domingo, 6 de abril de 2008

Fascismo e islamismo

"En guerra contra fascistas islámicos"
por Daniel Pipes
La Razón
15. Agosto 2006
http://es.danielpipes.org/article/3880

Original en Inglés: "At War with Islamic Fascists"

En su primera respuesta al importante susto aéreo del terror en Londres, el Presidente Bush afirmaba el 10 de agosto que "Las recientes detenciones de las que nuestros conciudadanos están teniendo noticia ahora mismo son un crudo recordatorio de que esta nación está en guerra con fascistas islámicos que utilizarán cualquier medio para destruirnos a aquellos que amamos la libertad, para perjudicar a nuestra nación.

El uso por su parte del término "fascistas islámicos" provocó atención y controversia, especialmente entre los islamistas.

En una concentración pro-Hezbolá frente a la Casa Blanca el 12 de agosto, el tumulto (según la descripción del Washington Post) "alcanzó el punto álgido de agitación cuando los oradores denunciaron las referencias del Presidente Bush del Islam". En particular, el presidente de la Sociedad Musulmana Americana, Esam Omesh, logró una masiva aclamación cuando (¿deliberadamente?) manipuló las declaraciones del presidente: "Sr. Bush: deje de llamar 'fascismo islámico' al Islam".

Nihad Awad, del Council on American-Islamic Relations, llamó al término "contraproductivo" y "pobremente aconsejado", repitiendo el truco usual de CAIR de que la violencia en nombre del Islam no tiene, en realidad, nada que ver con el Islam. Aún más irracionalmente, Awad llegó a sugerir que "nos aprovechemos de estos incidentes para asegurarnos de no comenzar una guerra religiosa contra el Islam y los musulmanes".

El presidente de la junta de CAIR, Parvez Ahmed, envió una carta abierta al Presidente Bush: "Usted ha dicho en muchas ocasiones que el Islam es 'una religión de paz'. Hoy, usted ha equiparado la religión de la paz con la fealdad del fascismo". En realidad Bush no hizo eso (equiparó solamente una forma de "la religión de la paz" con el fascismo), pero Ahmed señalaba inadvertidamente la evolución en el pensamiento del presidente - y del país - distanciándose de las fantasías en favor del pensamiento real.

Edina Lekovic, del Consejo Musulmán de Asuntos Públicos, repetía el argumento de MPAC de la necesidad de fomentar a islamistas para el contraterrorismo: "Cuando la gente que más necesitamos en la lucha contra el terrorismo, los musulmanes americanos, se sienten alienados por la caracterización del presidente de estos presuntos terroristas, se hace más daño que bien". (¿Presuntos terroristas?) Su defensa, sin embargo, ha quedado recientemente en entredicho a causa del ejemplo de Mubin Shaij y los 17 de Toronto, en el que un informador islamista ha sido ampliamente condenado por sus correligionarios musulmanes. Lekovic sin embargo sí expuso una idea semántica: "Habría sido mucho más preciso si hubiera relacionado la situación con un segmento de personas en lugar de todo un credo, a lo largo de las líneas, digamos, de fascistas musulmanes radicales".

La Asociación Musulmana de Gran Bretaña anunciaba que "condena" la formulación de Bush y teme que tales comentarios "proporcionen otra excusa más para poner a la minoría musulmana en el objetivo de fuerzas de extrema derecha de Occidente". Este temor es calculado, teniendo en cuenta los pocos incidentes anti-musulmanes que realmente tienen lugar en Occidente, en comparación con la cifra de ataques musulmanes contra occidentales.

También suenan rumores de una respuesta musulmana más agresiva. "Algunos hipermercados de Riyadh", informa Arab News, "ya han comenzado a retirar productos americanos de sus estanterías en respuesta a 'la campaña norteamericana anti-Islam'". ¿Llevará este incidente a una mayor separación de civilizaciones?

Comentarios:

(1) Esta no es la primera vez ni de lejos que Bush ha utilizado el término fascista islámico (o islamofascista); se ha convertido en parte de su vocabulario rutinario desde su discurso de ruptura en la materia en octubre del 2005, un discurso que, extrañamente, fue despreciado por los principales medios como una chapuza, mientras que esta ligera referencia es tratada como grandes noticias. (Newsweek la llama "una bomba retórica"). Vaya usted a saber.

(2) Lo nuevo el 10 de agosto fue su formulación de que Estados Unidos está "en guerra con fascistas islámicos". Esto fue más directo y contundente que nada anterior.

