miércoles, 2 de abril de 2008

La figura del filósofo

Thu, 10 May 2001 00:13:59 -0700 (PDT) --------WITTGENSTEIN: 50 AÑOS En lucha consigo mismo

Ciclo de conferencias en la U. Nacional, en la conmemoración del filósofo. Por RAÚL MELÉNDEZ

Hace ya casi 50 años, el 29 de abril de 1951, murió el filósofo vienés Ludwig Wittgenstein. Las últimas palabras que pronunció en su lecho de muerte fueron: “Díganles que tuve una vida maravillosa” . La frase contrasta con la imagen, que dan sus diarios, de hombre en constante lucha con sus entrañas y atormentado por profundas inquietudes morales, religiosas e intelectuales. ¿En qué sentido habría querido decir él que su vida había sido “maravillosa” ? Wittgenstein nació el 26 de abril de 1889 en Viena. Su padre, Karl, fue un magnate del acero que perteneció a una generación de empresarios burgueses que se forjaron a sí mismos en la época de expansión industrial del imperio de los Habsburgo. Karl recibía en su lujosa mansión a músicos como Brahms, Mahler, Bruno Walter, Josef Labor y fue un gran patrón de las artes visuales que ayudó económicamente a Klimt, Schiele y Kokoschka.

Para Karl, como para muchos empresarios de la época, el arte era un símbolo de status y una suerte de ornamento para una vida consagrada a lo que ellos consideraban lo más importante: la industria y los negocios. Por el contrario,muchos hijos de esta generación querían consagrar su vida al arte. Este conflicto generacional se dio de modo dramático en la casa de los Wittgenstein. Tres hermanos de Ludwig se suicidaron y en el caso de dos de ellos, Hans y Rudolf, las inclementes exigencias paternas de que se dedicaran a sus negocios constituyeron probablemente un factor determinante en sus trágicos desenlaces. Hans -quien a los 4 años era un virtuoso del violín y el piano y comenzaba a componer sus primera obras - huyó muy joven de la casa paterna a América para poder dedicarse a la música. Allí terminó suicidándose en 1902. Rudolf -quien también se rebeló contra el padre y viajó a Berlín para seguir una carrera en teatro - se envenenó en una taberna, luego de haber ordenado un trago al pianista y haberle pedido que tocara su canción favorita: \'Estoy perdido\'. Ludwig mismo tenía con frecuencia pensamientos suicidas. La Viena en que se criaron los hermanos Wittgenstein fue llamada por uno de sus más acérrimos críticos, Karl Kraus, “un laboratorio de investigación para la destrucción del mundo” . Ray Monk en su biografía de Wittgenstein la llama“un laboratorio para la auto-destrucción” . Con Russell En concordancia parcial con las exigencias paternas, Ludwig viaja a Manchester en 1906 a estudiar ingeniería aeronáutica. Allí comienza a interesarse por los fundamentos de las matemáticas. En 1911 viaja a Cambridge para estudiar con Bertrand Russell. Asfixiado por el ambiente académico de la universidad, decide viajar a Noruega para trabajar en completa soledad. Russell consideraba que este era un plan lunático y trató de disuadirlo: “le dije que sería oscuro y él dijo que odiaba la luz del día. Yo le dije que sería muy solitario y el dijo que prostituía su mente hablándole a gente inteligente. Yo le dije que estaba loco y él rogó que Dios lo guardara de la cordura. (Dios ciertamente lo hará)” . Wittgenstein se preocupaba constantemente por convertirse, en sus propias palabras, en una“persona decente” . Se enlistó como soldado raso voluntario en la primera guerra y una vez en el frente escogió el puesto más peligroso: la guardia nocturna. Entonces escribió en su diario: “Sólo entonces comenzará la guerra realmente para mí. Y -tal vez - incluso la vida. Dios me ilumine. Soy un gusano, pero a través de Dios llego a ser un hombre. Dios esté conmigo. Amén. (...) Sólo la muerte le da a la vida su sentido.” Es muy difícil determinar cómo se transformó Wittgenstein tras su experiencia como soldado. En todo caso tal experiencia debió ayudarle en su persistente lucha contra sus miedos: “Estoy muy frecuentemente o casi siempre lleno de miedo (...) Hasta aproximadamente mi vigésimo tercer año de vida me había sido imposible dormir en una cama vacía y entonces solamente con el rostro hacia la pared. No sé cuándo me abandonó este temor. ¿Fue sólo en la guerra?” Después de la guerra se publica su primera gran obra: el Tractatus-Logico-Philosophicus. En una carta a un posible editor del libro él había subrayado que el punto central de su libro no era lógico sino ético: trazarle límites a lo que se puede decir con sentido para evitar que se pretenda dar una fundamentación racional a lo ético. Para Wittgenstein los asuntos concernientes a lo ético, lo estético, lo religioso, lo místico no se deben tratar de resolver a través de teorías científicas o filosóficas. Más aún, son asuntos sobre los que se debería guardar silencio, pese a, o precisamente por, ser tan vitales e importantes. Años después toma otra decisión difícil, que muestra una vez más la tenacidad de su lucha por ser una persona diferente, por superar su vanidad y sus debilidades: hacer una confesión a sus parientes y amigos más cercanos de aquellos actos de su vida que le parecían más ergonzosos.Fania Pascal, su profesora de ruso, al oír esta confesión lo interrumpe preguntándole si acaso el quiere ser perfecto. Wittgenstein le responde airado: “¡ Por supuesto que quiero ser perfecto!” Mediante la voluntad La filosofía tardía de Wittgenstein, desarrollada luego de su regreso a Cambridge en los treinta,puede interpretarse como motivada en buena medida por el propósito de aplicar una terapia lingüística a su “enfermiza” manera de atormentarse con inquietudes morales e intelectuales. Wittgenstein no busca darle una solución racional a dichas inquietudes sino, más bien, hacer que desaparezcan, que dejen de planteársele para poder

lograr una ansiada tranquilidad del alma: “El filósofo exagera, grita, por así decirlo, en su impotencia, en tanto que no ha descubierto el núcleo de su confusión (Toda la tarea de la filosofía, como yo la ejerzo, consiste en expresarme de tal manera que ciertas intranquilidades /problemas/ desaparezcan.” Wittgenstein lucha por librarse de estas intranquilidades y problemas no mediante la inteligencia, sino mediante la voluntad: quiere dejar de verlos como problemas y resist ir una enfermiza tentación de resolverlos explicándolo todo, o por lo menos, demasiado. ¿En qué sentido puede decirse que la

vida de este hombre atormentado fue “maravillosa” ? Algo que escribió en el Tractatus puede dar alguna luz al respecto:la vida de un hombre feliz y de uno infeliz pueden ser completamente diferentes aunque consten exactamente de los mismos hechos. Aunque él no lo diga explícitamente, cabe sospechar que si la diferencia no está en los hechos, podría estar en la actitud ante ellos y en la manera como los valoran el feliz y el infeliz. Una vida sufrida y atormentada puede, sin embargo, valorarse como feliz o maravillosa. En una ocasión, hablando con Russell, Wittgenstein recuerda que un amigo de Beethoven (otro genio atormentado) fue a visitar al compositor y lo encontró componiendo una fuga,como un hombre que ha estado “luchando contra el diablo” , maldiciendo furioso, aullando,gritando, cantando, tras haber pasado 36 horas sin comer. Wittgenstein comentó al respecto: “Ese es el tipo de hombre que uno debería ser” .

Profesor del Departamento de Filosofía, Universidad Nacional

El Tiempo Abril de 2001.

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