jueves, 29 de mayo de 2008

¿Adición a Internet?

Apreciados colisteros:

Durante los últimos días he leído con interés las opiniones que han aparecido relativas a las posibilidades adictivas de Internet. El interés es doble, puesto que se trata de un tema de candente actualidad, que me interesa particularmente para mi trabajo acerca de los efectos sobre el comportamiento de la "Alta Tecnología".

He querido esperar unos días antes de redactar esta nota a fin de poder recoger la mayor parte de opiniones y tener una idea fiel del estado de opinión de la lista en este tema y a la vez poderme dar un período para reflexionar y ponderar las afirmaciones aquí vertidas.

En primer lugar tengo la impresión de que existe cierto convencimiento acerca de la posible dependencia (en sentido estricto) de los recursos telemáticos. Personalmente tengo serias dudas acerca de esta posibilidad, dudas que se fundamentan en los siguientes puntos:

Considero que es difícil establecer una relación entre Internet y su posible dependencia dado el carácter inespecífico del concepto que encierra Internet. Como ya se ha apuntado sería mucho más preciso referirse a algunos de los recursos que ofrece La Red. De este modo entiendo y creo que es posible la existencia de una "psicopatología del abuso" de recursos tales como el IRC, la videoconferencia o el MUD. Sin embargo discrepo totalmente de esta posibilidad respecto al e-mail o FTP.

Existe una diferencia substancial entre el abuso de un determinado recurso y su dependencia, considerando que no es exagerado establecer la existencia de casos aislados donde el abuso es evidente, si bien no lo es tanto la dependencia (existencia de sintomatología abstinencial franca). En los casos en que este abuso se produce con cierta frecuencia es posible encontrar una psicopatología de rango superior que limita esta circunstancia a la categoría de mero síntoma.

Los trabajos que habitualmente se mencionan al hablar de este tema no son estudios de naturaleza clínica, sino que se trata de encuestas de utilización de los servicios de Internet. De este modo es posible establecer diversos aspectos criticables desde la perspectiva metodológica.

En primer lugar el hecho de realizarse en la WWW supone un sesgo en cuanto a las características de los sujetos que suelen contestar estos cuestionarios, dado que suele tratarse de individuos que dedican periodos de tiempo importantes a la navegación en servidores de instituciones educativas o de investigación (no es fácil llegar a estas encuestas).

Por este motivo se pierde una información muy valiosa respecto a los usuarios con intereses cualitativamente diferentes o aquellos que dedican un menor tiempo a esta actividad.

A su vez el hecho de ubicarse en la WWW facilita que los usuarios contumaces de otros recursos, cuya dedicación a la Web es menor, no sean recogidos en estos estudios.

Por ello difícilmente estos datos pueden extrapolarse a la población general (ello junto a las tarifas telefónicas más baratas, explicaría la elevada cifra de conexión media de la población norteamericana; cifrada alrededor de las 21 hrs. semanales).

Estas circunstancias recomiendan interpretar los datos ofrecidos por estos trabajos, con exquisita precaución, considerándolos únicamente representativos de aquellos individuos que más tiempo dedican a las actividades relacionadas con La Red

Habitualmente tampoco se distingue entre el tiempo destinado a Internet como actividad de ocio, de aquel que tiene que ver con la actividad laboral del individuo, entendiéndose que únicamente podría conceptualizarse como abusivo aquel tiempo que el sujeto invierte por propia iniciativa.

Otro aspecto de cierta debilidad es el paralelismo que se establece con el juego de apuestas y cuyo máximo exponente es la lista de criterios de diagnóstico del IAD (Internet Addiction Disorder), donde se ha adaptado textualmente la lista de criterios de diagnóstico del juego patológico. Recordemos como no hace mucho tiempo todo tipo de "expertos" se rasgaban las vestiduras al proclamar los efectos adictivos del juego con videojuegos. ¿Que queda hoy día de aquella agria polémica? ¿Dónde están aquellos adictos en cuerpo y alma?.