(3) Fascista islámico o islamofascista son más utilizados que nunca antes, como puede confirmarse de una búsqueda de esas palabras en la entrada de mi weblog, "Llamar islamismo al enemigo". Destacadamente, el Senador Rick Santorum dio un poderoso discurso el 20 de julio en el que utilizó el término fascista o fascismo en referencia al Islam 29 veces. Tanto la MSNBC como el Atlanta Journal-Constitution han sugerido que el uso por parte de Santorum de este término es responsable de su adaptación por parte de la Casa Blanca.

(4) Protestas de los islamistas al margen, Bush ha indicado que planea continuar utilizando este término. Su portavoz, Tony Snow, explicaba en una entrevista por correo electrónico con la cadena de prensa Cox que Bush ha cambiado gradualmente de "guerra contra el terrorismo" a "guerra contra fascistas islámicos". Con esta nueva especificidad, continua Snow, Bush "intenta identificar la ideología que motiva a muchos grupos terroristas organizados. También intenta dejar claro que la etiqueta no se aplica a todos ni a la gran mayoría de los musulmanes, sino a facciones reducidas", como Al-Qaeda.

(5) Parece que las manifestaciones islamistas han sido contraproductivas, trayendo como consecuencias negativas llamar más la atención sobre el término e irritar a la Casa Blanca.

(6) Celebro la creciente apertura a centrarse en alguna forma de Islam como enemigo, pero encuentro engañosa la palabra fascista en este contexto. Existen pocas conexiones históricas o filosóficas entre el fascismo y el Islam radical. El fascismo glorifica al estado, enfatiza "la pureza" racial, promueve el Darwinismo social, denigra el raciocinio, exalta la voluntad y rechaza la religión organizada - todos puntos anatema de los islamistas.

En contraste, el Islam radical tiene muchos vínculos, tanto históricos como filosóficos, con el marxismo-leninismo. Mientras preparaba su doctorado en París, Alí Shariati, el principal intelectual detrás del giro al Islam en Irán en los años 70, traducía a Franz Fanon, al Ché Guevara y a Jean-Paul Sartre al persa. Más en general, citando a la analista iraní Azar Nafisi, el Islam radical "extrae su lenguaje, sus objetivos y sus aspiraciones y demás de una de las formas más puras de marxismo, igual que hace de la religión. Sus líderes están tan influenciados por Lenin, Sartre, Stalin o Fanon como por el Profeta". Durante la guerra fría, los islamistas optaron por la Unión Soviética frente a Estados Unidos; hoy tienen muchas más conexiones y mucho más profundas con la extrema izquierda que con la extrema derecha.

(7) No obstante, algunas voces argumentan a tientas en favor de la precisión de "fascistas islámicos". Después de utilizar en persona el término en televisión, el Secretario de Seguridad Nacional Michael Chertoff lo justificaba observando que bin Laden

ha hablado de restaurar el Califato, el imperio que existía hace siglos al sur del Mediterráneo. No es nada - es demente, pero esencialmente es una visión de un imperio totalitario con él a la cabeza bajo una especie de concepción perversa de religión. Eso se aproxima mucho a satisfacer mi definición de fascismo. Puede no ser el fascismo clásico que tuvimos con Mussolini o Hitler, pero es una intolerancia totalitaria - imperialismo que tiene una visión que se enfrenta por completo a la sociedad occidental y a nuestras libertades y al mandato de la ley.

El Washington Times también aprobaba el término en un editorial titulado "Es fascismo".

El Fascismo es una filosofía política chauvinista que exalta al grupo sobre el individuo - normalmente una raza o nación, pero en este caso son los fieles de una religión. El fascismo también casa con el gobierno autócrata centralizado de ese grupo en supresión de otros. Normalmente defiende un régimen económico y social severo y la subordinación total o casi total del individuo a la directiva política. Esto describe con precisión las filosofías de Hitler, Mussolini, los líderes del Japón Imperial y otros regímenes fascistas a través de la historia. También describe a los terroristas del jueves. Describe de manera muy precisa la filosofía de al Qaeda, Hezbolá, Hamas y muchas otras muestras de islamismo en todo el mundo.

(8) El uso de fascistas islámicos debería verse como parte de una búsqueda de décadas de duración del término adecuado para bautizar una forma de Islam que es inconfundiblemente política, extrema y a menudo violenta. Ya he confesado que me encuentro en mi quinto término (habiendo utilizado previamente neo-ortodoxo, fundamentalista y militante, y utilizando hoy radical e islamista). Mientras que fascistas islámicos matiza más que terroristas, esperemos que emerja pronto un consenso mejor. Mi voto es para islamistas.


