jueves, 29 de mayo de 2008

Informar, sobreinformar y desinformar

El País, Suplemento "ciberp@ís", pag 16.
jueves 28 de enero de 1999.

LAS AUTOPISTAS DE LA ACTUALIDAD.

ÁLEX LAMITZ
En el futuro, las personas más libres no serán las conectadas, sino las desconectadas, las que prefieran pulsar la tecla off en vez de la on, las que se rebelen contra esta tendencía tan en boga que nos insta a apretar la tecla on y conectarse a... ¿A qué?, ¿a Internet?, ¿a la oferta pública de acciones de Endesa?, ¿a la lavadora, Novostar que nos permite estar off mientras ella está on? No se inquieten. No se trata de tirar el modem, la televísión digital o el teléfono móvil a la papelera, sino de replantear nuestra relación con la información, los medíos de comunicación y, sobre todo, con la actualidad.

Mi propuesta no consiste en desconectarse de las autopistas de la información, sino de las autopistas de la actualidad. ¿Qué son las autopistas de la actualidad? Empleo, este concepto para definir la infraestructura de medios de comunicación (cadenas de televisión, emisoras de radio, prensa escríta...) que conecta a los ciudadanos con esa combinación de noticias, entretenimiento publicidad y cultura que - presentan como ínformación, pero que en realidad no es otra cosa que la actualidad aunque pueda parecer lo contrario, estos dos términos no son sinónimos. La actualidad es la selección que los medios de comunicación hacen, bajo criterios subjetivos y arbitrarios de la realidad, mientras que la información es el conjunto de datos, teorías e -ideas que nos permite conocer cómo funcionan las cosas. Un estudio de 2.500 páginas sobre inteligencia artificial es información, pero no actualidad. No está de más reflexionar sobre cuáles son los criterios que emplean los medios de comunicación para elaborar los contenidos de las autopistas de la actualidad, sobre todo teniendo en cuenta que estar presente en ellas es hoy en día la manera más eficaz de vender un producto, servicio o idea independientemente de su calidad, oríginalidad o utilidad.

Está claro que hay una serie de noticias de interés general que por su importancia es lógico que figuren en ellas. Nada que objetar. Pero también es verdad que hay muchas informaciones que disfrutan de ese privilegio gracias a la presión de grupos económi cos, organizaciones políticas o la decisión arbitraria de los profesionales de los médios de, comunicación. Una forma obvia de acceder a estos canales es, comprar espacio publicitario. Es el peaje que pagan las grandes empresas a los medios por permitir que sus productos se conviertan en noticias. Otra alternativa,es seducir a los profesionales de la comunicación quienes, al fin y al cabo, son los que tienen la llave de acceso a las autopistas de la actualidad. Un ejemplo significativo en este sentido sería la campaña de presentación de un nuevo modelo de automóvil. A los periodistas se les invita a hoteles de cinco estrellas en destinos atractivos, se les permito probar el nuevo modelo durante varios días y se les invita a restaurantes de lujo. Se les trata a cuerpo de rey para que, a la vuelta, dediquen un espacio al nuevo TRX 440. Otra estrategia más perversa sería la última tendencia de mercadotecnia, que consiste en que la publicidad se mezcle con la información como si fuera parte de un todo (la actualidad). Así, los personajes de Médico de familia recomiendan las sopas Knorr, Carmen Sevilla habla de las virtudes del Farmatín, o un locutor de Cadena Cien recomienda escuchar una canción con una Coca-cola en la mano...

Muy pocos profesionales de los medios se están rebasando contra estos intentos de. manipulación, No les queda más remedio que aceptar las exigencias (o sugerencias) de los anunciantes, quienes son después de todo la príncipal fuente de financiación de esta ínfraestructura. Hasta hace poco, uno de los mayores atractivos de Internet era que se mantenía alejada de este esquema. La red era la voz de los que no tenían acceso a las autopistas de la actualidad, de los colectivos excluidos de la actualidad. Sin embargo, desde que los medios de comunicación, las multinacionales y las organizaciones políticas se han dado cuenta de sus virtudes, Internet se está integrando a velocidades de vértigo en este tinglado. La publicación en este medio del infor-me Starr ha sido considerada por muchos como la puesta de largo de Internet ¡320.000 personas acceden por segundo a la página de la CNN! Siento contrariarles, pero opino que ha sido el fracaso de la red, su integración en el sistema como el medio cotilla de las autopistas de la actualidad. Es preocupante que los únicos medios independientes que triunfan en la red sean tan chismosos como Drudge Report (la revista que destapó el caso Lewinsky) y Ain't it Cool (página que informa sobre los trapos sucios de la industria del cine) y que publicaciones de tanta calidad como Salon Magazine sólo sean conocidas por el gran público por destapar el affaire Henry Hyde.

Sería un grave error que un medio de información tan interesante como Internet acabe convirtiéndose en un patio de vecinas. La red debe ser la base de las futuras autopistas de la información, la alternativa o el complemento a las actuales autopistas de la actualidad. Este nuevo modelo se debería sustentar además en una premisa fundamental, el concepto de actualidad personal. Una de las ventajas de la red es que gracias a los buscadores (uno de los inventos más interesantes de la cultura de fin de siglo) podemos organizar nuestras necesidades de información de acuerdo con nuestros propios interéses.

Debemos aprovechar esta posibilidad para desconectar de ese exceso de actualidad (que no de información) que nos invade por todas partes. No sé usted, pero yo estoy harto de oír hablar de Clínton, la Viagra y de escuchar, la cancioncilla de moda. Es el momento, de desconectar, de pulsar la tecla off y de rebelarse contra el poder do los medios de comunicación, porque sí la informacíón nos hace libres, la actualídad nos vuelve manipulables.

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Alex Lamitz es editor de 'Bitniks'.

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