EL TODO Y SUS (PROPIAS) PARTES.
Jorge Wagensberg
Mundo Científico. n?169. Junio 1996
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Un todo tiene infinitas particiones posibles. Es cierto, pero no
todas tienen la misma trascendencia. Porque sólo son relevantes
aquellas partes que merecen, a su vez, la categoría de individuo,
la de otro todo susceptible quizás, él también y a otro nivel, de
una ulterior partición razonable. El todo y sus partes sugieren
una inteligibilidad más potente que la que surge de la causalidad
(decir que se comprende porque se han identificado unas causas)
o de la ley expresable matemáticamente (decir que se comprende
porque muchas situaciones distintas pueden ser comprimidas en
una misma clase o en una breve secuencia de guarismos).
En el estudio de sistemas complejos, cuando no es posible
encontrar una sola causa o no es posible evitar demasiadas, o
cuando nos topamos con el sofoco de que la mejor ley es más
larga que los datos a comprimir, entonces se impone la
inteligibilidad del todo y sus partes.
Es cuando el físico comprende una sustancia como un todo de
unidades estables Llamadas moléculas; cuando el ingeniero
comprende un puente como un compromiso de fuerzas; cuando
unos individuos Llamados células interaccionan para crear un
metazoo capaz de sobrevivir; o cuando unos individuos humanos
les da por formar una familia, un grupo, un barrio, una ciudad,
una cultura, una nación, una federación o todo un planeta... con
cierta verosimilitud de convivencia.
Brigantinus-Quora
Hace 7 años
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