"En guerra contra fascistas islámicos"
por Daniel Pipes
La Razón
15. Agosto 2006
http://es.danielpipes.org/article/3880

Original en Inglés: "At War with Islamic Fascists"

En su primera respuesta al importante susto aéreo del terror en Londres, el Presidente Bush afirmaba el 10 de agosto que "Las recientes detenciones de las que nuestros conciudadanos están teniendo noticia ahora mismo son un crudo recordatorio de que esta nación está en guerra con fascistas islámicos que utilizarán cualquier medio para destruirnos a aquellos que amamos la libertad, para perjudicar a nuestra nación.

El uso por su parte del término "fascistas islámicos" provocó atención y controversia, especialmente entre los islamistas.

En una concentración pro-Hezbolá frente a la Casa Blanca el 12 de agosto, el tumulto (según la descripción del Washington Post) "alcanzó el punto álgido de agitación cuando los oradores denunciaron las referencias del Presidente Bush del Islam". En particular, el presidente de la Sociedad Musulmana Americana, Esam Omesh, logró una masiva aclamación cuando (¿deliberadamente?) manipuló las declaraciones del presidente: "Sr. Bush: deje de llamar 'fascismo islámico' al Islam".

Nihad Awad, del Council on American-Islamic Relations, llamó al término "contraproductivo" y "pobremente aconsejado", repitiendo el truco usual de CAIR de que la violencia en nombre del Islam no tiene, en realidad, nada que ver con el Islam. Aún más irracionalmente, Awad llegó a sugerir que "nos aprovechemos de estos incidentes para asegurarnos de no comenzar una guerra religiosa contra el Islam y los musulmanes".

El presidente de la junta de CAIR, Parvez Ahmed, envió una carta abierta al Presidente Bush: "Usted ha dicho en muchas ocasiones que el Islam es 'una religión de paz'. Hoy, usted ha equiparado la religión de la paz con la fealdad del fascismo". En realidad Bush no hizo eso (equiparó solamente una forma de "la religión de la paz" con el fascismo), pero Ahmed señalaba inadvertidamente la evolución en el pensamiento del presidente - y del país - distanciándose de las fantasías en favor del pensamiento real.

Edina Lekovic, del Consejo Musulmán de Asuntos Públicos, repetía el argumento de MPAC de la necesidad de fomentar a islamistas para el contraterrorismo: "Cuando la gente que más necesitamos en la lucha contra el terrorismo, los musulmanes americanos, se sienten alienados por la caracterización del presidente de estos presuntos terroristas, se hace más daño que bien". (¿Presuntos terroristas?) Su defensa, sin embargo, ha quedado recientemente en entredicho a causa del ejemplo de Mubin Shaij y los 17 de Toronto, en el que un informador islamista ha sido ampliamente condenado por sus correligionarios musulmanes. Lekovic sin embargo sí expuso una idea semántica: "Habría sido mucho más preciso si hubiera relacionado la situación con un segmento de personas en lugar de todo un credo, a lo largo de las líneas, digamos, de fascistas musulmanes radicales".

La Asociación Musulmana de Gran Bretaña anunciaba que "condena" la formulación de Bush y teme que tales comentarios "proporcionen otra excusa más para poner a la minoría musulmana en el objetivo de fuerzas de extrema derecha de Occidente". Este temor es calculado, teniendo en cuenta los pocos incidentes anti-musulmanes que realmente tienen lugar en Occidente, en comparación con la cifra de ataques musulmanes contra occidentales.

También suenan rumores de una respuesta musulmana más agresiva. "Algunos hipermercados de Riyadh", informa Arab News, "ya han comenzado a retirar productos americanos de sus estanterías en respuesta a 'la campaña norteamericana anti-Islam'". ¿Llevará este incidente a una mayor separación de civilizaciones?

Comentarios:

(1) Esta no es la primera vez ni de lejos que Bush ha utilizado el término fascista islámico (o islamofascista); se ha convertido en parte de su vocabulario rutinario desde su discurso de ruptura en la materia en octubre del 2005, un discurso que, extrañamente, fue despreciado por los principales medios como una chapuza, mientras que esta ligera referencia es tratada como grandes noticias. (Newsweek la llama "una bomba retórica"). Vaya usted a saber.

(2) Lo nuevo el 10 de agosto fue su formulación de que Estados Unidos está "en guerra con fascistas islámicos". Esto fue más directo y contundente que nada anterior.

