miércoles, 23 de abril de 2008

Fragmento de Sue Grafton

Sue Grafton (1998)
N de nudo.
Tusquets Editores.Colección Andanzas.
Brcelona, abril 1999.

[pag. 33]

Había acordado hacerle un informe verbal cada dos o
tres días y complementarlo con una relación por escrito.
Selma no había estado de acuerdo al principio, decía que
el informe verbal era suficiente, pero le dije que
prefería ponerlo por escrito, entre otras cosas para
detallar cualquier tipo de información que consiguiera.
Productivo o no, quería que ella viera el terreno
conforme yo avanzaba por él. Tan importante era que
estuviese al corriente de la información que yo no podía
comprobar como tener una descripción de los hechos que
yo reconstruyera. Con los informes verbales se pierden
muchos datos en la traducción. Pocas personas están
preparadas para escuchar. Dada la complejidad de
nuestros procesos mentales, el oyente pierde la onda, se
atasca, olvida o malinterpreta el ochenta por ciento de
lo dicho. Toma quince minutos de conversación, trata de
reconstruirlos más tarde y sabrás lo que quiero decir.
Si la comunicación tiene un contenido emocional, el que
sea, la calidad de la información retenida se degrada
otro poco. El informe escrito era también para mi. Pasa
una semana y ya no recuerdo la diferencia entre el lunes
y el martes, y no digamos cuántas paradas hice y en qué
orden las hice. He advertido que los clientes confían en
mi habilidad hasta que les toca pagar; entonces, de
repente, la cantidad les parece un abuso y se quedan
preguntándose qué he hecho exactamente para ganarme
aquellos honorarios. Es mejor presentar la factura con
una cronología adjunta. Me gusta citar capítulo y
versículo, y con todos los puntos sobre las íes. Aunque
sólo sea para hacer gala de mi coeficiente intelectual y
de mis cualidades redactoras. ¿Como se va a confiar en
una persona que comete faltas de ortografía o que es
incapaz de expresarse?

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