Hoy salimos a remar pues fue el primer dia de sol despues de 8 de lluvia y que paso?? Rompimos otro remo!!!, Supongo en que en cualquier momento nos condecoran con el Remo de Oro..., en fin.. En el peplum Ben-Hur, Don C.Heston dobla el remo de la galera pero no logra romperlo, en la Real Regata Henley de 1912 naufragaron las dos embarcaciones en competicion, no se sabe a ciencia cierta si fué por la rotura del remo o como apunta la crónica de esa época sirvió posteriormente como argumento de peso para dirimir una cuestión de habilidad y trayectoria entre los timoneles.
Registro otro hecho acaecido en la Laguna de Chascomús cuando Alvear era gobierno, sus protagonistas fueron Nemesio Corrales y el pardo Isabel Acuña en el cruce de la laguna en su parte mas ancha. La rivalidad entre ellos se remonta cuando se conocieron el la estancia Los Coyuyos, desde entonces las mas variadas apuestas animaron al paisanaje. Para esta última eligieron dos chinchorros madereros de quilla bifurcada cedidos por un holandés conservado en Bols, la travesía fué reñida con viento en contra y oleaje cruzado, las proas como acollaradas no se sacaban ventaja y ya cerca de la meta.....hagamos un alto, es necesario conocer a otro personaje de este evento, Saturnino Bellavista, hombre de pocas palabras con tendencia ludópata que había comprometido sueldo y empeñado el braguero a favor del pardo Isabel y para asegurar el triunfo (tenía la rara pericia de elegir siempre al perdedor)la noche anterior a la suerte de la postura, se acercó escorado, como buscando sombra donde guarecerse al tronco caído que oficiaba de muelle amarrando la barca elegida.
Usó la lezna con la precisión de un relojero, horadó el remo en tres direcciones convergentes tapando los agujeros con cera, tan bién quedó el apaño que a la jugado sumó los aperos del zaino y las botas de potro engrasadas con pella, el caballo lo había perdido la semana anterior con una taba cargada......bueno, retomemos el sedal para no extraviar el hilo, a tan solo un cuarto de milla naútica de la ribera, Nemesio que no quería ganar por un hocico, arremetió con tal desenfrenado ritmo que el remo con un gemido astillado dejó la mitad de su cuerpo en el agua, dicen que el hombre se crece ante las adversidades, otros se hunden, Nemesio no, quebrando el otro con sus manos acostumbradas a doblar en ocho las herraduras para divertir a los gurises, convirtiendo el madero el zagual paleteó sin estilo pero con una efectividad que envidiaría un piraguista.
Tata Dios que seguía con interés la cursa para equilibrar la situación mandó a un chajá panzudo que sentara sus reales sobre la pala de estribor. El pardo Isabel por más que sacudiera el remo dudando de la honorabilidad de la madre del bicho no conseguía desprenderlo, al contrario, el animalito expresaba su contentura con unos horribles gorgoritos que un muerto hubiera deseado además ser sordo, la solución fué una botella atizada en pleno pico, poco duro su alegría, un pejerey tigre tomó el relevo hasta que ambas embarcaciones como dos notas al unísono tocaron la orilla.
Saturnino jamás supo de este empate, encaramado en lo alto de un sauce, estirando cuello y cuerpo para visionar la llegada se deslizó entre las hojas sin que ninguna rama desluciera una perfecta caida libre. No teniendo parientes conocidos ni militancia religiosa lo sepultaron al pié del arbol, dicen las lloronas aquerenciadas que las noches de pleniluneo una sombra contrahecha vaga por los juncales preguntando a quién se ponga a tiro si ganó o perdió, esto piensan los lugareños pués vocaliza muy mal; parece ser que cayó de dientes.
Aris
Brigantinus-Quora
Hace 7 años
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