PLACER Y DOPAMINA
Durante más de dos décadas, los investigadores han creído que la dopamina, el mensajero químico, es el punto final de la manifestación del placer en el cerebro. Sin embargo, podría no ser el único.
Averiguar qué provoca que nuestro cerebro experimente placer, en sus variadas formas, ha sido un campo de investigación muy activo durante los últimos 20 años. La conclusión en este período había sido siempre que la dopamina es el producto químico responsable de excitar convenientemente el sector del cerebro donde reside esta sensación.
No obstante, estudios más recientes realizados en la University of North Carolina indican que aunque la dopamina tiene un papel fundamental en la cuestión, es otro producto (o productos), posiblemente la serotonina, quien se encarga de actuar sobre el cerebro. Los resultados son importantes porque podrían ayudar a encontrar soluciones respecto al abuso de sustancias y los problemas de adicción.
Los investigadores desarrollaron primero un electrodo de fibra de carbono con un diámetro inferior a una décima parte de un cabello humano, recubierto con una capa cristalina. Este electrodo fue implantado en cerebros de ratas, permitiendo medir cantidades muy pequeñas de mensajeros químicos o neurotransmisores en una escala de tiempo de una fracción de segundo, algo imposible hasta ahora.
A las ratas se les aplicó una pequeña pero placentera descarga en su cerebro, lo que permitió constatar la presencia de dopamina. Pero cuando las ratas eran entrenadas para mover voluntariamente una palanca que suministrara la descarga, este neurotransmisor apenas pudo ser detectado. El procedimiento ocasionaba placer a las ratas, ya que éstas continuaban presionando la palanca, pero obviamente la dopamina no era la causante de la sensación.
Ahora los científicos creen que la dopamina podría estar relacionada con el aprendizaje o la esperanza de ser recompensados y que no puede ser la única responsable del placer continuado.
Esto ayudará a explicar cómo algunas sustancias químicas como la nicotina, el alcohol, o las drogas, actúan sobre el cerebro, facilitando el hallazgo de otras alternativas no perjudiciales que eliminen su utilización abusiva.
¿Quién es pues el responsable real de que el cerebro experimente placer? No lo sabemos aún, pero podría ser la serotonina u otras sustancias semejantes.
Información adicional en: http://www.unc.edu/
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