(3) Fascista islámico o islamofascista son más utilizados que nunca antes, como puede confirmarse de una búsqueda de esas palabras en la entrada de mi weblog, "Llamar islamismo al enemigo". Destacadamente, el Senador Rick Santorum dio un poderoso discurso el 20 de julio en el que utilizó el término fascista o fascismo en referencia al Islam 29 veces. Tanto la MSNBC como el Atlanta Journal-Constitution han sugerido que el uso por parte de Santorum de este término es responsable de su adaptación por parte de la Casa Blanca.

(4) Protestas de los islamistas al margen, Bush ha indicado que planea continuar utilizando este término. Su portavoz, Tony Snow, explicaba en una entrevista por correo electrónico con la cadena de prensa Cox que Bush ha cambiado gradualmente de "guerra contra el terrorismo" a "guerra contra fascistas islámicos". Con esta nueva especificidad, continua Snow, Bush "intenta identificar la ideología que motiva a muchos grupos terroristas organizados. También intenta dejar claro que la etiqueta no se aplica a todos ni a la gran mayoría de los musulmanes, sino a facciones reducidas", como Al-Qaeda.

(5) Parece que las manifestaciones islamistas han sido contraproductivas, trayendo como consecuencias negativas llamar más la atención sobre el término e irritar a la Casa Blanca.

(6) Celebro la creciente apertura a centrarse en alguna forma de Islam como enemigo, pero encuentro engañosa la palabra fascista en este contexto. Existen pocas conexiones históricas o filosóficas entre el fascismo y el Islam radical. El fascismo glorifica al estado, enfatiza "la pureza" racial, promueve el Darwinismo social, denigra el raciocinio, exalta la voluntad y rechaza la religión organizada - todos puntos anatema de los islamistas.

En contraste, el Islam radical tiene muchos vínculos, tanto históricos como filosóficos, con el marxismo-leninismo. Mientras preparaba su doctorado en París, Alí Shariati, el principal intelectual detrás del giro al Islam en Irán en los años 70, traducía a Franz Fanon, al Ché Guevara y a Jean-Paul Sartre al persa. Más en general, citando a la analista iraní Azar Nafisi, el Islam radical "extrae su lenguaje, sus objetivos y sus aspiraciones y demás de una de las formas más puras de marxismo, igual que hace de la religión. Sus líderes están tan influenciados por Lenin, Sartre, Stalin o Fanon como por el Profeta". Durante la guerra fría, los islamistas optaron por la Unión Soviética frente a Estados Unidos; hoy tienen muchas más conexiones y mucho más profundas con la extrema izquierda que con la extrema derecha.

(7) No obstante, algunas voces argumentan a tientas en favor de la precisión de "fascistas islámicos". Después de utilizar en persona el término en televisión, el Secretario de Seguridad Nacional Michael Chertoff lo justificaba observando que bin Laden

ha hablado de restaurar el Califato, el imperio que existía hace siglos al sur del Mediterráneo. No es nada - es demente, pero esencialmente es una visión de un imperio totalitario con él a la cabeza bajo una especie de concepción perversa de religión. Eso se aproxima mucho a satisfacer mi definición de fascismo. Puede no ser el fascismo clásico que tuvimos con Mussolini o Hitler, pero es una intolerancia totalitaria - imperialismo que tiene una visión que se enfrenta por completo a la sociedad occidental y a nuestras libertades y al mandato de la ley.

El Washington Times también aprobaba el término en un editorial titulado "Es fascismo".

El Fascismo es una filosofía política chauvinista que exalta al grupo sobre el individuo - normalmente una raza o nación, pero en este caso son los fieles de una religión. El fascismo también casa con el gobierno autócrata centralizado de ese grupo en supresión de otros. Normalmente defiende un régimen económico y social severo y la subordinación total o casi total del individuo a la directiva política. Esto describe con precisión las filosofías de Hitler, Mussolini, los líderes del Japón Imperial y otros regímenes fascistas a través de la historia. También describe a los terroristas del jueves. Describe de manera muy precisa la filosofía de al Qaeda, Hezbolá, Hamas y muchas otras muestras de islamismo en todo el mundo.

(8) El uso de fascistas islámicos debería verse como parte de una búsqueda de décadas de duración del término adecuado para bautizar una forma de Islam que es inconfundiblemente política, extrema y a menudo violenta. Ya he confesado que me encuentro en mi quinto término (habiendo utilizado previamente neo-ortodoxo, fundamentalista y militante, y utilizando hoy radical e islamista). Mientras que fascistas islámicos matiza más que terroristas, esperemos que emerja pronto un consenso mejor. Mi voto es para islamistas.

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