viernes, 9 de mayo de 2008

¿Determina la lengua usada el pensamiento?

El Ropaje del Pensamiento
La Vanguardia. Suplemento Ciencia y Salud
11-Mayo-96, pag7.

El lenguaje es una capacidad propia e innata del ser humano. Surge de forma natural como una actividad vital, fundamental. Es la expresión del pensamiento, el barro con que el parlante moldea la figura de los procesos mentales. La lengua tiene un carácter único, íntimo y persistente, que condiciona en parte una visión personal e intransferible de la realidad.

La relación entre lenguaje y pensamiento ha suscitado oleadas de apasionados debates entre científicos y pensadores de formación muy diversa. El determinismo lingüístico propugna que cada lengua establece un modo particular de interpretar la realidad. Así, cada una determina una única visión del mundo y su estructura influye decididamente sobre el pensamiento del hablante.

En décadas pasadas, estas ideas hicieron fortuna, enarboladas por el antropólogo norteamericano Edward Sapir y, luego, por su discípulo, Benjamin Whorf, aún más radical que el maestro, ya que afirmaba sin ambages que "el lenguaje determina cómo piensan las personas". Pero no todos los expertos están de acuerdo con ello. Hoy, al menos en este punto, la mayoría de lingüistas y antropólogos modernos se muestran muy escépticos y raramente admiten que la lengua ejerce una influencia clara y directa sobre el pensamiento. Sólo toleran que sea un matiz en la forma de percibir, de recordar y en la facilidad con que se efectúan quizá determinados procesos mentales. "La lengua orienta, pero no determina el pensamiento", concluye María Jesús Buxó.

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