Date: Thu, 20 Jan 2000 10:38:41 +0100 (MET)
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Hola, Carlos
> Generosidad interesada :-)
:-) Sí, bueno, el interés aparece en todas partes y de muchas formas.
Recuerdo ahora al Principito, que decía que a su rosa 'le servía de algo'
el hecho de que él la poseyera, en contraposición con el astrónomo y
'sus' estrellas. La ('buena') amistad es un interés, y ha de mostrarse,
concretarse en hechos. Yo hablo desde mis intereses, es verdad, más o
menos justificables, pero procuro (no sé si consigo: los propios demonios
se hacen oír) que no te produzcan desagrado.
> si encuentras material sobre el tema del
> choque cultural e inmigración envíamelo que lo colgaré.
Sí, claro, me encantará participar... de forma anónima.
De todos modos creo que no siempre existe el 'choque cultural': personas
de distintas culturas pueden entenderse (y lo hacen) desde el momento que
lo quieren. También existen choques entre personas de la misma cultura
(no ya entre jóvenes y mayores, sino entre personas que misma edad que
comparten el mismo bloque de pisos) y los veo igual de lamentables, no me
parecen choques de una categoría demasiado distinta. El conflicto y la
intolerancia se dan a muchos niveles. No entiendo que te quedes en el
choque cultural sino para no abarcar demasiado y centrar el tema.
Ésta es para mí la cuestión: por qué no queremos entendernos, comunicarnos con una cierta profundidad. Y creo que las respuestas irían
en la dirección marcada por los supuestos de tu Diccionario del Desarrollo
Tardío, tal y como yo los entiendo. Por eso me alegra sobre todo el que no
hayas hecho desaparecer del todo ese diccionario, y que no lo recortes más
y que sigas recuperando entradas del primer DDT. Aun entendiendo que el
resto del nuevo web se justifica, porque el choque cultural existe y hay
que denunciarlo, e iniciar una labor de conocimiento mutuo entre las
culturas.
Pero ya digo, si queremos llegar a algo más que palabras y que pueda
producirse un cambio (demasiada ambición quizá; pero sería quedarse corto
conformarse con un web para gente 'bienintencionada'), hay que mirarse
dentro; buscar la 'purificación' de nuestras intenciones, si ha lugar y si
es que se puede. Y mirar el 'mal' cara a cara (dentro y fuera) y
entenderlo. Y quizá evitar el daño, que debería ser nuestro objetivo;
levantar de tanto en tanto la cabeza del 'aquí y ahora' posible, que está
muy bien y del que no debemos salir, pero que no podemos dejarlo degenerar
en un presente cómodo, distante del problema, no comprometido en una
verdadera solución.
Una opinión, ¿sin más interés?
Saludos Félix
Brigantinus-Quora
Hace 7 años
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