jueves, 14 de agosto de 2008

Cultura y demencias

Arthur Kleimman y Alex Cohen
"El problema mundial de los trastornos mentales".
en Investigación y Ciencia (Edición española de Scientific American)
nº248, mayo 1997, págs. 32 a 36.

Nota: A.K y A.C. trabajan en el depto. de Medicina Social de la Facultad de Medicina de Harvard.

Presentación: La creciente crisis del mundo en vías de desarrollo indica la necesidad de comprender mejor los nexos entre la cultura y los trastornos mentales.

Resumen (de Brigantinus):

En los últimos 50 años han disminuido drásticamente las muertes por enfermedades que afectan al físico, pero, por contrario, han aumentado también mucho las enfermedades mentales. Se calcula que en el 2000 habrá un 45% más de éstas, respecto al año 1985, sobre todo en personas de rentas bajas.
Varios factores influyen en ello: con la mejora de la salud física hay más personas que viven más, por lo que se incrementa el riesgo de padecer trastornos psíquicos. También el avance económico y su distribución poco equitativa han llevado a crear bolsas de pobreza, donde la tasa de suicidios, alcoholismo y drogas ha aumentado; además de generar serias fracturas en los usos sociales tradicionales que preservaban los vínculos familiares.
Los trastornos depresivos y las crisis de ansiedad son las principales causas de incapacidad según la OMS (Organización Mundial de la Salud). También son significativas las cifras de intentos de suicidio, demencias varias, psicosis, drogodependencias y stress postraumático. El estudio de la OMS comprueba que los médicos clínicos se equivocan en el 50% de los diagnósticos sobre trastornos mentales y fallan en la prescripción del tratamiento adecuado.
La psiquiatría actual no responde adecuadamente a este desafío y mantiene una actitud errónea al buscar causas únicamente biológicas, independientes de los aspectos culturales y sociológicos concretos.

Cuatro mitos psiquiátricos muy arraigados obstaculizan la labor terapéutica:
1º: las enfermedades mentales son universales y tienen en todos lados la misma frecuencia.
2º: La biología es causa de las enfermedades, y sus manifestaciones dependen de la cultura del lugar.
3º: algunos trastornos son específicos de ciertas culturas y sólo se dan en lugares exóticos.
4º: poco puede hacerse para curar las enfermedades mentales.
Respecto del 1º mito, estudios actuales evidencian que los trastornos varían mucho de una cultura a otra, de una clase social a otra; también de un sexo al otro y muchas otras variables para considerar. Se ha confirmado la correlación entre salud mental y física con la condición socioeconómica. Igual en el caso de los sexos, donde la cantidad de mujeres depresivas duplicaba la cifra de varones. Al igual que los condicionamientos de lugar y económicos. En China, por ejemplo, la tasa de suicidio dobla a la norteamericana. Al igual que las tasas de esquizofrenia paranoide o hebefrénica que varían mucho de una región del mundo a otra.
Sobre el 2º mito resulta muy difícil establecer de manera definitiva la causa de una enfermedad mental "¿cómo podemos estar seguros de que el trastorno que aflige a un yoruba de Nigeria es el mismo que el que sufre un abogado neoyorquino o un pescador de Nueva Escocia?" (pág.34, 3ª columna). Además no está nada claro que la causa de una depresión, por ejemplo, sean "las emociones o una mezcla de desarreglos emocionales y corporales sin causa orgánica nítida" (ibidem).
En el caso del 3º mito faltan estudios para establecer si determinados trastornos son en realidad propios de una zona concreta o tienen un carácter más general.
Respecto del 4º, es una realidad que las terapias se han ido generalizando y se han creado importantes programas de rehabilitación. Además es evidente que mejorando algunas condiciones básicas se podría prevenir situaciones de retraso mental o epilepsia, así como evitar los traumas posparto y las infecciones y carencias nutricionales.
Los psiquiatras han menospreciado la importancia de las variables culturales y la situación socioeconómica y sobre todo la psiquiatría debe evitar el mito más perjudicial de todos: el considerar que el 80% de la población mundial, fuera de Norteamérica y Europa, debe ser tratada con la base de conocimientos compilada exclusivamente a partir de casos del primer mundo.

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