lunes, 30 de junio de 2008

Daniel C. Dennet. Neurociencia

La Vanguardia
LA CONTRA


FILÓSOFO Y EXPERTO EN NEUROCIENCIA

Tengo 59 años. Me temo que ya, más que crear, defiendo mis teorías. He dedicado mi vida al saber, pero creo que tenemos también derecho a no saber. Entramos en una década prodigiosa de progreso científico que revolucionará nuestro destino como especie. He dirimido la culpa de un ordenador presunto homicida para la Fundació La Caixa

DANIEL C. DENNET: "Me temo que seremos como dioses"

¿HAL ASESINO?

Dirige el proyecto COG del centro puntero en inteligencia artificial, el Massachusetts Institute of Technology. Y ese trabajo le obliga a plantearse preguntas como: "¿Era el ordenador HAL (siglas precedentes en el abecedario a las de IBM) del filme "2001..." de Kubrick culpable de asesinato?". Desde el MIT domina las últimas fronteras del conocimiento humano. Reducida la vida al puzzle del DNA, queda sólo por descifrar el misterio del saber mismo. Dennet coopera ahora con la concejalía barcelonesa de la Ciudad del Conocimiento en el próximo Fòrum de les Cultures. Su mayor inquietud es que en ese foro muchos de los descubrimientos que hoy son futuro serán ya pasado. Espero que por lo menos sigan siendo noticia

La Vanguardia - 04.15 horas – 06/06/2001 LLUÍS AMIGUET

Un misterio es aquello de lo que no sabemos ni las preguntas. Si las hallas, el misterio se convierte en un puzzle por completar y entonces llegan las respuestas. Hoy para el hombre sólo queda un gran misterio: cómo funciona su mente. Existía otro, el de la vida, pero ha sido reducido a un mero puzzle, el del DNA, en el que las últimas piezas se están encajando. Ese es mi trabajo: busco las preguntas para ese último gran misterio.

-¿Y cuáles son esas preguntas?

-¿Cómo la mente piensa en algo y cómo la mente tiene consciencia de estar pensando en algo? He dedicado mi vida a encontrar esas preguntas siempre desde una perspectiva naturalista y evolutiva del conocimiento, la conciencia y la intencionalidad.

-Y, ¿qué hace nuestro cerebro?

-Es una máquina de fabricar futuro.

-Como la poesía, pero ¿qué quiere decir?

-Nuestro cerebro atesora datos del pasado y los transforma en anticipaciones del futuro. Ese es el secreto de toda vida animada. Y el perfeccionamiento de esa capacidad ha llevado a la inteligencia humana a conjurar peligros y sobrevivir a los peores cataclismos.

-¿Puede ser más específico?

-Pues, oiga, no.

-Pero, ¿por qué?

-Porque parte del misterio del que hablaba consiste en no saber lo que va a suceder y, en este caso, menos, porque el saberlo cambiará nuestra manera de pensar.

-No sé si le comprendo.

-Estamos en el umbral de una década prodigiosa de aceleración del conocimiento que superará al Renacimiento. Ahora mismo las piezas están encajando: lo que sabíamos en 1988, por ejemplo, está ya muy desfasado. Y en biología evolutiva se vive una auténtica fiebre del oro. La biología molecular combinada con la tecnología de la información crean expectativas revolucionarias. Los enigmas de la humanidad han sido convertidos en gigantescos rompecabezas que los laboratorios solucionan con ordenadores omnipotentes. Ahora sabemos que pronto ya no pensaremos como ahora. Y me refiero también al modo de pensar, Seremos otra especie.

-Suena muy espectacular.

-Le aseguro que jamás me distinguí por ser espectacular.

-Le creo.

-Al contrario, me incomoda el increíble poder que vamos a acumular en pocos años.

-¿Seremos como dioses?

-Me temo que sí, que seremos como dioses. Tendremos un poder de decisión sobre nuestras vidas, incluida su duración, su reproducción, su intensidad... jamás experimentado por ningún ser humano.

-¡Es maravilloso!

-Hummm. Yo no estoy tan seguro. Los filósofos decimos "El deber implica el poder". Hoy somos responsables de una hambruna en África porque podemos evitarla como podemos hoy combatir epidemias que desconocíamos hace un siglo en países que no existían entonces, pero ahora somos responsables si no hacemos algo.

-¿Y sobre nuestras propias vidas?

-Como tendremos más poder. Nuestras responsabilidades serán enormes, inconcebibles hoy: y no me refiero sólo a la posiblidad de clonarnos en vez de engendrarnos. Créame: debemos esperar lo inesperable.

-Y saberlo casi todo.

-¿De verdad? Hummmmm. ¿Conoce la enfermedad de Huntington?

-Pues no.

-Es un mal genético incurable que acaba contigo tras horrible agonía. Se pronostica con mucha antelación mediante un sencillo test. Al descubrirlo, creyeron que la gente haría cola para saber si sufrirían la enfermedad.¿Le gustaría saber cuándo va a morir?

-Si no puedo evitarlo, mejor no.

-¡Exacto! Nadie hace el test. ¡Luego el saber no es siempre deseable! También tiene sus límites y yo me siento responsable de ellos. ¿Le interesa la bioquímica del orgasmo cuando hace el amor con alguien que ama?

-También la inquisición decía que no nos convenía saber demasiado.

-Yo sostengo que si un conocimiento no nos sirve para mejorar, no vale la pena...

- Yo creía que el saber es bueno "per se".

-Yo me preocupo del impacto de mis investigaciones. Debemos preocuparnos. El 95 por ciento de los trabajos que se hacen hoy en la fiebre del oro del conocimiento resultan perfectamente inútiles, pero el cinco por ciento restante cambiará la faz de la tierra y nuestro destino como especie.

-¿Son más inteligentes nuestros hijos que nosotros?

-No sólo lo son, como prueban las mediciones de Flynn, sino lo son de un modo más eficaz. Mucha gente se queja de que los niños de hoy no saben la tabla del nueve o la lis-ta de los ríos de su país... ¿¿¿Y qué??? ¿No lleva usted un "palm pilot"?

-Pues no.

-Es igual. ¿Lleva usted agenda?

-Sí, claro.

-Pues eso es inteligencia periférica y cada vez tenemos más. Si usted me roba mi ordenador portátil me está amputando, literalmente, una parte de mi cerebro. Pensar ya no es un acto reflejo que sucede aquí en nuestro cerebro: pensamos con todos esos cerebros que hemos creado fuera de nosotros.

-Pero la memoria es útil.

-Nuestro cerebro es malo multiplicando, pero es excelente reconociendo patrones o en la exploración libre de ideas. Entonces, ¿por qué demonios no deja al chaval usar la calculadora y libera así su mente para dedicarla a lo que realmente le hace único y especial?

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