentira, y la falsedad como evidencia.
Sin embargo, en España los ciudadanos van cada vez más al centro comercial de imitación yanqui que a la plaza de su ciudad; muchos sustituyen en sus camisas el cocodrilo de Lacoste por el caballito de Ralph Lauren; otros prefieren ver Troya o La Pasión a los bodrios de Trueba o Almodóvar. No hay duda, la culpa la tienen siempre los americanos. Bush, Blair y Aznar fueron los que estrellaron los aviones en las torres gemelas y quienes activaron las bombas en los trenes de Madrid. El próximo domingo, todos otra vez a la manifestación en la Base Naval de Rota, con camisetas de Lenin y todo. Yankees, go home!
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