Tue Jun 01 15:27:38 1999
Buenas!
En la búsqueda de una ordenación del territorio más coherente y eficaz, las aportaciones que hace Fernando Moliní en su artículo a cerca del Planeamiento Proactivo (MOLINÍ, F. [1995]: "El planeamiento proactivo: fundamentos teóricos y metodológicos para intervenir más eficazmente en el territorio", Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, págs. 147-159) mi posición es claramente a favor en la esencia pero divergente en una serie de aspectos que se describen a continuación.
La aplicabilidad del racionalismo crítico a todos los campos del saber es esencial, bajo mi punto de vista, para una evolución rápida del conocimiento, pero llevar al extremo la teoría de K. R. Popper puede suponer ya no una aceleración si no una ralentización, puesto que se puede llegar a caer a la crítica por la crítica, dejando apartado el contenido y "atacando" el continente.
La emancipación de las ciencias sociales de los métodos y teorías de las ciencias naturales es otra cuestión fundamental para la mejora del tratamiento y la planificación territorial. Mi opinión es rechazar desde las ciencias sociales el "principio de actualismo" de las ciencias naturales (el cual sostiene que todo aquello que sucede en el presente ha sucedido de forma similar en el pasado y sucederá en el futuro), no por la invalidez de éste a niveles espacio-temporales muy reducidos (en los que pienso que es dificil de refutar), si no por lo enormemente complicado que se hacen los análisis socioeconómicos a gran escala (por encima del nivel de análisis local) y la existencia de otros marcos de referencia fundamentalmente históricos que se desmarcan de los análisis de los hechos del presente (principal marco de estudio de las ciencias naturales).
El fundamento del modelo de conocimiento proactivo propuesto por Moliní en el que la aplicación de mecanismos de evaluación y rectificación de impactos a través del método de refutación (autocrítica, crítica externa y falsación constantes) generan nuevas hipótesis corregidas, es esencial para llevar a cabo una buena ordenación del territorio pues supone llegar a la "mejor opción"(o "hipótesis" si no estamos trabajando en la ordenación territorial) frente a la "opción menos mala" típica de la actual planificación de características "preactivas" (dirigida a obtener el maximo rendimiento de las tendencias ya trazadas).
Respecto a tomar como referencia algunos comportamientos empresariales ya de por sí, en palabras de Moliní, "parcialmente proactivo" pienso que es muy arriesgado. Extrapolar este comportamiento claramente orientado a la mejora e incremento del poder económico (y en consecuencia, también social) de intereses privados a la planificación territorial, que es una acción de intervención por parte de los agentes públicos en el libre mercado y, por tanto, sobre los agentes privados, con el fin de favorecer los intereses generales a través de medidas de corte democráticas, me parece una cierta contradicción muy peligrosa.
Dejando a un lado un verdadero comportamiento proactivo de algunas empresas lo que bajo mi punto de vista es un reducidisimo porcentaje del total, afloran a nuestra vista lo que considero que es una falsa proactividad fruto de un control económico sobre el sistema. Algunas medidas supuestamente proactivas como la generación de nuevos productos en multinacionales como la actual Microsoft no esconden tras de sí más que conductas de compra y venta de ideas externas a la propia empresa producto de un poder socioeconómico establecido que, además, como resultado de esto, tiende a la polarización progresiva, lo que se traduce, asu vez, a escala territorial en un aumento de los desequilibrios.
En el mundo empresarial informático tan solo ejemplos como Linux, un sistema operativo gratuito desarrollado a partir de multitud de aportaciones desinteresadas desde los propios usuarios, representan verdaderos ejemplos proactivos aplicables al interés general de la sociedad, donde el desarrollo del conocimiento es muy dinámico y, además, se orienta contra la progresiva polarización del poder en las manos de unas pocas empresas.
Por tanto, debemos dejar a un lado los falsos procesos proactivos de las grandes empresas multinacionales, para tomar ejemplo de comportamientos más democráticos, en los que se den cabida las aportaciones y participación de todas las demandas sociales y donde se fomente, con ello, un constante proceso de autocrítica y refutación multidisciplinar, sinérgico y prospectivo enmarcable, actualmente, en torno a las posibilidades de las nuevas tecnologías de la comunicación. ____________________________________________________
Miguel Sevilla Callejo
Increible... incluso yo había perdido este texto (hace ya 10 años!!) que envié a la lista de distribución de proactividad de Red IRIS.
ResponderEliminarCasualmente en estos momentos estoy leyendo este libro que puede ser de interés/utilidad al respecto de lo que comentaba hace ya UNA DÉCADA!
Anderson, C., 2009. Free: The Future of a Radical Price, Hyperion. http://www.hyperionbooks.com/titlepage.asp?ISBN=1401322905&SUBJECT=Business
Saludos y enhorabuena por la iniciativa al autor de este blog
Miguel