Probablemente el día que la realidad virtual sea más realidad que virtual asistiremos a otra polémica de similares características, donde la patología psicótica inducida se constituirá en el centro de la cuestión.

Finalmente considero que en temas de estas características es siempre necesaria una actitud de extrema cautela, así como otorgar a la tecnología la presunción de inocencia. Recordemos que actualmente todos hemos oído hablar de sujetos esclavizados por su necesidad de permanecer conectados (como antes nos habían hablado de aquellos que sólo vivían para jugar con videojuegos). Pero... ¿Donde se encuentran?

Durante mucho tiempo estuve intentando visitar a un dependiente de los videojuegos, con un resultado desalentador. El primer caso no fue mas que un trastorno antisocial de la personalidad que jugaba en salas recreativas cuando no acudía a clase. El otro fue el de un niño que tras un cambio de domicilio invirtió notables cantidades de tiempo en esta actividad, hasta que pudo tejer una mínima red social en el nuevo municipio.

Habitualmente las opiniones que se vierten sobre estos temas tienen más que ver con actitudes personales que con un cuerpo de conocimientos, si bien los medios de comunicación difícilmente realizan esta distinción. En otros casos la observación o la autoobservación ingenuas se utilizan como toda evidencia, lo que sin lugar a dudas constituye un craso error metodológico.

Hace unos años muchos padres observaron como tras adquirir un sistema de videojuegos, los niños lo utilizaban durante largos períodos de tiempo, alarmándose ante los mensajes que los medios de comunicación difundían. No obstante estos padres vieron como a medida que pasaba el tiempo, la dedicación al juego no sólo no aumentaba, sino que disminuía en una proporción muy importante hasta hallar su espacio natural.

No debemos olvidar que las innovaciones siempre han despertado actitudes de recelo y de sospecha y esta circunstancia se ve favorecida por la voragine de adelantos que en el terreno de las tecnologías de la información existe.

Recordemos como en poco tiempo los hornos de microondas, las mascotas virtuales, los teléfonos móviles, los juguetes radiocontrolados, los videojuegos, etc, han sido objeto de atención por sus potenciales efectos negativos, del mismo modo que en su tiempo se dijo que la telegrafía sin hilos.

Respecto a la noticia que inició esta serie de mensajes quisiera comentar que su redactado me recuerda mucho una noticia, también de origen italiano, en la que se hablaba de "Franccesco" como uno de los primeros casos de adicción clara e "irrefutable" a los videojuegos. En aquel caso también se "bautizaba" la enfermedad, recibiendo el nombre de "Videohipertesia" (!!!), resultando la descripción de la conducta muy similar en cuanto a la inhibición de todo aquel comportamiento que no esté relacionado con La Red en este caso o el juego en el anterior. La noticia encierra también algunos errores conceptuales, como el hecho de atribuir un caracter mórbido a la comprobación del correo electrónico dos veces al dia (todo el mundo que lo utiliza regularmente lo hace a diario y muchas veces es preciso comprobar tanto el buzón profesional como el personal). Habla también de los tests que circulan por La Red y las páginas de WebAholics obviando su carácter eminentemente humorístico ("Eres adicto a Internet cuando tus hijos se llaman Eudora y Mozilla", "Eres adicto a Internet cuando tus hijos se refieren a ti como aquel señor pegado a un monitor".....)

Para acabar quisiera recomendar una actitud de prudencia antes de establecer juicios acerca de nuevas entidades nosológicas y evitar las típicas generalizaciones "a propósito de un caso", quizá de este modo el juez de Pamela Albridge hubiera matizado su sentencia, conservando la parte en la que afirmaba que la acusada tenia "alterado el juicio"; y todos sabemos que la alteración del juicio y por tanto la disminución o inexistencia de la responsabilidad es patrimonio de otro grupo de entidades psiquiátricas.

Ahora no me queda mas que disculparme por la desmesurada longitud de este escrito.

Atentamente.

Juan Alberto Estallo Martí estallo@copc.es http://www.geocities.com/HotSprings/6416/

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