NOTICIAS DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA
Vol. I, No. 148
Miércoles, 28 de Mayo de 2003
-LA PERSONALIDAD NO ESTA DEFINIDA A LOS 30: Un estudio psicológico sobre
una población de 132.515 adultos de edades comprendidas entre los 21 y los
60 años, en referencia a sus rasgos principales de personalidad, muestra
que ésta puede cambiar a lo largo de toda la vida, y desde luego mucho más
allá de los 30 años, una edad considerada hasta ahora como el límite
predefinido para la formación psicológica básica humana.
Los rasgos de personalidad estudiados son la escrupulosidad, la simpatía,
el comportamiento neurótico, la franqueza y la extroversión. A partir de
esta amplia gama de voluntarios reclutados y examinados a través de
Internet, Sanjay Srivastava y Oliver P. John, de la University of
California en Berkeley, han descubierto que aún se producen cambios una vez
superados los 30 años.
La escrupulosidad se incrementa paulatinamente a lo largo del abanico de
edades estudiado, con un mayor aumento durante la época de los años 20 de
la persona, cuando ésta debe comprometerse a ciertos trabajos y
responsabilidades. A su vez, la simpatía crece sobre todo durante los años
30, con rasgos tales como la calidez, la generosidad, o la tendencia al
ofrecimiento de ayuda, todo ello conectado con el comportamiento prosocial
y el establecimiento de relaciones.
El comportamiento neurótico (preocupación e inestabilidad emocional)
declina con la edad para la mujer, pero no así para el hombre. Ha sido
conectado a la depresión y otros problemas mentales. La franqueza, por su
parte, disminuye poco a poco con la edad tanto en hombres como en mujeres.
Por último, la extroversión se reduce en mujeres pero no muestra cambios en
el sexo masculino.
De los 132.515 participantes, el 54 por ciento eran mujeres, todos vivían
en Estados Unidos o Canadá, el 86 por ciento eran blancos y el resto
asiáticos, negros, latinos o de oriente medio. Un subgrupo de la muestra
fue interrogado sobre su estado socioeconómico. Entre ellos, un 1 por
ciento manifestó ser pobre, el 18 por ciento pertenecer a la clase
trabajadora, el 54 por ciento a la clase media y el 25 por ciento a una
clase media acomodada.
Este estudio contradice la visión frecuentemente citada de que los rasgos
de personalidad están programados genéticamente para dejar de cambiar
cuando se llega a la primera fase de la adultez. Hay muchas evidencias en
contra de ello.
Información adicional en:
http://www.apa.org/releases/personality.html
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