EL MUNDO Martes, 4 de enero de 2000
Un conductor de Metro frena 'in extremis' ante tres menores tumbados sobre las vías Abandonaron su centro de acogida tras agredir a la directora y quisieron probar su valentía
RAFAEL JOSE ALVAREZ. PEDRO BLASCO
MADRID.- Eran las 23.30 horas del domingo cuando el conductor del metro vio a tres chavales tumbados en la vía, a la entrada del túnel entre las estaciones madrileñas de Mar de Cristal y Campo de las Naciones. Accionó el freno y detuvo el vagón a pocos metros de tres marroquíes que jugaban con la muerte y que acababan de abandonar un centro de acogida. Dos vigilantes de Metro y una dotación de la Policía Nacional estuvieron durante una hora y media buscando a los menores por el interior de los túneles. El servicio de trenes se vio alterado durante ese tiempo, según la versión de la policía.
Finalmente, dos de los adolescentes, M.A.T., de 16 años, y M.A., de 14, fueron localizados. El tercero, Y.T., de 16 años, fue encontrado en la mañana de ayer en una calle del mismo barrio de la estación donde se habían producido los hechos la noche anterior.
Los chavales salvaron la vida porque la velocidad del tren era muy reducida. «Si llegan a estar en mitad del túnel y el metro va a toda máquina los hubiera arrollado. Sin embargo, se tumbaron al comienzo del túnel y el vagón estaba empezando a arrancar, por lo que no iba a gran velocidad. Aun así, el conductor tuvo que frenar al verlos tumbados», cuentan fuentes policiales. Una nota oficial de la Jefatura Superior de la Policía señaló ayer que el conductor del convoy «detectó a los jóvenes a tiempo de detener el tren y hubo de retroceder hasta la estación».
Los tres jóvenes optaron por una discutible fórmula para probar su «valentía». Se trataba de imitar un viejo juego que consiste en saber quién se levanta más tarde ante la llegada de un tren, quién aguanta más pegado al frío y al traqueteo de los raíles.
La historia había comenzado en la tarde del domingo, cuando los tres menores de edad protagonizaron algunos incidentes en el centro de acogida de Hortaleza.
Fuentes de la Consejería de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid indican que la directora del centro de Hortaleza, llamada, según Europa Press, Sor Cristina, intentó mediar en una pelea que surgió entre los tres jóvenes y otro chaval. La directora recibió varios golpes al intentar separar al grupo y ayer presentó una denuncia en la comisaría. Tras el incidente con la directora, los tres jóvenes salieron del centro de acogida a la carrera.
Dos horas después, el trío entró en las instalaciones del Metro de Madrid, en las que permaneció hasta que fue localizado por los vigilantes y los policías.
Los tres jóvenes prestaron declaración en el Grume (Grupo de Menores de la Policía), pero lo negaron todo. M.A. dijo que no sabía nada del asunto, Y.T. aseguró que no estuvo en las vías y el mayor de los tres, M.A.T., reconoció que se introdujo en las instalaciones de Metro, pero que no se metió en los túneles.
La versión del Metro es muy distinta a la dada por la policía. Fuentes de este servicio de transporte indican que dos vigilantes vieron a los tres jóvenes introducirse en la estación «en actitud sospechosa».
Otra versión
Los siguieron y vieron cómo uno de ellos permanecía «breves instantes» en la cabecera de la línea delante de un tren que estaba parado y sin servicio en ese momento.
Cuando el joven vio a los agentes se fue en dirección al metro de la línea 8, por donde habían huido con anterioridad sus otros dos compañeros. Los vigilantes los persiguieron, detuvieron y entregaron a la policía nacional.
Las mismas fuentes de Metro aseguran que en ningún momento hubo interrupción del servicio. «Ante la posibilidad de que hubiera más personas en el túnel se desarrolló un servicio de transporte con mayores precauciones de lo habitual, pero no se llegó a suspender el servicio durante una hora». Los portavoces de Metro consultados por este periódico afirman que ningún tren tuvo que parar al ver a los tres jóvenes en la vía.
Sin embargo, la policía afirma que su versión se basa en la declaración firmada por los dos vigilantes en la comisaría y por las palabras de sus propios agentes. «Los dos vigilantes fueron a la comisaría para prestar declaración y firmaron sus palabras ante los funcionarios públicos», insisten fuentes de la Policía Nacional.
A última hora de la noche, Metro intentó un desmentido más. Un portavoz de la compañía señaló que uno de los vigilantes iba a cambiar su declaración ante la policía.
Metro asegura que es la primera vez que se produce un incidente como éste en sus instalaciones. El pasado verano un joven murió en una de las zonas por las que el metro circula a cielo abierto cuando, después de haber consumido drogas, intentaba pasar de un tren a otro.
Duro presente
M.A.T., Y.T. y M.A. son tres ejemplos de jóvenes inmigrantes marroquíes con un duro presente en España. Sólo uno de ellos dispone de pasaporte, mientras que los otros dos no tienen documentación.
Ninguno de los tres cuenta aquí con sus padres. Deambulan por las calles céntricas de Madrid sin ocupación alguna y acuden al centro de acogida cuando quieren.
Ayer, los tres fueron reingresados en esa residencia, un centro de «puertas abiertas», según Javier Urra, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.
«A este tipo de centros acuden menores de edad que no han cometido ningún delito. Allí se les da una ducha y comida y se les trata de orientar. Pero hay que recordar que los marroquíes están acostumbrados a trabajar desde muy jóvenes, a manejar dinero y a ser independientes. Para estos chavales es muy conflictivo decirles que tienen que aguantar uno, dos o tres años hasta que puedan trabajar aquí. Por otra parte, nadie se escapa de un centro así. Lo mismo que entran, pueden salir. No es una cárcel», señala Urra.
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