martes, 1 de abril de 2008

Lida Baarova

LIDA BAAROVA | El romance que conmovió al Reich

ANA ALONSO MONTES


Hay mujeres con una belleza tan cautivadora que desarma hasta a los hombres más poderosos. La actriz Lida Baarova, fallecida a los 86 años de edad en Salzburgo, tuvo a sus pies durante años a uno de los más temibles personajes del régimen nazi. Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Hitler, era uno de esos hombres que enloquecen con cada conquista. En el caso de Baarova, el propio Führer tuvo que intervenir para frenar la aventura extramatrimonial de su ministro, un escándalo para la imagen pública del Reich.

La hora de la tentación (1936), un título premonitorio, fue la película en la que Goebbels descubrió a la Baarova, una morena de facciones delicadas que entonces contaba 22 años. Nacida en Praga en 1914 como Ludmilla Babkova, había logrado un importante contrato con la Ufa a los 20 años.

Había rodado ya un par de películas, Barcarole (1935) y Ein Teufelskerl, cuando Goebbels cayó en la tentación. Y ella no opuso mucha resistencia.

La Baarova, que empezaba a saborear las mieles del éxito, cambió a su novio, el galán de cine Gustav Fröhlich, por el ministro de Hitler sin dudarlo.

Goebbels, casado con Magda Quandt, divorciada del poderoso industrial alemán, tenía especial afición al mundo del espectáculo. En la película La niña de tus ojos de Fernando Trueba se retrata con humor a este Goebbels coleccionista de actrices de moda. En este filme es una española, interpretada por Penélope Cruz, quien vuelve loco al amigo del gran dictador.

Magda Goebbels, que encarnaba a la perfección a la esposa y madre modelo del Reich, estaba acostumbrada a los ligues esporádicos de su marido. Pero la historia con la Baarova rebasó todos los límites. Goebbels se enamoró perdidamente y evocaba en su diario su «vida salvaje» junto a la actriz, a la que consideraba como «la más bella».

Llegó a ser tan fuerte su dependencia de la Baarova que Goebbels olvidó con qué clase de mujer se había casado y le planteó directamente que tolerara la coexistencia reconocida con la actriz. «Magda, Lida y yo nos amamos. Tú eres la madre de mis hijos y la mujer que me pertenece, pero después de estos años has de comprender que quiera tener una novia fija». Las palabras de Goebbels, suscritas por Lida punto por punto, se clavaron como una daga en el corazón de la orgullosa Magda, que con 36 años y seis hijos era una dama atractiva y distinguida.

Trabó su venganza junto al secretario de Estado de Goebbels, Karl Hanke, quien le ayudó a recopilar pruebas contra el ministro. Segura de que Hitler defendería su terreno como esposa y madre del Reich acudió al Führer en busca de respaldo. Hitler enfureció por el comportamiento de su ministro, que llevaba tiempo presumiendo de novia-actriz y acabando con la imagen de pareja ideal del matrimonio Goebbels que el régimen promocionaba.

Además, corría el año 1938 y el romance era de lo más inoportuno: tener una novia checa con el plan de invasión en marcha no era lo más apropiado. Hitler convirtió el lío amoroso en una cuestión de Estado e impuso soluciones drásticas, pero sin muestras de cariño por Magda, que buscaba en parte venganza, en parte apoyo afectivo. Se prohibió a Lida Baarova rodar en Alemania y se impuso su traslado a Praga. Pero se acordó que Goebbels volviera al hogar familiar sin dejar sus escarceos nocturnos.

La carrera de la Baarova sufrió un parón importante. Después de la guerra, pasó año y medio en la cárcel por colaborar con los nazis, se casó con un ministro comunista checo -al que abandonaría 10 años después por un ginecólogo- y en los 50 retomó su carrera en Italia y España. Muchos la recordarán como la Giulia de la película de Fellini Vitelloni (1953), donde se caricaturiza su romance con Goebbels. Incluso tuvo ocasión de volver a las pantallas alemanas con Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1975) de Fassbinder.

Durante mucho tiempo mantuvo que su historia con Goebbels fue puramente platónica, pero en los últimos años afirmaba que Goebbels estaba dispuesto a dejarlo todo por ella. Otra mujer, la contundente Magda, se lo impidió. Y como pago de su fidelidad se suicidó con su marido y sus hijos al llegar la derrota nazi.


Lida Baarova, actriz, nació en Praga en 1914 y falleció en Salzburgo el 27 de octubre del 2000.

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